Imaginate levantarte para ir a trabajar, y soportar el olor nauseabundo de una destilería. O llegar a la tarde cansado de un día de trabajo, y encontrarte con polvo de carbón, vapores de hidrocarburos, tierra, agua contaminada.... Eso es lo que vive Torres, el vecino de la foto, y todos a su alrededor: "Dejé mi vida en este lugar", me dice con ojos cansados de tanta impotencia; "los chicos jugaban y volvían a sus casas cuando ya era de noche. Y mirá ahora... No se puede vivir con esto". Detrás de Torres, se ve la empresa que embolsa carbón, apenas una entre media docena, a cual más contaminante. Allí hay carbón por todos lados. Hasta en la calle, de una tosca fina que penetra hasta los pulmones, ahora hay carbón. Dos cuadras más atrás, Versaur, la "reina" de los crímenes ambientales. Un poco más atrás, el desarmadero de la policía. Ahí la rata más chica se confunde -por su tamaño- con una comadreja. Y así estamos. Años de reclamar ante una gestión de gobierno sorda
Como precandidato del Encuentro Pilarense, les exijo a las autoridades municipales que clausuren a Verasur (si los vecinos nos acompañan, lo haré yo al asumir en diciembre). Hasta ahora, desde el Municipio han engañado a los vecinos asegurándoles que NO PUEDEN clausurar. Es falso (*). Ante un caso de semejante gravedad y peligro permanente, hay que ser muy hijo de puta para mirar para otro lado.
(*): El Art. 75 de la Ley 11.723 de Medio Ambiente dice: Todo municipio podrá verificar el cumplimiento de las normas ambientales inspeccionando y realizando constataciones a efectos de reclamar la intervención de la autoridad competente. Asimismo en caso de emergencia podrá tomar decisiones de tipo cautelar o precautorio dando inmediato aviso a la autoridad que corresponda.