domingo, 31 de diciembre de 2006

Fuegos Artificiales

(EL DIARIO REGIONAL, 31/12/2006) Las fiestas de fin de año suelen ser propicias para disfrutar del siempre asombroso espectáculo de los fuegos artificiales. Los colores, los sonidos y hasta la música, cuando la hay, invitan a dejarse cautivar por un ritual milenario.

Tan conmovedora resulta esta pirotecnia festiva, que a menudo algunos políticos —creyéndose encantadores de serpientes frente a un público poco iluminado— echan mano de ella para distraer la atención de la sociedad sobre sus problemas más acuciantes.

A poco de haber asumido, el Intendente anunció que el 2004 sería el "año de la salud", significando que todos los recursos públicos estarían focalizados en "curar a Pilar"; también dijo que la incorporación de Pilar a la Red de Municipios Saludables perseguía el mismo objetivo.

Tres años después de las reformas, la salud pública sigue enferma, y lo único que logró el gobierno—por haber aumentado la cantidad de camas— fue recibir más dinero de coparticipación provincial. Claro que aquí, como se sabe, cantidad no implica calidad: los problemas de desinversión son los mismos que en la gestión anterior. Inclusive, hay muchos que aseguran que antes estaban mejor, porque al menos cobraban el SAMO (dinero proveniente de lo que se factura a los pacientes que cuentan con obra social), y gozaban de la vigencia de la carrera médico hospitalaria (en caso de duda, el lector puede ir al hospital municipal y consultar a su médico).

A mediados de 2004 el gobierno de Zúccaro vendió calles públicas ubicadas en el interior de cuatro countries por más de cinco millones de pesos. El anuncio: el destino de los fondos será destinado 100% para la obra pública. La realidad: el artículo de la ordenanza que debía asegurar que los fondos fueran a una cuenta especial destinada a obras "desapareció" del decreto que firmó el alcalde, y una conocida fundación que trabajó —desde las sombras— en el diseño del acuerdo, declaró su verdadero objetivo: lograr "el máximo provecho para el Intendente (Zúccaro)".

En una reciente entrevista por Fm Plaza, el jefe comunal dijo: "cuando asumí no teníamos ni para pagarle a la gente. Hoy tenemos plata en el banco y estoy planificando aumentos de sueldos para el año que viene". Dijo además que cuando termine su gestión (¿en 2007?), espera haber cancelado la deuda de 25 millones de pesos con la que tomó el municipio.

La realidad es que hoy se ya se habla de aumentar nuevamente las tasas, aunque —por el principio natural de supervivencia— es de esperar que el gobierno deje enfriar un poco el tema para que no pase con el Concejo Deliberante de Pilar lo que pasó con la legislatura chaqueña. Y con respecto a la "pesada herencia", o ya está cancelada, o no se entiende bien cómo piensa cancelarla, porque en el presupuesto 2007 no hay plata para ello: sólo se aprobó una cifra menor en concepto de "deuda flotante".

Los anuncios, como los fuegos artificiales, mueren inmediatamente luego de lanzados; el público podrá ser engañado una vez, pero luego el truco será descubierto, y hará falta algo más que la pirotecnia de un discurso vacío para prolongar el encantamiento.

martes, 26 de diciembre de 2006

Diciembre Negro

(EL DIARIO REGIONAL, 26/12/2006) En estos días se cumplieron cinco años de una imagen inolvidable: la del helicóptero sobrevolando la Casa Rosada, llevando en su interior al ex Presidente Fernando De La Rua. Comenzaba así una secuencia interminable de asunciones y renuncias a la presidencia de la Nación. Todavía hay opiniones divergentes sobre lo que verdaderamente ocurrió a fines de Diciembre de 2001, pero una de las más consistentes —investigada por la Justicia— habla de un complot, que habría sido orquestado, entre otros, por varios dirigentes duhaldistas.

Mientras el "Diciembre negro" desintegraba las instituciones de la República, en Pilar algunos "avivados" llevaban agua para su molino y preparaban otro complot —con cacerolazo incluido— en contra del ex intendente Sergio Bivort, con la excusa de oponerse a la modificación de la ordenanza fiscal. En realidad, el proyecto no consistía en aumentar las tasas sino en rebalancearlas, manteniendo sin variar la "emisión" (suma total de los importes de las boletas que se emiten), pero cobrando mayores tributos a las propiedades más costosas, y menores a las más humildes. En síntesis, hacía más equitativa la presión del fisco local.

El complot —que contó con el apoyo de dirigentes pattistas y vecinalistas— resultó un plan casi perfecto: Bivort tuvo que dar marcha atrás con la pretendida reforma. Pero tres años después, lo que Humberto Zúccaro rechazaba como Concejal, lo impulsó como intendente, y no ya en la forma de un ingenuo rebalanceo, sino de un terrible impuestazo, que en muchos casos duplicó y hasta triplicó las tasas que se cobraban al iniciar su gestión.

Quienes nos opusimos al aumento recibimos una respuesta demasiado escuchada: "será destinado a obras". Nos mintieron. De entonces a hoy, el aumento en los recursos municipales fue destinado casi exclusivamente a engordar la caja de un reducido grupo de empresas de servicios públicos: correo, iluminación, basura.

Blue Mail, la empresa encargada de distribuir las tasas, se llevará el año que viene unos 3 millones de pesos más que en 2005, cuando su presupuesto era de poco más de 2 millones. Así, cada boleta de tasas municipales costará (suponiendo que efectivamente se distribuyen todas, cosa que me permito poner en duda), unos 4 pesos. Muchas reparticiones públicas y empresas privadas pagan por un servicio similar una cuarta parte.

Lesko recibirá también un jugoso aumento, del orden del millón de pesos. Pero en muchos barrios, la única luz que conocen los vecinos es la del sol.

Transur recibió unos diez millones en 2005, catorce en 2006, y se llevará unos 18 en el año porvenir. "En el caso de los residuos había un déficit importante que logramos reducir", se justificó el intendente Zúccaro a fines del año pasado. Bien, y ahora que el "importante" déficit se redujo, ¿por qué vamos a pagar ocho millones de pesos más?

Resulta paradójico que un gobierno encabezado por alguien que se dice justicialista, se justifique frente a cualquier reclamo diciendo que no hay plata, cuando por el otro lado, sí haya plata y mantenga "relaciones carnales" con las mismas empresas a las que fustigó de manera implacable cuando todavía no era intendente.

Como ejemplo, vale la pena recordar que siendo Concejal, en julio de 2000, y refiriéndose a la concesión del servicio de agua corriente y cloacas, Zúccaro dijo que "nos quedamos en el antaño, cuando privatizamos nos equivocamos, Sudamericana no solucionó nada. Vamos a acompañar todo proyecto que pida rescindir el contrato. En aquel momento engañaron a nuestros pares que votaron. Como hombres de bien, reconocemos el error de la privatización".

Entre tanto gatopardo que anda dando vueltas por ahí, hay quienes ven en los extraordinarios aumentos del presupuesto 2007 que el intendente Zúccaro envió al Concejo una forma de obtener dinero para financiar su campaña por la reelección.
Como decía mi abuela, hay que creer o reventar.

martes, 12 de diciembre de 2006

Pálpito Oficial

(EL DIARIO REGIONAL, 12/12/2006) Al cumplirse hoy tres años de la asunción como Intendente de Humberto Zúccaro, es poco lo que hay para festejar. Sobre todo en lo referido a las preocupaciones más graves de la sociedad, como la inseguridad, la salud o el transporte.

Sobre la primera de ellas, la inseguridad, el alcalde confesó hace unos días tener el “pálpito” de que iba a aumentar. Su afirmación responde a una estrategia que de tan conocida no debería asombrarnos, o al menos, no debería hacerlo al punto de merecer la tapa de los diarios: consiste en anunciar siempre lo peor; si finalmente sucede el mal anunciado, el pájaro de mal agüero se llevará la gloria de haberlo predicho; y si nada ocurre, todos estarán tan aliviados que a nadie se le ocurrirá enrostrarle al visionario lo desacertado de su pronóstico.

Así las cosas, ¿qué deberíamos hacer nosotros como eventuales víctimas de la premonición gubernamental?; primero —y esta es una regla de oro— desconfiar de su verosimilitud; ¿porqué el intendente dijo lo que dijo? ¿en qué información se basó para llegar a tan temeraria afirmación? ¿porqué unos días después de su anuncio se preocupó en aclarar que la seguridad del distrito "depende de la policía de la Provincia de Buenos Aires”?.
Segundo, debemos exigir que los funcionarios públicos sean responsables y conozcan los problemas sobre los que toman decisiones.
Parecería que como de costumbre —y principalmente en materia de seguridad— Zúccaro habla sin saber lo que dice; y es una pena, porque entre sus colaboradores hay quienes del tema saben, y podrían ayudarlo a entenderlo.

Que hay inseguridad no es novedoso; no hace falta tener ninguna bola de cristal para ver lo que cualquier pilarense “de a pie” (y los que sólo ven a Pilar desde la autopista) vive en carne propia; nos despedimos cada mañana de nuestro seres queridos con la duda de no saber si la violencia cotidiana permitirá que nos volvamos a encontrar sanos y salvos por la noche.

Los expertos que en el mundo trabajan sobre la cuestión de la criminalidad reconocen desde hace décadas la relación que existe entre las condiciones socio-económicas y el crimen. También se sabe que la tasa de criminalidad disminuye de la mano con la inequidad; dos cuestiones son fundamentales determinantes de la criminalidad: la existencia de condiciones disuasivas y las penas que se establecen para quienes violan la ley. Es decir que quien analiza cometer un delito -aunque no lo pueda "racionalizar" con claridad- piensa tanto en el riesgo de ser capturado como en la penalización que le correspondería en caso de ser aprehendido. Sobre éste último aspecto, no es mucho lo que se puede hacer desde un gobierno municipal, puesto que las leyes penales no se elaboran desde el Concejo Deliberante (por fortuna). Pero sobre la cuestión de las condiciones que disuaden el delito, el municipio tiene todo por hacer: desmalezar, iluminar, hacer que funcione con eficacia el servicio de trasporte público de colectivos, el de recolección de residuos, de salud, y así siguiendo. En síntesis, gobernar con equidad.

Lamentablemente, el intendente se muestra "preocupado" por la inseguridad, pero no “ocupado". Parecería que las más de las veces se lo encuentra trabajando para que el camino de la delincuencia esté libre de obstáculos; como con la situación que generó a partir de la creación del denominado "corredor nocturno", que hoy por hoy es un desierto de día, y un descontrol de noche. La ausencia del Estado logró que en las calles de Villa Delia, el barrio pilarense más afectado por la movida nocturna, los robos sean cosa de todos los días; a la tragedia de no poder descansar de noche por los ruidos molestos, se agrega ahora la inseguridad de no poder alejarse de sus hogares durante el día por miedo a volver y encontrarlos saqueados.

A tres años de gobierno, y a uno de finalizar su mandato, el intendente Zúccaro consolida un estilo de gestión: tantos anuncios y promesas como sean posibles, tan poca gestión como sea necesaria; sólo la suficiente para poder contrarrestar los reclamos de los vecinos.
Es una pena: mientras el tren del progreso con equidad para nuestro distrito nos está pasando por delante de los ojos, el intendente se empecina y nos propone viajar en el carro desvencijado de la vieja política. Una pena.

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