(EL DIARIO REGIONAL, 26/12/2006) En estos días se cumplieron cinco años de una imagen inolvidable: la del helicóptero sobrevolando la Casa Rosada, llevando en su interior al ex Presidente Fernando De La Rua. Comenzaba así una secuencia interminable de asunciones y renuncias a la presidencia de la Nación. Todavía hay opiniones divergentes sobre lo que verdaderamente ocurrió a fines de Diciembre de 2001, pero una de las más consistentes —investigada por la Justicia— habla de un complot, que habría sido orquestado, entre otros, por varios dirigentes duhaldistas.
Mientras el "Diciembre negro" desintegraba las instituciones de la República, en Pilar algunos "avivados" llevaban agua para su molino y preparaban otro complot —con cacerolazo incluido— en contra del ex intendente Sergio Bivort, con la excusa de oponerse a la modificación de la ordenanza fiscal. En realidad, el proyecto no consistía en aumentar las tasas sino en rebalancearlas, manteniendo sin variar la "emisión" (suma total de los importes de las boletas que se emiten), pero cobrando mayores tributos a las propiedades más costosas, y menores a las más humildes. En síntesis, hacía más equitativa la presión del fisco local.
El complot —que contó con el apoyo de dirigentes pattistas y vecinalistas— resultó un plan casi perfecto: Bivort tuvo que dar marcha atrás con la pretendida reforma. Pero tres años después, lo que Humberto Zúccaro rechazaba como Concejal, lo impulsó como intendente, y no ya en la forma de un ingenuo rebalanceo, sino de un terrible impuestazo, que en muchos casos duplicó y hasta triplicó las tasas que se cobraban al iniciar su gestión.
Quienes nos opusimos al aumento recibimos una respuesta demasiado escuchada: "será destinado a obras". Nos mintieron. De entonces a hoy, el aumento en los recursos municipales fue destinado casi exclusivamente a engordar la caja de un reducido grupo de empresas de servicios públicos: correo, iluminación, basura.
Blue Mail, la empresa encargada de distribuir las tasas, se llevará el año que viene unos 3 millones de pesos más que en 2005, cuando su presupuesto era de poco más de 2 millones. Así, cada boleta de tasas municipales costará (suponiendo que efectivamente se distribuyen todas, cosa que me permito poner en duda), unos 4 pesos. Muchas reparticiones públicas y empresas privadas pagan por un servicio similar una cuarta parte.
Lesko recibirá también un jugoso aumento, del orden del millón de pesos. Pero en muchos barrios, la única luz que conocen los vecinos es la del sol.
Transur recibió unos diez millones en 2005, catorce en 2006, y se llevará unos 18 en el año porvenir. "En el caso de los residuos había un déficit importante que logramos reducir", se justificó el intendente Zúccaro a fines del año pasado. Bien, y ahora que el "importante" déficit se redujo, ¿por qué vamos a pagar ocho millones de pesos más?
Resulta paradójico que un gobierno encabezado por alguien que se dice justicialista, se justifique frente a cualquier reclamo diciendo que no hay plata, cuando por el otro lado, sí haya plata y mantenga "relaciones carnales" con las mismas empresas a las que fustigó de manera implacable cuando todavía no era intendente.
Como ejemplo, vale la pena recordar que siendo Concejal, en julio de 2000, y refiriéndose a la concesión del servicio de agua corriente y cloacas, Zúccaro dijo que "nos quedamos en el antaño, cuando privatizamos nos equivocamos, Sudamericana no solucionó nada. Vamos a acompañar todo proyecto que pida rescindir el contrato. En aquel momento engañaron a nuestros pares que votaron. Como hombres de bien, reconocemos el error de la privatización".
Entre tanto gatopardo que anda dando vueltas por ahí, hay quienes ven en los extraordinarios aumentos del presupuesto 2007 que el intendente Zúccaro envió al Concejo una forma de obtener dinero para financiar su campaña por la reelección.
Como decía mi abuela, hay que creer o reventar.
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