martes, 8 de marzo de 2011

Gatopardo

En  política se suele llamar "gatopardo"  a quien reforma una parte de las estructuras para conservar el todo sin que nada cambie realmente: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie", dice el escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957) en su novela "El gatopardo".

Esta semana, en conferencia de prensa, el Intendente Humberto Zúccaro dio a conocer dos novedades vinculadas al área de la salud municipal: una, la designación del urólogo Pablo Atchabaián en reemplazo de Jorge Del Río, y la otra, que el secretario desplazado no se iría a su casa, sino que encabezaría una nueva secretaría  gubernamental, denominada “Municipios Saludables y Desarrollo Sustentable”, cuyo propósito sería incorporar a Pilar a la “Red de Municipios Saludables”. 

Dèja vu
Lo insólito de este último anuncio es que el Municipio ya se adhirió a la “Red de Municipios Saludables” en 2004, año que, en el discurso oficial de aquél entonces, sería el “Año de la Salud”. De haber cumplido con las premisas de ese programa, el gobierno de Pilar debería haber puesto en la más alta prioridad a las actividades de promoción de la salud, apoyar la participación activa de la comunidad, fomentar el diálogo, y compartir el conocimiento. Nada de eso se concretó. En ciertos aspectos, transitó el camino exactamente contrario, como cuando despidió discrecionalmente a 3 médicos porque eran críticos de los desmanejos en el área. En julio de 2004, El Diario Regional le preguntó al intendente cuál era el problema que más le preocupaba: “La salud”, dijo Zúccaro, y afirmó que iba a “…reforzar la atención primaria para que las salas sean centros de contención y no se formen cuellos de botella al llegar al hospital”. Lo mismo que repitió ahora el urólogo, 7 años después.

Otro zorro en el gallinero
El Secretario saliente,  Jorge Del Río, fue acusado hace un año por incompatibilidad de funciones, ya que sería titular de la firma ADN Medicals, prestadora de IOMA, es decir del gobierno provincial. Por eso ahora este “cambio” de nombre no se condice con el discurso gubernamental de pretender una salud solidaria, gratuita y de calidad. Si a Del Río se le cuestionaba su participación en algunas empresas privadas como ADN o la Clínica San Marcos, a Pablo Atchabaián se le reconocen al menos cuatro empresas de las que es dueño o parte: Urotravel  SA, Ezemedical SA, Patchaba SA, y S.E.D.U. SRL; tres de estas firmas se dedican a prestar servicios de salud, o sea lo mismo que dice querer hacer el gobierno zuccarista gratis, con la salvedad que las empresas de Atchabaián lo hacen por dinero. ¿Se habrá transformado Pilar en una sociedad anónima, en donde sólo prima la obtención de lucro, y nadie nos avisó?

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