viernes, 15 de julio de 2005

Lo que hay que tener

“No todos tienen lo que hay que tener”, dijo Hilda “Chiche” Duhalde refiriéndose a Humberto Zúccaro, y cuestionándole que éste le habría pedido que ella no estuviera presente en un acto en nuestro distrito junto al Gobernador, para evitarle una situación incómoda al jefe comunal.

No interesa analizar aquí el grado de hombría que la señora de Duhalde le asigna a Zúccaro: si hay algo que la mayoría de los pilarenses le reconocemos al doctor es su permanente actitud de mostrarse “poniendo el pecho a las balas”. Y por la crítica grosera que le regaló “Chiche”, nadie debería preocuparse; después de todo, es más razonable aceptar que en Pilar sea Zúccaro quien decida con qué oradores comparte los escenarios, que coincidir con la señora Hilda González en que el intendente deba ser un anfitrión “pintado”, que reciba a cuanto político en campaña ande necesitando tribuna para mostrarse; más aún, no es precisamente el Gobernador Felipe Solá quien será candidato en las elecciones de octubre, de modo que la crítica de la candidata a senadora nacional —que sí está en campaña— no es más que eso: una vulgar agresión de campaña.

¿Porqué Chiche eligió ese hecho anecdótico para descalificar a Zúccaro? ¿El intendente no tiene acaso, flancos más vulnerables que su deslealtad con Duhalde, quien hasta ayer fue su líder político? Claro que sí, el problema radica en que al pretender inventariar las debilidades del jefe comunal, autoproclamado miembro de la “mesa chica” del Presidente, la candidata del PJ se vería a sí misma reflejada en un espejo.

El peronismo —como la mayoría de los partidos políticos— es hoy un rejunte de supuestos dirigentes con escasa representación. Las prácticas de democracia interna son proclamadas por todos, pero casi nunca se aplican. Los políticos han encontrado la forma de esquivar cada intento de reforma política seria. Gambetearon el “que se vayan todos” del verano de 2002 mejor que el Diego a los ingleses en el Mundial ’86. Hoy todos están de vuelta.

Ahí lo tenemos a un renovado Zúccaro, doce años concejal y hoy intendente, junto a sus compañeros de ruta de siempre. ¿Y la renovación política de la que hablaban?. En 1997, Duhalde sostenía que "hoy tenemos dos veredas; por una transitan casi todos los partidos desgastados y faltos de credibilidad; por la otra,
las buenas gestiones de Gobierno". En 2005, todos se han pasado a la “vereda del sol”.

Ahora, ya en campaña, se lo ve a toda hora —incluso a la mañana— por televisión, de inauguración en inauguración. No se trata de cuestionar la publicidad destinada a informar, ya que eso constituye una obligación de todo gobierno; pero si se utiliza dinero de todos para mostrar durante horas inauguraciones que ocurrieron hace ocho meses, resulta preocupante.

Lo que hay que tener para ser buen intendente, no es lo que sugirió Chiche, primero porque eso lo tenemos naturalmente todos los hombres, y segundo porque su afirmación atenta contra el derecho de las mujeres a ser elegidas.

Lo que sí hay que tener —además de capacidad de gestión— es un comportamiento democrático, participativo y transparente.


Nota del Autor: por si a algún funcionario se le cae la idea de contrarrestar esta crítica diciendo que hay que proponer en lugar de denunciar, me anticipo a ella, sugiriéndole que revise las propuestas de ordenanzas de publicidad oficial que efectuamos hace tiempo, y que —como era de esperar— duermen en algún cajón del Concejo Deliberante.

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