La semana pasada la CTA presentó un informe crítico sobre el presupuesto municipal de Pilar del próximo año. En él se destacaban algunas “perlitas”; por ejemplo, que la unidad de gestión educativa y discapacidad —a cargo de la señora del intendente— gastará 14 mil pesos en festejos, y sólo 11 mil en sillas de ruedas; y que 8 de cada 10 pesos que gaste la UMGE, serán para pagar los sueldos de sus propios integrantes.
Sin embargo, no interesa aquí enfocarnos en las cosas pequeñas, porque como dijo el General Perón, "demasiado grande es la Argentina para ocuparse de las cosas pequeñas, y si uno se ocupa de ellas, acaba por no ocuparse de las grandes". Por eso, vayamos a las grandes: a pedido del jefe comunal, el Honorable Concejo Deliberante está a punto de reconocerle a Transur una supuesta deuda de 5 millones de pesos.
De 4,3 millones de pesos que cobró Transur en 2002, este año se terminará llevándose casi 20, es decir, casi cinco veces más. Aunque la empresa privatizada argumente mayores costos de combustible, repuestos y gastos de personal, no existe en nuestro país un índice que haya variado —en los últimos 5 años— un 400%, que es lo que aumentó lo que gastamos en Pilar por la basura. Los sueldos de los camioneros, por caso, rozaron en igual período un aumento del 100%. Se podría argumentar que aumentó la cantidad de residuos que debe recoger y depositar en el Ceamse; falso: desde hace 2 años se recolectan 43 mil toneladas, apenas un diez por ciento más que en 2005.
Resulta irónico que un gobierno encabezado por alguien que se dice justicialista, se justifique frente a cualquier reclamo salarial diciendo que no hay plata, cuando por el otro lado, sí haya plata y mantenga "relaciones carnales" con las mismas empresas a las que fustigó de manera implacable desde su banca de concejal, cuando todavía no era intendente. Paradojas de la política, la semana pasada, Transur “invirtió” varios miles de pesos en publicar en los diarios un saludo navideño con melosas referencias al “señor intendente” y su “señora esposa”.
“En el caso de los residuos había un déficit importante que logramos reducir”, se justificó el intendente Zúccaro a fines del 2005. Bien, si el “importante” déficit se redujo, ¿por qué en 2008 vamos a pagar 14 millones más que en 2005? ¿Además de eso el intendente promueve ahora pagarle —con nuestro dinero— “mayores costos”?
En el último lustro los ingresos de Transur no disminuyeron en nada. Lo que sí disminuyó significativamente fue la cantidad de residuos por habitante y por día, que según datos oficiales hoy no alcanzan el medio kilogramo; y ese es un dato que debería inquietarnos, porque sugiere que todo el aumento de basura que sin duda ocasiona la explosión demográfica de nuestro distrito, está yendo a parar a basurales clandestinos. Solucionar esa situación es una “cartita” de los pilarenses a la que el gobierno —cual generoso Papá Noel— debiera asignarle mayor prioridad que la de satisfacer la otra “cartita”, la de Transur, con su injustificable y vergonzoso pedido de cinco millones de pesos.
jueves, 27 de diciembre de 2007
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