sábado, 25 de diciembre de 2010

Sálvese quien pueda

Desde hace años, la mayor preocupación que empareja a los argentinos, sobre todo de aquellos que viven en la ciudad de Buenos Aires o en alguna otra de las que, como Pilar, integran su conurbano, es la inseguridad; la angustia de salir de casa por la mañana, rezando para que a la noche podamos reencontrarnos con nuestros seres queridos, no distingue clases sociales; da lo mismo que uno habite el más exclusivo country de Pilar, o el más modesto de sus barrios, esos a los que el ingenio popular ha definido como “privados” porque carecen de servicios tan básicos como el agua potable, las cloacas o el transporte público. Ni hablar de la seguridad.

En situaciones críticas, los seres humanos sacan a la luz lo mejor y lo peor de lo que son capaces. Abundan ejemplos de personas que se inmolaron para salvar a otros de la horrorosa tragedia de una guerra, y también abundan casos opuestos, ejemplos repudiables del nefasto “sálvese quien pueda”. Paradójicamente, el “sálvese quien pueda” logra en épocas como la actual cierta mirada benevolente, que justifica lo que desde todo punto de vista está mal.

Si algo tiene Pilar que debería haberse resuelto hace tiempo, es la evidente desintegración social, que el gobierno zuccarista profundiza, desoyendo el profundo clamor del General Perón en 1973: “a esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”. Los egoístas de Pilar (los que están el gobierno y los que no), parecen desconocer que el individualismo, la inequidad, y su fruto, la exclusión, son el principal componente de una sociedad con elevados índices de criminalidad. Por eso las únicas políticas capaces de lograr una sociedad sin violencia, son aquellas que se orientan a achicar la brecha social, a tender puentes que unen, brindando servicios públicos y derechos para todos.

Que la semana pasada, ante el hecho consumado de la usurpación flagrante de la vereda de la calle Alem, en La Lonja, por parte del Country Mapuche, el gobierno haya “respondido” legalizando el delito, permitiendo a través de una ordenanza que, a cambio de dinero, Mapuche continuara ocupando la vereda que debería ser por siempre utilizada por los vecinos “de a pie”, es sencillamente vergonzoso. ¿Cómo es posible que los legítimos representantes del pueblo enajenen un bien público tan esencial como una vereda? ¿No saben los concejales que aprobaron ese mamarracho normativo que la calle Alem es de tierra, y el uso de su vereda es imprescindible para cualquier persona que se desplace a pie desde la ruta panamericana hacia la ex ruta 8, o viceversa? ¿Cómo es posible que decidan que una vereda puede ser “vendida”? ¿Nunca se enteraron de que tamaño despropósito aprobado en el recinto del HCD conlleva una actitud autoritaria,  y discriminadora, pero fundamentalmente, generadora de violencia?

Si el Intendente llegara a sancionar la “genialidad” aprobada por sus ediles, deberá tener en cuenta que estará borrando con el codo lo que firmó con su mano, porque la seguridad no es un don que se puede reclamar golpeando las puertas de la gobernación (como el asfalto de las calles), sino que es un bien que se construye día a día, gestionando los bienes públicos para que siempre beneficien a la mayoría por sobre los intereses mezquinos de los grupos de poder, o de sus adláteres en el gobierno municipal.

martes, 30 de noviembre de 2010

Nuestra Plataforma

Nuestra Plataforma
Es el fundamento ético y programático de la Agrupación Municipal “ENCUENTRO PILARENSE” y constituye la base ideológica de nuestro accionar político.
1)Promover el bien común y sostener los principios y fines de las Constituciones Nacional y Provincial.

2)Adherir inclaudicablemente al régimen democrático, representativo, republicano, federal, municipal y pluripartidista.

3)Respetar sin discriminación alguna los derechos humanos en general.

4)Repudiar categóricamente el empleo de la violencia.

5)No auspiciar ninguna forma de concentración personal de poder.

6)Buscar métodos de participación ciudadana y herramientas que mejoren la gestión municipal.

7)Promover la generación de riquezas, en todo el Distrito, apoyar todo emprendimiento productivo que genere crecimiento económico y social de los vecinos.

8)Promover el mejoramiento de la calidad de vida y los valores históricos culturales del Partido del Pilar.

9)Promover políticas en defensa y protección del medio ambiente y la ecología, impulsando acciones en ese sentido.

10)Apoyar las actividades culturales, educativas y deportivas para toda la población. 

Algunas Propuestas

Algunas Propuestas
Salud
Atención primaria: extensión de los horarios de todas las salitas [2000].
Construcción de un nuevo hospital central [2005]
Reimplemetación plena de la Carrera médico hospitalaria [2005].
Obras
Tendido de la red de agua potable en todo el distrito.
Ampliación de la red cloacal, para mejorar la calidad de vida y evitar los riesgos sanitarios que representa el sistema de pozos.
Plan de asfaltos comunitarios: pavimentación de calles en concreto asfáltico en los cascos céntricos de TODAS las localidades del partido.
Educación y Trabajo
Integración Empresa-Escuelas municipales
Creación de espacios de colaboración Universidad-Empresa
Reimplantación efectiva de la Agencia de Desarrollo Local.
Transparencia y Participación
Presupuesto participativo [1998]
Defensor del Pueblo: propuesto por las ONG’s.
Libre acceso a la información pública.
Modificación del Reglamento del Concejo para que todas las votaciones sean nominales (conocer quiénes y cómo votan) .
Seguridad
Creación del Foro Municipal de Seguridad con participación permanente del Intendente municipal. Asignación de un porcentaje garantizado en el presupuesto municipal a la seguridad.
Cultura y Deportes
Creación de Centros Culturales y Deportivos en todas las localidades, con actividades para todos, con amplia participación de las entidades de cada barrio.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Denunciaron al country Mapuche por usurpación de las veredas


Alambrado privado sobre calle pública

El representante del espacio político “Encuentro Pilarense”, Gabriel Lagomarsino, presentó una denuncia penal contra el Country Mapuche bajo la figura de usurpación.
La demanda reclama la apertura de la vereda pública que los vecinos afirman que el club de campo se apropió e instaló un alambrado impidiendo el libre tránsito.
La polémica decisión que el emprendimiento privado habría tomado en junio último sobre la calle Leandro Alem del barrio El Buen Amigo de La Lonja, se conoció horas antes de que el Honorable Concejo Deliberante (HCD) le entregase el permiso para realizar el mismo cerco perimetral sobre la vereda de la calle Presidente Derqui de la misma localidad.
Según el denunciante, las explicaciones por parte de los administradores de Mapuche, señalan que todo está contemplado legalmente con permisos municipales, pero no cuentan con la documentación necesaria para comprobarlo. E incluso los concejales consultados sobre ese permiso, aseguraron no conocer, ni haber tratado expediente alguno para alambrar las veredas de esa calle.
La denuncia presentada por Lagomarsino fue tomada por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 4 de Pilar, la cual fue habilitada el pasado 1º de noviembre y está a cargo de los fiscales Cecilia Chaieb y Federico Mercader. 

Declaración
Denunciante. Gabriel Lagomarsino presentó la demanda ante la UFI 4
En la denuncia formulada por Lagomarsino, señala que los usurpados serían unos 500 metros de una de las veredas de la arteria que une la ruta 8 con la Panamericana. Basándose en el artículo 181 del Código penal, el denunciante ratificó su denuncia.
El referente político deslizó que quien le tomó la declaración, el secretario de la fiscalía, Gabriel Hartmann, le explicó que la denuncia tiene varios pasos en la investigación y entendía que ésta tiene “aristas políticas” y que si bien “no condiciona a la Justicia”, sí pone un marco de referencia a otros casos que son denunciados en la fiscalía.
Por otra parte, Lagomarsino aclaró que cree que en este caso la usurpación se dio a través de la figura de “abuso de confianza” e insistió en que podrían surgir otras responsabilidades y explicó: “como abuso de autoridad o malversación de fondos públicos por parte de la autoridad municipal en el caso de que algún funcionario hubiera habilitado de manera ilegal a instalar este alambrado, ya que ningún funcionario tiene legitimidad para dar ese permiso como muchos vecinos creen que pasó”.
Además, el denunciante remarcó que los frentistas de la zona relataron varios hechos que no predican la integración del distrito que promueve el Municipio entre los barrios abiertos y las urbanizaciones cerradas.
Según contó el referente de Encuentro Pilarense, caminó la zona con algunos de los vecinos que le remarcaron el maltrato y las intimidaciones que realizan los hombres de seguridad desde el interior del country.
El relato asegura que cuando la gente camina por el reducido espacio que quedó libre de la vereda “hay sensores de movimiento o proximidad en el alambrado que se activan y los guardias de seguridad se acercan velozmente parta intimidar a que se alejen del alambre o interrogarlos”, remarcó Lagomarsino.
Al mismo tiempo, dijo que los vecinos contaron casos en que ellos escuchan música en sus casas fuera del emprendimiento y porque a la gente del interior de la urbanización le parece que el volumen está muy fuerte, se acercan a intimidar a las personas para que lo bajen. 

Un conflicto que continúa 
En junio último uno de los emprendimientos más antiguos del distrito, el Country Mapuche, colocó un alambrado perimetral doble, abarcando el espacio público perteneciente a la vereda.
Según explicaron desde el emprendimiento, el perímetro fue colocado por razones de seguridad y en un marco legal.
En medio de ambos tejidos, quedó un sendero de unos tres metros de ancho, por el cual los móviles de la seguridad privada que custodian el emprendimiento recorren el perímetro e instalaron garitas para los vigilantes.
Pese a los reclamos y las quejas por los inconvenientes que se dieron entre los vigiladores privados y los vecinos por el accionar de los sensores en el cerco, a mediados del mes pasado los ediles autorizaron a Mapuche a colocar un doble alambrado con similares características, sobre la otra arteria que costea el emprendimiento y une la ruta 8 con la autopista Panamericana.

sábado, 16 de octubre de 2010

Depredadores


Confieso que no sabía del alambrado que corre a lo largo de Leandro N. Alem, calle que separa el Barrio abierto El Buen Amigo del Mapuche C.C. Fue colocado por el country hace alrededor de un año, no sobre la línea municipal, sino usurpando unos 3 metros de espacio público. Habría sido puesto con el visto bueno del gobierno: “Sí, justamente eso es lo que nosotros solicitamos (a la Municipalidad) permiso para hacer”, reconoció el gerente de Mapuche.

Por si fuera poco, la semana pasada una mayoría de concejales levantaron sus manos para aprobar la cesión a favor del country de más veredas, esta vez sobre la calle Derqui. Esta calle motivó una denuncia que publiqué el 1º de diciembre de 2004 (“La gran estafa”): “A los vecinos de la calle Derqui, arteria que hasta ahora une la Ruta 8 con la colectora de Panamericana entre el Country Mapuche y su campo de deportes, no les irá bien: el municipio decidió vender unas cuadras de dicha calle al country, de modo que los vecinos no podrán utilizarla; para llegar a Panamericana, deberán hacer unas cuantas cuadras más”.

Aunque la situación aquí planteada se refiere al country Mapuche, está lejos de ser inusual. Pareciera ser que la ley contiene con sus límites a algunos, pero no logra alcanzar a demasiadas urbanizaciones cerradas de Pilar, para quienes las normas son un obstáculo que debe ser sorteado. Convalidados por distintas administraciones gubernamentales tanto provinciales como locales, casi ningún emprendimiento privado respetó los 7 kilómetros de separación entre sus puntos más cercanos que establece la Ley provincial 8912 de 1977. Tampoco respetaron los 7,5 metros de franja perimetral mínima, que es mandatoria, siempre que el country no tenga resuelta su circulación perimetral. En casos como el de Mapuche y la calle Alem, el Estado ya le había otorgado al country la concesión de no tener que dejar dicha franja en su interior. Pero que ahora Mapuche pretenda además una franja de vereda pública, resulta cuanto menos abusivo. Y hablando de abusos, mire el lector a su alrededor cuántos emprendimientos construyeron la obligada vereda perimetral: no va a encontrar demasiados. En los pocos casos que sí lo hicieron, como el Mayling C.C., cometieron el desatino de publicitar su “obra” con un cartel que reza “Este sendero es un aporte a la comunidad de Mayling C.C.” (nada que envidiarle al intendente Zúccaro y la arrogancia de pintar su nombre hasta en las ambulancias). Para colmarlos de “concesiones”, el municipio analiza en estos días destinar recursos municipales a monitorear las cámaras de vigilancia que poseen las urbanizaciones cerradas.

Me pregunto porqué quienes gobiernan consideran que los bienes —que deberían administrar con prudencia mayúscula— les pertenecen, y pueden disponer de ellos a su antojo? Decía Perón que “los muchachos son buenos, pero si se los controla, son mejores”, refiriéndose a la conveniencia de establecer mecanismos de control gubernamental. Después de 7 años, y considerando las permanentes excepciones y “vista gorda”, queda claro que tanto el intendente Humberto Zúccaro como sus concejales y los otros (pretendidos opositores que comparten con los ediles oficialistas “la misma vereda”) son muchachos que nadie controla, y muchos dudamos que sean buenos.

martes, 12 de octubre de 2010

"Prohibido olvidar"


La semana pasada, y con casi un año de demora, la Municipalidad de Pilar puso en funcionamiento el sistema de cámaras de seguridad.
El acto de inauguración se organizó al detalle, como para asegurar una tapa de los diarios más que favorable al gobierno. Estaban todos: el Intendente de Pilar Humberto Zúccaro, el Ministro de Seguridad Ricardo Casal, el Gobernador Daniel Scioli, representantes de los foros vecinales de seguridad, concejales oficialistas, y otros que no lo son tanto (sería exagerado llamarlos “opositores”). Estos perpetuos habitantes de los escenarios oficiales deben haberse sentido más que satisfechos: estaban poniendo en marcha nada más y nada menos que al sistema de cámaras de seguridad, cuestión que —presuponen muchos— viene a dar respuesta al clamor ciudadano por mayor seguridad.

Sin salida
Hace años, un reconocido abogado penalista afirmaba en una columna publicada en El Diario Regional, que en la Provincia de Buenos Aires la financiación de la política “se logra a través de la recaudación naturalmente ilegal de la policía”, y continuaba diciendo que “La policía provincial es utilizada para recaudar, y esos fondos que suben, sin duda llegan al brazo político”; finalmente, concluía, “más allá de que otro problema mayúsculo sea la gran exclusión social”,… “si el mecanismo de recaudación sigue siendo el mismo, a partir de los requerimientos de aparatos partidarios, no hay salida”.
Será por esa sospechada complicidad con la política, que siempre sobrevuela cuando se analizan las raíces del delito, que las autoridades gubernamentales se muestran muy susceptibles a los reclamos. Como cuando un grupo de amigos de Matías Berardi se aproximó al acto con dos estandartes con la leyenda “Matías, prohibido olvidar”. Los adolescentes esperaban, con ese reclamo, vencer la perversa dinámica por la cual una muerte permanece en la agenda de las autoridades sólo hasta que una nueva víctima cae, y desplaza a la anterior. Así, cuando Walter, el viudo de Sandra Almirón asesinada en Pilar a fines del año pasado, se reunió con la Presidenta Cristina Fernández, dicen que —mostrándole una fotografía de Sandra— le pidió “Mire esos ojos. No deje de mirarlos. Para no olvidar nunca cuál es su responsabilidad”.
Walter tuvo en cierta forma “suerte”: pudo expresarle su reclamo a la primera mandataria. Los amigos de Matías, en cambio, no la tuvieron: mientras el gobernador repetía desde el escenario que se sentía orgulloso cuando “nos preocupamos de la problemática de los jóvenes”, a pocos metros de allí un grupo de funcionarios y patoteros a sueldo público lo desmentía, amenazando y obligando a los jóvenes a guardar sus dos carteles, mientras los maltrataban con inesperada prepotencia: “Mejor que se vayan porque la van a pasar mal”. Toda la escena transcurrió frente a numerosos trabajadores de prensa, que también recibieron advertencias: “Dame la cámara porque si esto sale en algún lado vas a cobrar”, solicitaron los “gurkas” paraestatales.
Es paradójico que hace algunos meses, en una de las primeras y más exasperadas convocatorias de “Justicia para Sandra”, Zúccaro colara a un empleado municipal sosteniendo un cartel con la leyenda “Sra. Presidenta, Sr. Gobernador, hagan algo o renuncien”. En el acto de la semana pasada, los amigos de Matías no pretendían mostrar una leyenda tan osada; sólo deseaban que nadie se olvidara de su amigo. Y aunque sin poder sostener en alto sus carteles, lo lograron: al día siguiente El Diario Regional denunciaba en su tapa: “Scioli inauguró las cámaras pero recibió reclamos”.

jueves, 7 de octubre de 2010

Dominó mortal

Que la inseguridad golpea día tras día sobre la geografía de nuestro País es algo que por recurrente ya casi dejó de ser noticia. Tampoco es noticia el desconcierto de los vecinos, que como en un trágico juego de dominó, ven caer literalmente a las víctimas de la inseguridad, deseando no ser ellos los próximos.

Es cierto que para reducir el delito hace falta que nos comprometamos todos, como afirmó el Gobernador Scioli anoche, al inaugurar el centro de monitoreo de Pilar. Lo que nadie dijo en ese escenario es que en la lucha contra el delito hay distintos grados de responsabilidad, y los funcionarios públicos, sea el gobernador, sea el Intendente, tienen una responsabilidad mucho mayor.

Pareciera que, o bien no tienen la voluntad de comprometerse, o piensan que es mejor no hacerlo. Me consta la inacción gubernamental, porque de manera formal he presentado una gran cantidad de propuestas para mejorar la seguridad, y sólo se atendieron algunas y en forma acotada; una de ellas fue pedirle al municipio que le exija a las empresas de colectivos que circulen toda la noche, y con una frecuencia adecuada. No se trata de “inventar la rueda”, sino simplemente, que el Intendente Humberto Zúccaro haga cumplir las ordenanzas que él mismo promulgó: desde 2005 convalidó jugosos aumentos de boleto, a cambio de que los colectivos funcionen toda la noche, y a horarios regulares. Cinco años después, los boletos son más caros, se redujeron las secciones, y algunas líneas dejan de funcionar apenas entrada la noche. De ahí a que existan más delitos contra las personas, hay un solo paso: si cualquiera de nosotros tiene que esperar la llegada de un colectivo durante 40 minutos (y cualquiera que utilice colectivos en Pilar sabe que esto es así), estará expuesto a un riesgo mucho mayor de ser víctima de la inseguridad, que si tuviera que aguardar, por caso, unos 15 minutos. En este punto no hay responsabilidad de la Provincia ni de la Nación; es la Municipalidad Del Pilar quien tiene  a su cargo la concesión y control de las líneas de colectivos locales (las “500”: 501, 510, 507, etc.). Sólo se necesita “voluntad política”, que parece ser un bien más bien escaso cuando se trata de implementar acciones efectivas.

Ahora aseguran que las cámaras son muy efectivas. Desde ya que lo son. Pero también lo eran en 2006, cuando algunas entidades intermedias le pidieron al jefe comunal que las instale, y el médico los subestimó insinuando que la propuesta era “una payasada”.
No importa ya saber cuantos crímenes se hubieran evitado si las cámaras se hubieran comenzado a instalar hace 4 años, y si las condiciones del espacio público fueran otras, con buena iluminación, baldíos desmalezados, veredas en condiciones… y colectivos funcionando, pero importa actuar ahora para frenar este dominó mortal.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Renegar de la Política

En mayor o menor medida, hace tiempo que los argentinos no creen que la política sea una herramienta eficaz para mejorar su bienestar y el de su comunidad, construyendo una sociedad con oportunidades para todos.
La falta de confianza comenzó hace varias décadas, y si bien presentó cierta pendularidad, lo cierto es que la tendencia se mantuvo en aumento, y ya casi forma parte del ADN de los argentinos.
La dirigencia política, hay que reconocerlo, no hace demasiado para revertir ese juicio: muchos políticos, cuando alcanzan algún cargo electivo, pareciera que se esfuerzan en aumentar la distancia con sus gobernados; así, frente a cualquier reclamo vecinal, es frecuente escuchar a nuestro intendente afirmando que los quejosos “están haciendo política”. No lo dice de manera inocente, sino con toda la intencionalidad de que es capaz quien sabe cómo “patear la pelota” afuera. Parecería que sugerir que alguien “está haciendo política”, es un conjuro que desvanece las razones concretas que dieron origen al reclamo, o le quita virtud a la mejor de las propuestas que se pudieran ofrecerse.
Zúccaro cansa utilizando esa pretendida descalificación, pero no es una frase registrada por nuestro jefe comunal, ni mucho menos; días atrás se la escuchó de boca del jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, refiriéndose a la toma de escuelas.
Más allá de todo, hoy ya nadie “come vidrio”, y cualquiera es capaz de reconocer que detrás de la mayoría de los reclamos, y luego de las explicaciones oficiales, las escuelas públicas de Pilar presentan un estado tan preocupante como las de la Capital Federal, el servicio de transporte público ofrece vehículos y frecuencias propias del mundo subdesarrollado, los inundados de Pilar sólo desaparecen hasta la próxima lluvia, en el km 50 no se permitió que se construya el Edificio Downtown pero el tránsito allí —como en toda la comuna— es cada vez más caótico, la mortalidad infantil avergüenza en un Distrito que llevó por segunda vez al sillón de alcalde a un médico, que hizo campaña con el slogan “para curar a Pilar”, y la integración aparece sólo en los discursos de Humberto Zúccaro.
En todos estos problemas nunca resueltos, los políticos —que desde el ejecutivo y desde el Concejo Deliberante nos gobiernan— siguen llegando tarde. Necesitamos políticos que sepan anticiparse, gobernando para resolver los problemas de hoy, pero también para planificar cómo resolver los problemas que vendrán. De otro modo, más que dirigentes seguirán siendo forenses, que aparecen en la escena del crimen luego de que las cosas ocurrieron.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La Coalición Cívica ARI - Encuentro Pilarense aclara

Con relación a la candidatura a intendente de Pilar anunciada en el día de ayer (9/9/2010) por la Concejal de la CC de Pilar, queremos aclarar que de acuerdo con la Carta Orgánica partidaria, y con el Artículo 38 de nuestra Constitución Nacional, los candidatos a cargos electivos deben surgir de “internas abiertas y simultáneas”.
Siempre reconforta que quienes militan en un partido político aspiren a ocupar cargos, puesto que son esas aspiraciones las que revitalizan la vida política, pero una cosa es la genuina aspiración de poder, y otra muy diferente es intentar conseguirlo utilizando procedimientos contrarios a la Ley.
Ayer, en el acto de la CC en el Teatro Coliseo, los únicos candidatos a Intendente que se presentaron en el escenario fueron, por Vicente López, el Lic. Luis Parodi; por la intendencia de Rosario, Pablo Javkin; por la de Córdoba, Laura Sesma; y por la de La Plata, Javier Mor Roig.
Esta lista fue totalmente consensuada en cada uno de los respectivos Distritos. Fuera de ella, quienes aspiren a ocupar una candidatura, deberán lograrla mediante el consenso, o presentándose y ganando las “elecciones internas abiertas obligatorias y simultáneas”, que establece la Ley.
No hacerlo así, sería condicionar a los electores a elegir al “menos malo”, o bien a abstenerse de votar, agravando así la crisis de la representación y conspirando contra la necesaria renovación de la dirigencia política.
Cabe recordar que el 10 de julio pasado, Gabriel Lagomarsino, apoderado del Encuentro Pilarense y referente de la Coalición Cívica – ARI, entrevistado por el Programa SOS Noticias, ratificó su PRECANDIDATURA a Intendente: “ahora soy sólo precandidato” –dijo- “Si logramos consensuar una lista común, mejor, pero si el consenso no se logra, definiremos la lista de candidatos a través del mecanismo previsto por la ley, es decir que iremos a elecciones internas”.

viernes, 16 de julio de 2010

Juan y Gladis

Juan, vecino del Country Tortugas de Pilar, llegó en su Porsche Cayenne a la oficina de Gas Natural BAN del Km 50, en Pilar. Estaba allí porque su señora le insistió que fuera: "Andá Juan, porque Stella, una de las empleadas que trabaja en casa, fue a reclamar y le descontaron la mitad de lo que le había venido de gas".
Cuando lo atendieron muy gentilmente, y le dijeron que de su factura de $1.456 sólo tendría que pagar $382, Juan se apuró en pagarlos, sonriéndose hacia adentro. Salió de la pequeña oficina, cruzó la calle principal del complejo, entró al Winnery, y compró –a modo de gratificación por el descuento obtenido- una botella de cognac Remy Martin Extra, francés, añejada en roble francés de Limousin, de $1.250. Sí, tuvo que poner unos pesos más que el descuento del gas, pero pensó que total, pagaba con tarjeta. Mientras Juan cruzaba nuevamente la calle,  caminando hacia su camioneta, cruzó sus pasos con los de Gladis, vecina del barrio Río Luján, que llegaba hasta allí cansada del viaje desde su casa, de casi 2 horas; no es que su barrio esté muy lejos, no: está a unos 10 kilómetros del Village, 2 menos que el country en el que vive Juan; lo que sucede es que los colectivos (siempre los colectivos) son un estigma –uno más- en la vida de Gladis; todavía recuerda cuando hace varios años, sus vecinos cortaron la ruta de entrada a Manzanares, hartos de padeceres, para reclamarle al gobierno de Humberto Zúccaro que haga cumplir las ordenanzas, y obligue a la empresa de colectivos “Ruta Bus” que le pare a los chicos del barrio para que puedan llegar a la escuela. Quizás por tanto destrato diario, Gladis no se sorprendió demasiado cuando hace algunos años los supervisores de la empresa Corredor Americano la maltrataron por llevarse unas ramas de los eucaliptos; la empresa concesionaria había estado cortando cientos de eucaliptos para hacer la autopista Pilar-Pergamino, esa que tanto malestar causó entre los vecinos que de repente se vieron obligados a pagar nueve pesos de peaje sólo para transitar unos pocos kilómetros. Gladis necesitaba las ramas para cocinar, porque en ese entonces no podía pensar en comprar gas envasado, y obviamente, en su barrio no hay gas natural.
Aunque ni Gladis ni Juan lo supieran, los eucaliptos cortados en la vieja ruta 8 estaba allí desde hacía casi 80 años, justo cuando comenzaban a desarrollarse los robles del bosque francés con los que se harían los barriles en los que se añejaría el cognac que compró Juan.
Cuando Gladis llegó a la misma oficina de Gas Natural BAN en la que minutos antes había estado Juan, quiso averiguar dónde podía conseguir la "garrafa social", esa de $16. Se entusiasmaba pensando que ajustándose un poco, ahora que las cosas estaban mejor, podría darse el lujo de gastar ese dinero y comprar la garrafa. El entusiasmo le duró poco: la empleada de Gas Natural BAN que la atendió hizo que sintiera la misma humillación que le había hecho sentir, años atrás, el empleado de Corredor Americano, cuando juntaba ramas secas. Le dijo que ese era un “Centro Integral de Servicios” de Gas Natural, y que no tenía “ni idea del lugar en el que vendían garrafas de gas”; la despidió enseguida con un “Preguntá en la Municipalidad, que ahí deben saber”. Cuando el colectivo que tomó Gladis llegó a Pilar (al “centro histórico”), ya eran las tres y media de la tarde. La municipalidad estaba cerrada, y hacía mucho frío para seguir dando vueltas. Cruzó la plaza y se quedó contando las monedas para esperar “el Ruta Bus” que la llevaría de regreso al barrio. En la parada, dos hombres comentaban que iban a poner estacionamiento medido, porque parecía ser que el mayor problema de Pilar era el tránsito en el centro del pueblo. Gladis no entendió muy bien porqué tener un auto podía ocasionar tantos problemas, pero de todos modos se alegró por no tener uno. Mientras subía al colectivo, pensaba que si se hubiera quedado en su casa, podría haber usado esas mismas monedas, que estaba gastando en viajar, para comprarse una garrafa de diez kilos en la estación de servicio, a veinticinco pesos.

viernes, 18 de junio de 2010

El Pilar que el gobierno no desea que conozcamos

(www.PilarHoy.com.ar, VIERNES, 18 DE JUNIO DE 2010) Es frecuente escuchar que “los políticos de la oposición no aportan nada más que criticas”; es decir que criticamos sin proponer. Definitivamente, no es mi caso.
Claro que la posibilidad que algo que se proponga “desde el llano” alcance a implementarse, es casi nula, razón por la cual, dedicamos buena parte del tiempo a hacer aquello para lo que la gente nos votó: controlar al gobierno. No obstante, no es lo único que hacemos: entre otros antecedentes, fui fundador de ProPilar, Presidente de FedePil, fundador y Presidente de la Sociedad de Fomento de Villa Alpina II (querida Zulma, los countries no tienen sociedades de fomento), y  2 veces candidato a Intendente de Pilar; hoy soy apoderado del
Encuentro Pilarense, una agrupación política municipal, y dirigente del Partido Coalición Cívica-ARI; desde cada uno de esos espacios colectivos, y desde hace décadas, venimos presentado decenas de propuestas: presupuesto participativo, libre acceso a la información, reforma para la elección del defensor del pueblo, creación de tasa por plusvalía urbana, propuesta de seguridad en las escuelas, propuesta de creación del foro municipal de seguridad, etc., etc.; ninguna de ellas fue aprobada, a pesar de haber sido entregadas y detalladas a los intendentes, secretarios, o concejales de turno.
Desde el oficialismo, la acusación fácil que devuelven es “nunca gobernaron”, desacreditando así proyectos que en los distritos en los que sí fueron implementados, significaron mejoras importantes en la calidad de vida de los vecinos. De todos modos, viendo cómo les fue a los que sí “han gobernado”, ser acusados de no haberlo hecho, lejos de ser una crítica, debería ser considerado un elogio. Les sugiero que vean algunas de las propuestas mencionadas en http://www.encuentropilarense.com
Con respecto a las críticas que algunos lectores le hacen a “los pobres” en general, ponen en evidencia que para su suerte, jamás han vivido una situación comparable: de haberla experimentado, o de haber siquiera conversado con quienes estén en esa condición, no harían comentarios tan desafortunados.
Por último, en mi columna propongo “desarrollar soluciones coordinadas que permitan ir trabajando de manera progresiva sobre cada una de las caras de la pobreza”: ello sólo es posible si -como primer paso- el gobierno reconoce la gravedad del problema; y lamentablemente, el intendente que muchos votaron, afirma que “Pilar no está tan mal como muchas veces pensamos”.

jueves, 17 de junio de 2010

El Pilar que el gobierno desea que no conozcamos

Luego de meses de reclamar formalmente acceder al “Informe sobre la pobreza en Pilar”, y de escuchar al jefe comunal excusarse con un inaceptable “no es el momento”, el gobierno municipal organizó un simposio que dio en llamar “El Pilar que muchos no conocen”. Pero, a juzgar por lo dificultoso que resultó colocar a la pobreza en la agenda del alcalde, y lo insuficiente de los datos presentados en la mañana del viernes, hubiera sido más apropiado denominarlo “El Pilar que el gobierno desea que no conozcamos”.

Aunque allí se habló de unas 70 mil personas en situación de pobreza, las oradoras —todas mujeres— se refirieron a hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI). Es una mirada miope, hecha desde las alturas del poder; al menos, esa parece ser la forma en la que el gobierno releva a nuestros vecinos pobres, ya que durante su exposición, una de las expositoras comentó como un dato “revelador” que “entre marzo de 2009 y mayo de este año la población de San Alejo creció en 32 manzanas” (SIC).

Esa afirmación terminó de confirmarme lo que me preguntaba en esta misma columna hace dos semanas atrás: que para Humberto Zúccaro, no existe la pobreza en el Distrito, o en el mejor de los casos, como él mismo dijo “Pilar no está tan mal como muchas veces pensamos” (El Diario Regional, 17/04/10).

Ofende a los pobres —y a quienes no lo somos— referirse a ellos no ya como un mero número de personas, sino como un mero número de manzanas. Lejos está el gobierno, principal responsable de la persistencia del flagelo, llevar adelante acciones que reviertan la pobreza, si “mide” a los pobres por manzanas; o si supone que “tan mal no estamos”.

Permítanme aclarar algo: la pobreza en Pilar es alarmante, dolorosa… y superior a la que admite el gobierno. El Distrito produce lo suficiente para ser habitado dignamente por una población siete veces mayor a la actual, y sin embargo, uno de cada 3,4 pilarenses es pobre por ingresos: 94 mil de los 320 mil habitantes que hoy somos (no somos ni 300 mil como dijo el gobierno en la respuesta que me envió, ni 350 mil como rectificaron en el simposio del Lope de Vega). Ese  inadmisible número de pilarenses pobres crece día a día, porque el incesante aumento de precios de los alimentos de la canasta básica le pega de lleno a los más humildes de entre los humildes. Precisamente son ellos quienes tienen ingresos que no están atados a ninguna negociación sindical, porque sus trabajos son informales, o porque perciben algún plan social que tampoco se ajusta. Así, en pocos meses más, los 50 mil beneficiarios de la asignación universal por hijo de Pilar, verán disminuir la capacidad adquisitiva de su ayuda a la mitad, porque la inflación castiga con impiedad a todo aquél que posee ingresos fijos (asalariados informales sin aumentos colectivos, beneficiarios de planes sociales, jubilados y pensionados).

Los más pobres son los jóvenes
De acuerdo a proyecciones censales, y a un estudio hecho en 2009 por IDeSA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino), en la población hasta 18 años de edad la pobreza asciende al 41% (en Pilar, 56 mil de 136 mil niños y jóvenes); en la población entre 19 y 60 años, la incidencia de la pobreza es del 22% (35 mil de 160 mil adultos); y entre los mayores de 60 años, la pobreza llega al 12% (3 mil de 25 mil mayores).
Otro elemento inquietante es que más de diez mil jóvenes de entre 15 y 24 años no estudian ni trabajan (es la tristemente llamada generación ni-ni). A ellos sólo se los rescatará de la exclusión llevando adelante una intervención constante y sistemática, avanzando hacia la promoción social; implementando políticas socio-productivas, fomentando la creación de empleo, la mejora en las condiciones laborales, la articulación de proyectos productivos en cadena de valor, etc.

“La pobreza, de la que muchos hablan porque les gusta hablar, se combate con el concepto claro de integración. Muchos se dan cuenta ahora de los dos pilares que existen, pero desde el 2003 que nosotros estamos tratando de integrarlos”, sentenció molesto el jefe comunal. Sin embargo, según el especialista Rubén Katzman “la lentitud con que se va procesando el decaimiento de los espacios pluriclasistas de sociabilidad informal en las ciudades hace que sus consecuencias sobre la integración social pasen muchas veces inadvertidas para las mayorías ciudadanas. Por ende, sus efectos son usualmente subestimados como factor de integración, como fuentes de renovación de las reservas de altruismo, solidaridad y de actitudes de aversión a la desigualdad”.
¿Qué puede decir Zúccaro con respecto al desarrollo de espacios pluriclasistas en el Distrito, cuando fue él desde su banca de concejal, o desde su sillón de intendente, el que permitió incontables excepciones al Código de Zonificación, para que otros tantos enclaves privados fueran aislando definitivamente barrios y localidades de Pilar innumerables metros y más metros de calles públicas vendidas al mejor postor, o al más amigo, engrosando así el territorio de lo privado? Por desconocimiento o por conveniencia, Humberto Zúccaro ha impulsado la mayor parte de las normas que hacen de Pilar lo que hoy es: un Municipio fragmentado social y espacialmente, con casi un tercio de su población pobre, con servicios públicos que apenas alcanzan, como el de cloacas, a menos de 2 de cada 10 habitantes. Salvo la saludable iniciativa de las escuelas municipales, los adolescentes pobres no tienen acceso a lugares ni a actividades en las que desarrollarse. Sólo son considerados como mano de obra informal, generándoseles así sentimientos de apatía y desinterés.
La gestión actual ha llevado a Pilar a estar en el lugar 129 (sobre 134 municipios) en el índice de desarrollo humano (IDH) de la Provincia de Buenos Aires, siendo el IDH uno de las tres maneras que se aceptan para medir la pobreza (las otras dos son el índice de NBI y la línea de pobreza basada en el ingreso).
De algo estoy seguro: ni el gobierno, ni nadie, por sí solo, resolverá de manera sustentable la pobreza. Se deben desarrollar soluciones coordinadas que permitan ir resolviendo de manera progresiva cada una de las caras de la pobreza. Para ello, no hacen falta crear ninguna “Unidad de Gestión Local Descentralizada (UGELD), donde trabajen grupos y organizaciones sociales que colaboren con el Estado para enfrentar los problemas que demanda la sociedad”, según propuso el gobierno al finalizar el encuentro. Esas asociaciones suelen terminar en la nada; basta recordar la Agencia de Desarrollo Local, el Consejo Permanente de Políticas Públicas Saludables, y tantas otras “unidades” y “consejos” como problemas que enfrenta el gobierno.

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