Por primera vez en 5 años de gestión, Zúccaro decide hacer algo en materia de seguridad, y termina mostrando su visión ideológica. Representante de un gobierno nacional que se dice progresista, deberíamos esperar propuestas diametralmente opuestas a las que por estas horas se barajan; por caso, la de recrear el Instituto Municipal de Seguridad. Si el intendente quisiera encarar el tema en serio, debería entender que los pobres no son quienes cometen los delitos; no debería criminalizarlos diciendo como dijo que la inseguridad de los pilarenses es producida por los pobres que viven en los municipios vecinos. Zúccaro debería comprender que diciendo lo que dijo, genera exclusión social, y que a su tiempo, la exclusión social, más la cultural y la económica, generan violencia.
Pasado
A fines de 2003 se anunció que “Se viene la Patrulla Ciudadana: Se formará con móviles y personal municipal. Recorrerá la zona urbana y reforzará actividades especiales. Contará con el apoyo de la Policía Bonaerense. Este grupo, integrado por vehículos y personal municipal, recorrerá las calles céntricas de los diferentes centros urbanos del distrito para prevenir y luchar contra el delito. Esta es la primera de una serie de medidas que el nuevo gobierno va a implementar para reducir el índice de delitos en todo el distrito”. Nada de lo anunciado se transformó en realidad.
También se dijo entonces “se está evaluando la posibilidad de conformar una red de alerta temprana con los agentes de seguridad de empresas privadas, quienes desde sus puestos de trabajo, cooperarán con el accionar policial informando sobre presuntos hechos delictivos”.
Otra mentira. La misma propuesta fue anunciada en los últimos años al menos otras 2 veces, y la única “cooperación” que puede verse entre los agentes privados y la policía bonaerense, es que ahora muchas calles públicas vecinas a algunos barrios cerrados y countries, son vigiladas por desde su exterior –de manera ilegal- por guardias privados armados.
Presente y futuro
El delito sigue en aumento. El gobierno municipal se muestra impotente y propone reflotar al lamentable Instituto Municipal de Seguridad, invento de la gestión anterior por medio del cual los barrios cerrados y countries representados por la Federación Argentina de Clubes de Campo (FACC) tenían facultades para financiar y definir medidas y planes de acción para la ya disuelta “Patrulla Bonaerense”.
Preocupa notar la miopía con la que se maneja la administración local, y su persistente deseo de tercerizar el control de una cuestión tan sensible como la seguridad, en manos de un sólo sector socioeconómico. Máxime, cuando sociólogos y expertos en urbanismo de todo el mundo han llegado a la conclusión que las urbanizaciones cerradas, a escala de un municipio, empeoran el problema de la inseguridad, aunque adentro del alambrado la vida parezca tranquila.
Hace 4 años, el intendente Humberto Zúccaro se despachó brindando su visión sobre la situación: en noviembre de 2004, El Diario Regional tituló en primera plana “Zúccaro culpó a los municipios vecinos pobres por el delito”. Atando cabos, está clarísimo que si para Zúccaro los delincuentes son “los pobres”, el delito debe prevenirse desde un organismo conducido y financiado por “los ricos”, y en consecuencia ahora está impulsando la reflotación del Instituto Municipal de Seguridad, aunque lo quiera renombrar con el más marquetinero nombre de “Organismo de Seguridad Comunitaria e Integración”.
martes, 23 de septiembre de 2008
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