jueves, 27 de diciembre de 2007

Querido Papá Noel

La semana pasada la CTA presentó un informe crítico sobre el presupuesto municipal de Pilar del próximo año. En él se destacaban algunas “perlitas”; por ejemplo, que la unidad de gestión educativa y discapacidad —a cargo de la señora del intendente— gastará 14 mil pesos en festejos, y sólo 11 mil en sillas de ruedas; y que 8 de cada 10 pesos que gaste la UMGE, serán para pagar los sueldos de sus propios integrantes.

Sin embargo, no interesa aquí enfocarnos en las cosas pequeñas, porque como dijo el General Perón, "demasiado grande es la Argentina para ocuparse de las cosas pequeñas, y si uno se ocupa de ellas, acaba por no ocuparse de las grandes". Por eso, vayamos a las grandes: a pedido del jefe comunal, el Honorable Concejo Deliberante está a punto de reconocerle a Transur una supuesta deuda de 5 millones de pesos.

De 4,3 millones de pesos que cobró Transur en 2002, este año se terminará llevándose casi 20, es decir, casi cinco veces más. Aunque la empresa privatizada argumente mayores costos de combustible, repuestos y gastos de personal, no existe en nuestro país un índice que haya variado —en los últimos 5 años— un 400%, que es lo que aumentó lo que gastamos en Pilar por la basura. Los sueldos de los camioneros, por caso, rozaron en igual período un aumento del 100%. Se podría argumentar que aumentó la cantidad de residuos que debe recoger y depositar en el Ceamse; falso: desde hace 2 años se recolectan 43 mil toneladas, apenas un diez por ciento más que en 2005.

Resulta irónico que un gobierno encabezado por alguien que se dice justicialista, se justifique frente a cualquier reclamo salarial diciendo que no hay plata, cuando por el otro lado, sí haya plata y mantenga "relaciones carnales" con las mismas empresas a las que fustigó de manera implacable desde su banca de concejal, cuando todavía no era intendente. Paradojas de la política, la semana pasada, Transur “invirtió” varios miles de pesos en publicar en los diarios un saludo navideño con melosas referencias al “señor intendente” y su “señora esposa”.

“En el caso de los residuos había un déficit importante que logramos reducir”, se justificó el intendente Zúccaro a fines del 2005. Bien, si el “importante” déficit se redujo, ¿por qué en 2008 vamos a pagar 14 millones más que en 2005? ¿Además de eso el intendente promueve ahora pagarle —con nuestro dinero— “mayores costos”?

En el último lustro los ingresos de Transur no disminuyeron en nada. Lo que sí disminuyó significativamente fue la cantidad de residuos por habitante y por día, que según datos oficiales hoy no alcanzan el medio kilogramo; y ese es un dato que debería inquietarnos, porque sugiere que todo el aumento de basura que sin duda ocasiona la explosión demográfica de nuestro distrito, está yendo a parar a basurales clandestinos. Solucionar esa situación es una “cartita” de los pilarenses a la que el gobierno —cual generoso Papá Noel— debiera asignarle mayor prioridad que la de satisfacer la otra “cartita”, la de Transur, con su injustificable y vergonzoso pedido de cinco millones de pesos.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Minorías ilustradas

Desde su creación en el año 1999, el Defensor del Pueblo ha sido designado cada 4 años por el Honorable Concejo Deliberante a propuesta de la primera minoría de la oposición. Así, el primer Ombudsman de Pilar resultó ser Marcelo Fernández, quien hasta entonces ocupaba la secretaría de bloque del FrePaSo, fuerza política que lo propuso; luego, en 2003, el pattismo -como segunda fuerza- fue quien propuso la designación de la actual defensora Dora Montes, ahora también concejal electa del Frente Para la Victoria.

Siguiendo esa norma consuetudinaria, y habiendo obtenido un claro segundo puesto, en esta oportunidad debía ser la Coalición Cívica quien propusiera el nombre del sucesor de Montes. No obstante, creo que están “primero las instituciones… y por último los hom­bres”; así, resignando todo interés personal, convoqué a las entidades de bien público del distrito a que propongan ante el Concejo Deliberante a sus propios candidatos, a aquellas mujeres y hombres que consideraran con la mayor aptitud para defender los derechos de los ciudadanos ante el mal funcionamiento de cualquier repartición de la Adminis­tración Pública o de prestadoras de servi­cios públicos.

De esa convocatoria surgió el nombre de Daniel Hirsch, un dirigente de la localidad de Manuel Alberti, trabajador incansable y profundamente compro­metido con su comunidad. Decenas de ONG’s apoyaron su postulación, además de la propia Coalición Cívica: la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), SUTEBA, Asociación Trabajadores del Estado (ATE), el Centro de Salud San Cayetano, el Movimiento de Poetas y Escritores de Pilar, la Biblioteca Popular de Manzanares, los Foros de Seguridad de Derqui y de Manuel Alberti, y las 23 entidades nucleadas en FIOSMA, entre otras.

Sin desconocer que quien finalmente fue elegido, Orlando Bargaglio, puede tener muchas buenas condiciones para ser Defensor del Pueblo, carece de una fundamental: independencia político partidaria. Y es precisamente esa característica la que hace toda la diferencia. Por ejemplo, cuando el Concejo designó a Dora Montes en 2003, también como fruto de un acuerdo político, en los considerandos del Decreto de designación se decía: “suma rectitud e imparcialidad… valores indispensables para vigilar y controlar… la Administración Municipal y la conducta de sus agentes, en defensa de los derechos e intereses de los ciudadanos y la comunidad pilarense”.

Montes pasó de ser calificada por la prensa como una “pattista de paladar negro” (2003) a autodenominarse “zuccarista de paladar negro” (2007) y terminar tercera en la lista de concejales del oficialismo. Lo que realmente sucedió con ella fue que no sumó ni rectitud ni imparcialidad, porque la actitud recta e imparcial hubiera sido renunciar como Defensora antes de haber aceptado cualquier ofrecimiento a integrar la lista de candidatos del partido del gobierno, a quien supuestamente todavía debe controlar.

El jueves pasado escuché las mismas palabras elogiosas sobre el futuro Ombudsman: “suma rectitud e impar­cialidad… valores indispensables para vigilar y controlar…”. Aunque sea así, está claro que el procedimiento de designación no fue ni recto ni imparcial. Todo lo contrario. Fue absolutamente irregular, en primer lugar, porque no es el partido del ex Comisario Patti la primera minoría opositora (desde el 28 de octubre quedó ubicado en tercer puesto, detrás de la Coalición Cívica y de Unión PRO); en segundo lugar, porque como referente de la auténtica primera minoría pedí el uso de la palabra (la ordenanza que creó la denominada “Banca 21” o “del Pueblo” así lo permite); incomprensiblemente, ni Isabel Arata, Presidenta del HCD, ni Marcelo Martino, su Secretario, me lo permitieron; Martino intentó una pobre e inútil explicación para justificar su negativa.

Es lamentable que un funcionario público censure a quienes pensamos diferente. Pero más lamentable es que el ex presidente del Concejo, Marcelo Castillo, se haya referido en forma despectiva y autoritaria a la Coalición Cívica (y transitivamente a los 10 mil pilarenses que apoyaron nuestra propuesta de transparencia y participación), como “una minoría ilustrada que quiere imponer su posición”. Castillo debería saber que la falta de respeto a las minorías fue lo que desencadenó la violencia y el dolor de los setenta, el período más negro de nuestra historia reciente.

Mi propuesta, que fue planteada por primera vez en 2003, y reiterada en 2007, es la de ofrecerle a las ONG’s la posibilidad que propongan candidatos a la Defensoría directamente ante el HCD. Pero los concejales decidieron apoyar la designación de Bargaglio, que por todas las consideraciones hechas, nace deslegitimado. Por esa misma razón, Dora Montes no supo o no pudo oponerse a “los abusos de la administración”, como el tarifazo de Sudamericana de Aguas, la instalación en lugares prohibidos de las contaminantes antenas de telefonía celular, la tosquera ilegal “Laguna Dorada” que permitía el Gobierno, la falta de médicos en los hospitales y en las salitas; ¿por qué creer que Bargaglio podrá?

Aunque un Concejal dijo el jueves que estaban “dándole a Pilar un Defensor”, creo que los integrantes del actual Concejo Deliberante aprobaron que la Defensoría siga siendo una institución manejada para acomodar a alguien “que no moleste”, o que le agradezca al intendente Zúccaro “por el trabajo que me ha dado”, como expresó Dora Montes en diciembre de 2003, al asumir como Defensora. Una vergüenza, y una lástima.

Minorías ilustradas

Desde su creación en el año 1999, el Defensor del Pueblo ha sido designado cada 4 años por el Honorable Concejo Deliberante a propuesta de la primera minoría de la oposición. Así, el primer Ombudsman de Pilar resultó ser Marcelo Fernández, quien hasta entonces ocupaba la secretaría de bloque del FrePaSo, fuerza política que lo propuso; luego, en 2003, el pattismo -como segunda fuerza- fue quien propuso la designación de la actual defensora Dora Montes, ahora también concejal electa del Frente Para la Victoria.

Siguiendo esa norma consuetudinaria, y habiendo obtenido un claro segundo puesto, en esta oportunidad debía ser la Coalición Cívica quien propusiera el nombre del sucesor de Montes. No obstante, creo que están “primero las instituciones… y por último los hom­bres”; así, resignando todo interés personal, convoqué a las entidades de bien público del distrito a que propongan ante el Concejo Deliberante a sus propios candidatos, a aquellas mujeres y hombres que consideraran con la mayor aptitud para defender los derechos de los ciudadanos ante el mal funcionamiento de cualquier repartición de la Adminis­tración Pública o de prestadoras de servi­cios públicos.

De esa convocatoria surgió el nombre de Daniel Hirsch, un dirigente de la localidad de Manuel Alberti, trabajador incansable y profundamente compro­metido con su comunidad. Decenas de ONG’s apoyaron su postulación, además de la propia Coalición Cívica: la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), SUTEBA, Asociación Trabajadores del Estado (ATE), el Centro de Salud San Cayetano, el Movimiento de Poetas y Escritores de Pilar, la Biblioteca Popular de Manzanares, los Foros de Seguridad de Derqui y de Manuel Alberti, y las 23 entidades nucleadas en FIOSMA, entre otras.

Sin desconocer que quien finalmente fue elegido, Orlando Bargaglio, puede tener muchas buenas condiciones para ser Defensor del Pueblo, carece de una fundamental: independencia político partidaria. Y es precisamente esa característica la que hace toda la diferencia. Por ejemplo, cuando el Concejo designó a Dora Montes en 2003, también como fruto de un acuerdo político, en los considerandos del Decreto de designación se decía: “suma rectitud e imparcialidad… valores indispensables para vigilar y controlar… la Administración Municipal y la conducta de sus agentes, en defensa de los derechos e intereses de los ciudadanos y la comunidad pilarense”.

Montes pasó de ser calificada por la prensa como una “pattista de paladar negro” (2003) a autodenominarse “zuccarista de paladar negro” (2007) y terminar tercera en la lista de concejales del oficialismo. Lo que realmente sucedió con ella fue que no sumó ni rectitud ni imparcialidad, porque la actitud recta e imparcial hubiera sido renunciar como Defensora antes de haber aceptado cualquier ofrecimiento a integrar la lista de candidatos del partido del gobierno, a quien supuestamente todavía debe controlar.

El jueves pasado escuché las mismas palabras elogiosas sobre el futuro Ombudsman: “suma rectitud e impar­cialidad… valores indispensables para vigilar y controlar…”. Aunque sea así, está claro que el procedimiento de designación no fue ni recto ni imparcial. Todo lo contrario. Fue absolutamente irregular, en primer lugar, porque no es el partido del ex Comisario Patti la primera minoría opositora (desde el 28 de octubre quedó ubicado en tercer puesto, detrás de la Coalición Cívica y de Unión PRO); en segundo lugar, porque como referente de la auténtica primera minoría pedí el uso de la palabra (la ordenanza que creó la denominada “Banca 21” o “del Pueblo” así lo permite); incomprensiblemente, ni Isabel Arata, Presidenta del HCD, ni Marcelo Martino, su Secretario, me lo permitieron; Martino intentó una pobre e inútil explicación para justificar su negativa.

Es lamentable que un funcionario público censure a quienes pensamos diferente. Pero más lamentable es que el ex presidente del Concejo, Marcelo Castillo, se haya referido en forma despectiva y autoritaria a la Coalición Cívica (y transitivamente a los 10 mil pilarenses que apoyaron nuestra propuesta de transparencia y participación), como “una minoría ilustrada que quiere imponer su posición”. Castillo debería saber que la falta de respeto a las minorías fue lo que desencadenó la violencia y el dolor de los setenta, el período más negro de nuestra historia reciente.

Mi propuesta, que fue planteada por primera vez en 2003, y reiterada en 2007, es la de ofrecerle a las ONG’s la posibilidad que propongan candidatos a la Defensoría directamente ante el HCD. Pero los concejales decidieron apoyar la designación de Bargaglio, que por todas las consideraciones hechas, nace deslegitimado. Por esa misma razón, Dora Montes no supo o no pudo oponerse a “los abusos de la administración”, como el tarifazo de Sudamericana de Aguas, la instalación en lugares prohibidos de las contaminantes antenas de telefonía celular, la tosquera ilegal “Laguna Dorada” que permitía el Gobierno, la falta de médicos en los hospitales y en las salitas; ¿por qué creer que Bargaglio podrá?

Aunque un Concejal dijo el jueves que estaban “dándole a Pilar un Defensor”, creo que los integrantes del actual Concejo Deliberante aprobaron que la Defensoría siga siendo una institución manejada para acomodar a alguien “que no moleste”, o que le agradezca al intendente Zúccaro “por el trabajo que me ha dado”, como expresó Dora Montes en diciembre de 2003, al asumir como Defensora. Una vergüenza, y una lástima.

martes, 9 de octubre de 2007

Carta abierta N° 1. A los vecinos de Pilar, en respuesta a los dichos de Humberto Zúccaro sobre la falta de propuestas de la oposición

La opinión que me merece la gestión de gobierno del intendente Zúccaro es bien conocida. La vengo expresando desde finales de 2003, cuando el médico que venía “para curar a Pilar” era para muchos una promesa. Para mí, Zúccaro simplemente era un ex concejal que durante 12 años en el deliberativo había aportado poco a nuestro distrito. En esos largos años, había defendido cada uno de los aspectos que ahora al asumir, más le cuestionaba a sus antecesores inmediatos, Bivort, y Alberini. Sin embargo, no deja de sorprenderme la desvergüenza con la que se expresa ante cada tema. Es como si creyera estar gobernando a una comunidad de desmemoriados.

Y puede que algunos tengan mala memoria. Pero no me cabe duda que esa supuesta desmemoria colectiva está alimentada por la millonaria cifra que el intendente destina al rubro “publicidad y propaganda”. Por caso, digamos que Bivort gastaba en los medios de prensa locales unos 50 mil pesos anuales. Zúccaro gasta 20 veces más: alrededor de un millón de pesos. Eso sin contar como publicidad los números artísticos que se contratan para los festejos patronales del 12 de Octubre.

La supuesta falta de propuestas de la oposición que Zúccaro denuncia, puede que aplique para otros candiatos, pero no para mí. Su afirmación queda desmentida con sólo visitar http://gabriellagomarsino.blogspot.com, http://es.youtube.com/glagomarsino o http://www.lagomarsino2007.com.ar; allí se encuentran algunas propuestas de políticas públicas que he venido haciendo desde hace más de 10 años. Quien quiera abundar más, puede remitirse a los archivos de los diarios locales, en donde me encontrará en permanentes intervenciones en las que siempre hubo una propuesta (o varias) acompañando a cada crítica.


La Salud
Por citar sólo algunos ejemplos, en 2004 critiqué la mal llamada “descentralización de la salud”, y propuse que debería fortalecerse el sistema de atención primaria (las salitas) y —al mismo tiempo— encarar la construcción de un nuevo hospital central. De más está decir que lo que hizo Zúccaro fue bien distinto, y nefasto. Con el sólo propósito de recibir más dinero de la coparticipación provincial, puso camas en los hospitales de Del Viso y de Derqui. Y no mucho más. Así, y a modo de ejemplo, hoy una mamá embarazada y con un niño de 4 años que tenga su parto en el hospital Meisner de Derqui, debe internar a su hijito de 4 años en el Hospital Falcón de Del Viso y, de llegar a necesitar una interconsulta con cirugía o traumatología, deberá trasladarlo al Hospital de Pilar. De requerir tratamiento quirúrgico, el niño deberá ser trasladado nuevamente a Del Viso para luego ser derivado a un centro de mayor complejidad, ya que el distrito carece de especialidades quirúrgicas infantiles (anestesia, cirugía, traumatología).
Y no debemos dejar de mencionar la lamentable precarización del sistema de salud pública que genera el festival de contratos que este gobierno lleva adelante. Muy lejos de servir “para curar a Pilar”.

Las prioridades

Algún desprevenido podrá creer sinceramente que se necesita todo: tanto de las obras y de los servicios, como también de los números artísticos en la plaza; falso: cuando sucede —como sucedió— que muchos recién nacidos se retiran del hospital Meisner de Derqui sin haberseles realizado el “FEI”, que es un análisis requerido por “Ley Nacional de Cumplimiento Obligatorio” ya que previene enfermedades gravísimas, debemos entender que si bien todo es necesario, no todo tiene la misma prioridad. Porque si un solo recién nacido sale del hospital sin su análisis, y su mamá no vuelve mas adelante para que se lo hagan, y luego ese chiquito se enferma, poco importa lo bien que cante Diego Torres. Con lo que le cuesta a la municipalidad (a todos nosotros) el alquiler de su escenario, se podrían pagar decenas de miles de tarjetas para hacer el “FEI”a los recién nacidos. Y se podrían salvar vidas.


Campaña pobre
Lo que para algunos puede considerarse una campaña “pobre”, en el caso de la Coalición Cívica es más bien una campaña “austera”. Pero hay algo más importante: nuestra campaña, además de austera, es transparente; el mes pasado me comprometí a entregarle a la Fundación Poder Ciudadano, capítulo argentino de Transparencia Internacional, todos los detalles de los ingresos y gastos de mi campaña, para que los publiquen y sean conocidos por todas mis vecinas y vecinos; lo mismo hice en 2003. Zúccaro no lo hizo nunca, y mintió: antes de asumir el gobierno, hace 4 años, dijo que los iba a dar a conocer: nunca lo hizo. Alcalde, ahí tiene otra propuesta: dígale a los vecinos, usted que es “su intendente amigo”, en qué nos gastó la plata de todas y de todos.

Además de las referidas a salud, tengo decenas de propuestas más: sobre seguridad, obras públicas, medio ambiente, tasas municipales y gasto público, la inseguridad del corredor nocturno de la Ruta 8, etc., etc. Pero las propuestas referidas a la salud me parecen tan importantes que no quiero que pierdan relevancia al comentarlas entre otras. Prefiero seguir enumerándolas en los días que restan para las elecciones.


Nada para debatir
Una última reflexión: refiriéndose a la posibilidad de participar de un debate con otros candidatos, Zúccaro dijo que “el debate lo tienen que hacer aquellos que aún no llegaron al gobierno. Yo tengo que dedicarme a seguir trabajando, además no hay propuestas ni nada para debatir”. ¿Cómo que no hay propuestas? ¿y las que mencioné en esta carta que son? ¿Cómo que por estar gobernando no tiene que debatir? Es una actitud autoritaria y profundamente antidemocrática esta de rechazar el debate de propuestas. Pero algo de lo que dijo quizás sea cierto: que no hay propuestas ni nada para debatir: se debe haber referido a su propia gestión.

miércoles, 25 de julio de 2007

Menos cortesanos. Mejor salud

(www.gabriellagomarsino.blogspot.com 25/07/2007) Lo que deseo compartir con usted en esta nota sucedió en la noche del pasado 10 de junio, cuando una de las siempre abnegadas trabajadoras del Hospital Sanguinetti de Pilar, mientras prestaba servicio, fue víctima de un hecho terrible, casi trágico: un paciente, que estaba siendo atendido por ella, intentó violarla; gracias a Dios no pudo lograrlo. El degenerado terminó huyendo, quizás porque se asustó ante los gritos desesperados de otra compañera que pedía auxilio, o quizás porque la resistencia de la víctima —que le costó una costilla rota— fue mayor a la esperada.

En el sistema público de salud de Pilar las cosas no están bien. ¿Alguna vez lo estuvieron? Quizás sí, pero de eso hace ya demasiado tiempo. En los últimos años, en la gestión de quien “llegó para curar a Pilar”, la salud está decididamente mal. El Hospital Central no tiene personal suficiente para que las guardias estén completas, y demasiadas veces los profesionales y técnicos sienten temor a enfrentar juicios por mala praxis al tener que atender sin contar con todos los recursos necesarios. En un caso reciente, el municipio tuvo que pagar cientos de miles de pesos para indemnizar a un paciente.

A los problemas “difíciles” como la falta de una adecuada infraestructura edilicia, se le agregan otros que se podrían resolver de manera simple, si se contara tan sólo con la decisión de hacerlo. Asignar algunos enfermeros más mejoraría la situación. ¿Que no hay recursos para eso? Falso. Para ponerlo en números, las áreas que dependen directamente del intendente (secretaría privada, prensa, protocolo y la UMGE) emplean unas 250 personas, y gastan —sólo en personal— más de 3 millones de pesos por año. Es casi la misma cantidad de personal asignado al Hospital. Pero mientras que las personas que trabajan alrededor del intendente aportan poco al bienestar de los pilarenses, los trabajadores de la salud hacen a menudo toda la diferencia. Se los puede ver caminado apresurados por los pasillos del Hospital, recorriendo las salas y prestando sus hombros ante el desconsuelo de la enfermedad o la muerte. Suelen ser víctimas de gastritis, stress, caída de pelo, agresiones verbales... y también de agresiones físicas. A los otros cientos que componen la corte del alcalde, en cambio, se los suele ver en los actos oficiales con el sólo propósito de que la foto del diario de mañana muestre mucha concurrencia.

A casi 4 años de las reformas impuestas en el sistema de salud municipal por la gestión de Zúccaro, la salud pública sigue enferma. Hay, incluso, quienes aseguran que antes estaban mejor: los médicos recibían dinero proveniente de lo que se factura a las obras sociales, y se aplicaba la carrera médico hospitalaria; los vecinos contábamos con 22 centros de atención primaria, prácticamente los mismos que hoy. Pero como ahora éstos centros tienen menos médicos que antes, muchos deciden concurrir directamente al hospital en vez de ir a la sala de su barrio, desbordando un sistema que no alcanza a ofrecer respuestas.

El intento de abuso deshonesto que sufrió una empleada del Hospital Sanguinetti no tiene que pasar por alto. Tengamos presente que mientras por un lado el gobierno deja a los centros de salud sin personal idóneo suficiente alegando falta de recursos, por el otro destina millones en pagarle a ñoquis cuya única misión parece ser la de cuidar la buena imagen del ciudadano Humberto Zúccaro.

domingo, 20 de mayo de 2007

Buena Imagen

(GABRIELLAGOMARSINO - BLOGSPOT, 20/05/2007) A principios de mes se conoció una encuesta publicada por El Diario que fijaba en casi un 60% la imagen positiva del gobierno local encabezado por el intendente Zúccaro. En contraposición, el gobierno provincial de Felipe Solá cosechó menos de un 30% de opiniones positivas.

Que el gobierno comunal duplique en imagen positiva al provincial no debe asombrar. Una de las razones de tamaña desproporción radica en el hecho de que son pocas las cintas cortadas por la tijera del ingeniero Solá en el distrito; por el contrario, la tijera del alcalde pilarense no descansa. Todo es motivo de publicidad: desde una obra de asfalto millonaria como el ingreso a la ciudad por la Avenida Tratado del Pilar (que debió ser reparada antes de cumplir 2 años), hasta la inauguración de un modesto semáforo. Aunque los presupuestos sean millonarios o diminutos, la cinta se corta igual.

Dardos envenenados
Otra de las razones, quizás la de mayor peso, es que el gobierno provincial no para de recibir dardos envenenados. Provienen desde el mismo intendente y de su entorno, quienes aprovechan cada micrófono que se les ponga cerca para culpabilizar al ingeniero Solá de todos los males que sufrimos los pilarenses: falta de asfaltos, inundaciones, caos vehicular, transporte público deplorable, inseguridad galopante: todos los males que padecemos son —para nuestros funcionarios— responsabilidad de la Provincia.

Será por esa falta de responsabilidad, de "hacerse cargo", que durante la última y más terrible inundación que sufrió el distrito el mes pasado, el intendente Zúccaro optó por irse a descansar a las cálidas playas brasileñas. Por su cabeza tendría la certeza de que si nos inundamos por culpa del gobierno provincial, él —que sólo es el intendente— podría retozar en las orillas del mar carioca. Mientras el alcalde pensaba eso, tres mil pilarenses sufrían al ver como otras orillas —del Pinazo, Burgueño o Garín— se acercaban llevándoles muebles, ropa, y todo lo que con tanto esfuerzo habían podido lograr. A su regreso, el intendente les advertía a los periodistas con su reconocida "viveza criolla" que el color que tenía era brasileño y no caribeño, "si no mañana publican cualquier cosa".

Sincericidio
La sinceridad no es una virtud que nuestros gobernantes ejerciten a menudo; no al menos cuando de reconocer responsabilidades se trata. Porque si la ejercitaran, el intendente Zúccaro debería aclararle a los vecinos que todos los nuevos emprendimientos inmobiliarios que se contruyeron en Pilar, y a los que él les atribuye gran parte de la responsabilidad por las recientes inundaciones, lo hicieron con el visto bueno del municipio antes que el de la Provincia (no así los viejos countries como Highland y Lagartos, que supieron dejar una generosa franja de ribera sin edificar). Tal vez no cometa tal “sincericidio” por temor a perder algunos puntos de la tan buena imagen que le asignan las encuestas.

Así, la secretaria de Obras Públicas podrá seguir intimando a algunos emprendimientos privados a cumplir las leyes, simulando ante la sociedad que son los emprendimientos los responsables por las inundaciones; pero los vecinos no deberíamos esperar demasiado de esas intimaciones, que suenan más a acto de campaña que a acto administrativo serio. Sucede que en política, como en cualquier otro orden de la vida, cada decisión (o la falta de decisión, el “dejar hacer”) tiene sus consecuencias. Y éstas, a veces, son irremediables.

viernes, 6 de abril de 2007

Calle cerrada

(GABRIELLAGOMARSINO.BLOGSPOT.COM, 06/04/2007) Desde hace casi dos semanas, la calle Granadero Mateo Gelves (ex El Petrel) se encuentra cerrada al tánsito. La única indicación de ello es un trozo de chapa con aspiraciones de cartel de obra, y 2 inmensos montículos de tierra sobre la calle, a modo de barrera fija.

El cartel, pintado con aeorosol negro sobre fondo blanco, dice "Atención calle El Petrel cerrada". Lástima que la millonaria cifra que el gobierno de Zúccaro gasta por año en publicidad le permita potenciar los elogios y minimizar las protestas, pero no le alcance para cumplir con algunos "formalismos" mínimos: el nombre del organismo público que realiza la obra, el plazo de finalización, y el monto a invertir, entre otras cosas.

Según pudo saberse, la Municipalidad está realizando obras de reparación, luego de las cuales, la calle pasaría a ser sólo para tránsito liviano.
Como siempre, el reloj de los tiempos de la administración municipal atrasa: cuando el asfalto de la calle El Petrel ya era transitado, pero aún no había sido oficialmente inaugurado, en noviembre de 2000, decenas de vecinos de Villa Alpina II solicitamos que la calle sea sólo para tránsito liviano.

Petitorio
A fines de 2000, pedimos que se revoque la autorización concedida por el H.C.D. para la circulación de tránsito pesado sobre la calle El Petrel; que se instale un semáforo con accionamiento por demanda para permitir el cruce de peatones; que se instalen reductores de velocidad; y que se coloque en forma inmediata señalización vertical y horizontal.

Apenas los dos últimos puntos fueron mal atendidos; los primeros, ni siquiera fueron considerados. Personalmente le entregué en mano una copia del petitorio a un por entonces soberbio concejal José Molina; "si (la calle El Petrel) va al Parque, cómo se te ocurre que no sea para tránsito pesado", se apuró a decirme el hoy senador provincial. No cabía en su cabeza (ni en la de sus pares) que esa calle no pudiera ser la receptora de los camiones que por ella circulan a diario desde y hacia el complejo fabril; aunque los camiones fueran miles, y el camino tuviera —como tiene— escasos 7 metros de ancho, y carezca de banquinas. Para los ediles, si el acceso conducía al Parque Industrial, tenía que ser para tránsito pesado. No había otra.

Demasiado tarde
Tuvieron que pasar más de 6 años de muchos inoperantes funcionarios que así como llegaron, se fueron; tuvo que pasar por el mundo Germán Jaime Kelly, un niño grande que ahora nos mira desde el cielo; tuvo que dejar huérfanos y una viuda aquél camionero que se desbarrancó desde el puente. Tuvieron, hoy, que malgastarse horas de las vidas de tantas y de tantos que —desde sus puestos de trabajo— logran que el Parque Industrial de Pilar sea "el más grande de Sudamérica".

Luego de años con todos esos "tuvieron", ahora el Honorable Concejo Deliberante decidirá que El Petrel será sólo para tránsito liviano.
Genial, pero tarde. Casi tan tarde como la hora a la que hoy llegaron al Parque los que allí trabajan.

En la escalera que lleva a las oficinas de los distintos bloques de concejales, un cartel juega con el doble sentido: "No te lleves por delante a nadie al subir porque te lo puedes encontrar al bajar". Qué pena que no lo leyeron antes: con un poco menos de soberbia y con un poco más de espíritu abierto, hubieran evitado mucho dolor, y muchos millones en horas de vida desperdiciadas en un viaje inútilmente largo.

domingo, 25 de marzo de 2007

Peor que las vacas

(GABRIELLAGOMARSINO.BLOGSPOT.COM, 25/03/2007) Ayer lunes el Concejo Deliberante se aprestaba a tratar un nuevo llamado a licitación para dos de los recorridos de la empresa Ruta Bus. Aunque esta columna fue escrita antes de que se realizara la sesión, se aseguraba que le quitarían el permiso precario que posee la firma.

Sucede que muchos vecinos se quejaron del pésimo servicio que ofrece Ruta Bus. En nuestro distrito una tercera parte de la población no posee acceso al transporte público a menos de 3 cuadras de su casa. A nadie escapa el hecho de que en nuestro país el transporte público es utilizado mayoritariamente por las clases populares; los ricos viajan en auto.

Se va la segunda
Por eso, cuesta entender que el gobierno no resuelva una cuestión tan esencial para la vida de la mayoría de los habitantes del Distrito; suena incoherente el discurso de “integración”, de “un Pilar para todos” con el que el gobierno nos apabulla, porque en la práctica va consolidando un distrito diametralmete opuesto al que dice anhelar. Pretende lograr credibilidad a costa de comunicar su farsaencauzando ingentes recursos públicos hacia la propaganda oficial.
En 2004 el gobierno comunal ya supo efectuar un llamado a licitación para concesionar los recorridos de los colectivos. La empresa Ruta Bus —al igual que las demás firmas con recorridos autorizados— recibió por entonces el inexplicable “regalo” de 10 puntos en la calificación de la oferta licitatoria que definió su continuidad.

Los funcionarios responsables de tal medida (principalmente el intendente Humberto Zúccaro, su secretario de gabinete Osvaldo Pugliese y el Concejal oficialista Roberto Fernández) expicaron que ese “privilegio” en la calificación era habitual. Se equivocan: en el mundo del deporte, por caso, cuando un equipo (o un deportista) destacado debe competir contra otro menos preparado, las diferentes capacidades de los atletas son compensadas otorgándole al “bueno” puntos de handicap, es decir, una desventaja que permite cierta nivelación. Justo lo contrario de lo que hizo el intendente Zúccaro a través de su espada en el Concejo.

¿Premio o castigo?
Hace algunas semanas atrás, en una reunión caliente entre autoridades y usuarios de la línea cuestionada, Fernández cosechó aplausos de los desinformados vecinos que le agradecieron su promesa de castigar a Ruta Bus con la quita de su permiso.
Sin embargo, ya estaba definido que el “castigo” a Ruta Bus sería compensado con holgura: le extenderían el permiso para explotar otros recorridos. Como si fuera otra empresa. Eficiente, moderna, cumplidora. Y como si los vecinos fueran idiotas.

Tanto nos subestiman desde el gobierno, que cuando la periodista Mariela Reynoso de FM Plaza le preguntó a Roberto Fernández (hace ya más de un año) porqué Ruta Bus tardaba 2 horas para hacer las 30 cuadras desde el centro de Pilar a La Lomita, éste balbuceó un “sería interesante ver los horarios primero… y después veremos como es el tema…”. Y cuando le preguntó por los talleres que la empresa tiene ilegalmente sobre la calle Tucumán, Fernández repitió el discurso oficial: dijo que su traslado era inminenete: “…han comprado la tierra… han traído las escrituras y todo… ahora ya han empezado a rellenar, y bueno, ya a los colectivos van a empezar a tenerlos allá…”.

Sin palabras. Los talleres siguen en la calle de siempre, mientras que el servicio continúa siendo tan malo como de costumbre. Que alguien le avise a Fernández que el Presidente de la Comisión de Transporte del HCD es él, por si no se enteró. Y que alguien le avise a Zúccaro que la excusa de que “no depende de él” la podrá seguir utilizando —como lo hace— para justificar su incapacidad frente a la ola de inseguridad, pero no para referirse al transporte de colectivos dentro del distrito, porque éste sí depende exclusivamente del gobierno que él encabeza. No me caben dudas de que el jefe comunal ya lo sabe. Y las firmas de colectivos también. Quizás por eso, el intendente siempre consigue el apoyo de las generosas empresas para llevar gente a los actos que organiza el Gobierno nacional. En consecuencia, el “Pilar para todos” de Zúccaro no contará nunca con un servicio de transporte moderno y eficiente.

Los sufridos usuarios de colectivos estarían más que agradecidos si por un instante nuestros gobernantes dejaran de lado la demagogia, y —asumiendo la responsabilidad que les cabe— consiguieran hacer falso el lamentable adagio popular que asegura que “las vacas viajan mejor”.

martes, 16 de enero de 2007

La ideología de las encuestas

(EL DIARIO REGIONAL, 16/01/2007) En una entrevista que le hicieron el sábado pasado por SOS Noticias (FM Plaza), Jorge Macri, autoproclamado precandidato a gobernador por el Pro, dijo que existen posibilidades de construir una alianza opositora, porque en última instancia no interesan tanto las distintas miradas ideológicas que cada uno pueda tener de la realidad, sino que fundamentalmente importa qué tan bien se mide en las encuestas.

Mi opinión es que Macri, y los muchos que como él plantean una alianza electoral "pre-ideológica", se equivocan o -peor aún- engañan a quienes hartos de la corrupción, la ineficiencia y el individualismo propios de la política vernácula, se convencen de que si contáramos con políticos honestos, todos nuestro males se resolverían de manera mágica.

Lamentablemente, las cosas no funcionan de manera tan simple, aunque desde ya, sea imprescindible que nos gobiernen personas honestas. Los gobiernos, tanto sean de una nación o de un municipio, actúan en dos planos: uno es el podríamos denominar de la "gestión", del "día a día": hacer bacheos y asfaltos, prestar servicios de salud en los barrios, controlar el transporte público municipal, habilitar y contolar comercios, etc.; el otro, que podría llamarse "estratégico", de largo plazo, es el plano que define la ciudad en la que vivirán nuestros hijos. Y aquí, la ideología importa.

Algunos ejemplos
Cuando el problema de los colectivos en Pilar se hizo insoportable y los vecinos de muchas localidades hicieron escuchar su descontento, el gobierno anunció que tomaría cartas en el asunto y diseñaría lo que la prensa tituló "el transporte que viene". Las opciones eran dos: o atender las necesidades de la población de manera decidida y con compromiso social, llamando a licitaciones públicas transparentes, o continuar con las prebendas que permiten que siempre sean las mismas pocas empresas las que someten a sus pasajeros a viajar "como ganado" (aunque algunos vecinos aseguran que "las vacas viajan mejor"); así fue que en el pliego de licitación elaborado por el gobierno, se optó por lo último, otorgándoles a las empresas en funcionamiento una incomprensible ventaja, que hizo virtualmente imposible que se presenten nuevas firmas.

Otro ejemplo: cuando se anunció la descentralización del sistema de salud, sólo se pensó en los mayores fondos coparticipables que recibiría Pilar desde la Provincia por tener más camas. Nadie desde el gobierno pensó en la tragedia de las madres que serían condenadas a peregrinar de localidad en localidad para ser atendidas, ni se pensó en los chiquitos que morirían a causa de la descentralización pergeñada por quien llegó "para curar a Pilar", al no poder ser atendidos de manera rápida y eficaz.

Bien, estos dos ejemplos tienen en común el haber sido enfocados por el gobierno con la misma mirada ideológíca: la de la eficiencia perversa del "mercado" por sobre las necesidades de los ciudadanos; la de la negación de los más humildes como sujetos de derecho, o peor aún, su criminalización ("los delincuentes vienen de los distritos vecinos pobres", Zúccaro dixit); en definitiva, la mirada de la exclusión.

En época de elecciones conviene estar atento: muchos políticos saldrán a intentar convencer con el discurso de que no importa quienes tripulen el "barco" que habrá de conducirnos a nuestro destino de grandeza, mientras sean honestos. Nos engañan, o se engañan, porque en definitiva, es el capitán junto a su tripulación quienes nos permitirán alcanzar un horizonte u otro. Alí Babá y los 40 ladrones podrán ser eximios navegantes, pero personalmente prefiero políticos que además de honestidad, me aseguren que trabajarán para lograr un Pilar más equitativo, con más oportunidades para todos, en donde cada ciudadano sea parte, aunque le haya tocado vivir "afuera del alambrado", y sus ingresos no le alcancen para veranear, como a Zúccaro, en las cálidas arenas de Brasil.

domingo, 7 de enero de 2007

Chirolitas

(EL DIARIO REGIONAL, 07/01/2007) "Todos levantaron las manos como "chirolitas" sin ver de qué se trata. Hasta la oposición, que ya no existe, votó a favor". La frase corresponde al edil oficialista Miguel Saric, y fue pronunciada luego de que el cuerpo deliberativo que él mismo integra aprobara otro (y van...) canje de tierras, operación "siempre proclive a la suspicacia". Sobre todo cuando en función de los tiempos de la burocracia municipal, algunos expedientes -como éste- parecen viajar en tren bala, mientras que otros, como los pedidos de información pública, directamente no viajan ni en carreta, porque mueren en el mismo cajón de la Mesa de Entradas por donde ingresaron.

Según la legislación sobre barrios cerrados en la Provincia de Buenos Aires, los emprendimientos deben ceder "espacios verdes libres y públicos y reservas para equipamiento comunitario", cuya superficie se calcula de acuerdo a una tabla contenida en el artículo 56 del Decreto-Ley 8912/77. La cantidad total de metros cuadrados a ceder dependerá de la extensión del barrio cerrado y de la densidad poblacional que se proyecte alcanzar. La misma ley prohíbe que las áreas verdes se desafecten de su destino original, "salvo en caso de permuta por otros bienes de similares características".
Si bien la ley no habla de canjear tierra "de adentro" del emprendimiento por tierra "de afuera" del mismo valor económico, sí aclara que deben ser de características similares.

Pongamos un ejemplo: un emprendimiento está obligado a entregarle al municipio dos mil metros de su propio terreno, pero le ofrece en"canje" diez mil metros cuadrados, es decir 5 veces más, haciendo que la propuesta suene más que tentadora. El punto está en que la tierra, como los concejales, no tiene el mismo valor en cualquier circunstancia; dentro del emprendimiento de nuestro ejemplo puede valer unos 70 dólares por cada metro cuadrado, mientras que en el lugar "de afuera" ofrecido con inexplicable generosidad, se puede cotizar a 3 dólares (¡23 veces menos!).

Si usted, estimado lector, se asombra por la desvergüenza de los ediles que aprueban este tipo de "arreglos", permítame aclarar dos puntos: primero, que este es un ejemplo reciente y real; segundo, que el precio del metro cuadrado que terminó logrando el emprendimiento para comprar la tierra "de afuera" que le entregaría al municipio, le habría costado casi cuatro veces menos que los magros 3 dólares de valor de mercado. En síntesis, cada metro cuadrado con los que se quedó el inversor privado vale 70 dólares, pero cada metro cuadrado que entregó a cambio le costó menos de 1 dólar... buen negocio, ¿no?.

El canje aprobado la semana pasada quizás no presente tan astronómica diferencia de valores, pero tampoco es despreciable: el barrio cerrado "Las Orquídeas" se está construyendo sobre la ruta panamericana, mientras que la tierra cedida al municipio está en Villa Del Carmen, uno de los barrios más postergados de todo el distrito, trístemente recordado por "La Lista de Mabel", un listado con los nombres de cientos de enfermos de cáncer que tenían en común el vivir a pocos metros de transformadores con PCB y líneas de alta tensión.

Según dijo ayer por FM Plaza en una entrevista de SOS Noticias el reelecto edil oficialista Roberto Fernández, uno de los expedientes aprobados "venía de la Jefatura de Gabinete" -área conducida por el ex concejal de la Alianza Osvaldo Pugliese- y "ellos deben haber hecho su estudio", "le deben haber pedido en Obras Públicas que es lo que (sic) necesitan", reconociendo con sus palabras que él, como muchos de los que levantaron sus manos, no lo habrían hecho por haber por convencimiento luego de estudiar a fondo una cuestión tan delicada, sino por haber actuado como marionetas manejadas por el "Chasman" del Departamento Ejecutivo. (Marioneta: dícese de la persona que se deja manejar dócilmente).
"Sé que viniendo del (Departamento) Ejecutivo se toman todos los recaudos", aclaró Fernández, que no parece estar enterado de la división de poderes, uno de los pilares de cualquier sistema de gobierno democrático.

Aunque Fernández dijo que haber tratado de 'chirolitas' a los Concejales le parece un poco irrespetuoso, en mi barrio, como en el del Concejal Saric, a quien a falta de criterio propio se deja llevar por la voluntad de otro, lo llamamos así, Chirolita. Pero si con su vergonzosa aprobación, los ediles hubieran provocado un perjuicio al patrimonio municipal, podrían ser llamados a declarar ante los tribunales, y si llegara a ser imputados y luego condenados por la comisión de algún delito, podrían pasar a llamarse de otra manera, por cierto menos cándida que "chirolitas".

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