(Pilar de Todos, 08/12/2009) Finalmente, se firmó la orden de compra por las cámaras de seguridad de Pilar. Hace unos meses, había sido el turno del “anillo digital” (un costoso cableado de fibra óptica que utilizarán las cámaras para conectarse con el centro de vigilancia de la Avenida Tratado del Pilar). El “anillo” fue una iniciativa que el gobierno vendió como imprescindible para poder avanzar en la colocación de los ojos electrónicos. Claro que la característica de “imprescindible” en los bienes y servicios que compra el estado municipal, suele esconder muy buenos negocios para algunos empresarios, y muy malos negocios para el resto de la sociedad.
El dinero para la compra e instalación de cámaras en suelo bonaerense –dirán desde la Comuna- proviene de fondos del gobierno nacional, de manera que –aunque sea poco o mucho- no alterará las finanzas locales, y entonces no debeíamos preocuparnos. Otra falacia: el dinero, sea del gobierno nacional, provincial o municipal, siempre, pero siempre, sale de los mismos sufridos bolsillos: el suyo, el mío, y el del diarero que le entregó este diario.
Por eso, si me dieran a elegir, prefiero que con el dinero del “anillo” y de las cámaras, se construyan centros comunitarios en los que los jóvenes puedan aprender, divertirse, y sentirse parte de una sociedad que los incluye. Así se lo pedí al Intendente Humberto Zúccaro hace más de un año. Y aún tengo esperanzas en que me escuchará y comprenderá que la inclusión no sólo le sirve a quienes ahora o en el futuro terminarían marginados, sino que fundamentalmente, nos sirve a todos como sociedad. ¡Cuántas muertes podrían haberse evitado si los asesinos, antes de volcarse al delito, hubiesen sido convocados a formar parte de nuestro mismo barco!.
La semana pasada, decíamos en esta columna que dado lo vertiginoso de la evolución de las llamadas TIC (Tecnologías Informáticas y de Comunicación), sería mal negocio comprar. Bueno, lo que el gobierno ha hecho es… comprar! Para tener una idea de lo a contramano que conduce el doctor Zúccaro su gobierno, vemos que la Ciudad de Buenos Aires también tienen un centro de monitoreo, y hay cámaras por doquier, y hay cables que las conectan, pero prácticamente nada es propiedad del Gobierno. Así, las cámaras suelen ser propiedad de los vecinos, mientras que los cables son de las mismas empresas que ofrecen Internet: Telefónica, Telecom, Fibertel, etc.
En síntesis, antes de gastar plata ajena, el gobierno de Pilar debería mirar qué hacen en materia de seguridad en otros distritos. Después de todo, no es sólo de dinero que estamos hablando, sino de vidas.
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