http://
Funcionario reclama a un country que devuelva una calle
El Carmel tomó media calzada de El Ñandú. La arteria es clave para aliviar Champagnat, que será más caótica con el cierre del puente. El pedido de apertura cumple 10 meses sin respuesta.
Los remedios que buscó aplicar el municipio al caos de tránsito en la calle Champagnat fueron, hasta ahora, infructuosos. Inspectores para ordenar, hacer que el puente sea de una sola mano en horas pico, pedir colaboración a las escuelas y la Universidad del Salvador para escalonar los horarios de entrada y salida, fueron algunos intentos, rápidamente abandonados.
En los próximos días, cuando finalmente se cierre el puente Champagnat de la Panamericana para su elevación (ver columna), el caos se multiplicará exponencialmente.
Por eso, ante la noticia del inicio de la obra, el subsecretario de Participación Ciudadana, Gabriel Lagomarsino, desempolvó ayer un reclamo que ya está por cumplir 10 meses sin respuesta: que se obligue al country Carmel a devolver una calle que ocupa ilegalmente y que podría ser clave para descongestionar la zona.
Se trata de El Ñandú, paralela a Champagnat, que podría usarse como acceso alternativo a la USAL y a las escuelas de la zona. Sobre todo ahora que el puente estará clausurado, al menos, durante un mes.
La arteria tiene su ancho legal y un mejorado transitable solo hasta llegar al límite del country Carmel. Allí, una valla pintada de rojo y blanco marca el desvío y la finalización de la calle.
Sin embargo, según indican los planos catastrales a los que Lagomarsino accedió, la calle debería seguir con su mismo ancho bordeando el perímetro de la urbanización. Pero el alambrado del Carmel “comió” 7,5 metros de la calzada, la mitad de la calle.
Se trata de un espacio que las urbanizaciones están obligadas a ceder por ley, justamente, para calles públicas.
En mayo del año pasado, Lagomarsino empezó a mover el tema dentro del propio gobierno. Su interlocutor fue el responsable de Catastro, Guillermo Tosto.
Según pudo saber entonces Lagomarsino, el country habría cedido la calle, pero igual la alambró. La excusa fue la habitual en estos casos: seguridad.
Hacia adentro del alambre, están los 7,5 metros públicos que el Carmel tomó prestados y, más allá, figuran otros 8 metros de calle interna, ya en tierras propias de la urbanización. Pero la imagen satelital muestra que una parte de esos terrenos estarían ocupados por viviendas.
De ser así, al correr el alambre, el perímetro quedaría directamente pegado al fondo de propiedades que hoy están más lejos de la calle pública.
Si la calle se abriera, podría empalmarse con otra vía pública que lleve directamente a la USAL, descomprimiendo, así, la colapsada Champagnat.
En los 10 meses que pasaron desde que el tema salió a la luz, no hubo novedades. Ayer, Lagomarsino insistió con su reclamo de manera pública, a través de Twitter. “El puente Champagnat estará cerrado 1 mes. Es necesario que el Carmel Country Club nos devuelva la calle El Ñandú, vía inmejorable para llegar desde Panamericana a @usalcampuspilar, Colegio Santa María, La Lomita...”, escribió.
En los próximos días, cuando finalmente se cierre el puente Champagnat de la Panamericana para su elevación (ver columna), el caos se multiplicará exponencialmente.
Por eso, ante la noticia del inicio de la obra, el subsecretario de Participación Ciudadana, Gabriel Lagomarsino, desempolvó ayer un reclamo que ya está por cumplir 10 meses sin respuesta: que se obligue al country Carmel a devolver una calle que ocupa ilegalmente y que podría ser clave para descongestionar la zona.
Se trata de El Ñandú, paralela a Champagnat, que podría usarse como acceso alternativo a la USAL y a las escuelas de la zona. Sobre todo ahora que el puente estará clausurado, al menos, durante un mes.
La arteria tiene su ancho legal y un mejorado transitable solo hasta llegar al límite del country Carmel. Allí, una valla pintada de rojo y blanco marca el desvío y la finalización de la calle.
Sin embargo, según indican los planos catastrales a los que Lagomarsino accedió, la calle debería seguir con su mismo ancho bordeando el perímetro de la urbanización. Pero el alambrado del Carmel “comió” 7,5 metros de la calzada, la mitad de la calle.
Se trata de un espacio que las urbanizaciones están obligadas a ceder por ley, justamente, para calles públicas.
En mayo del año pasado, Lagomarsino empezó a mover el tema dentro del propio gobierno. Su interlocutor fue el responsable de Catastro, Guillermo Tosto.
Según pudo saber entonces Lagomarsino, el country habría cedido la calle, pero igual la alambró. La excusa fue la habitual en estos casos: seguridad.
Hacia adentro del alambre, están los 7,5 metros públicos que el Carmel tomó prestados y, más allá, figuran otros 8 metros de calle interna, ya en tierras propias de la urbanización. Pero la imagen satelital muestra que una parte de esos terrenos estarían ocupados por viviendas.
De ser así, al correr el alambre, el perímetro quedaría directamente pegado al fondo de propiedades que hoy están más lejos de la calle pública.
Si la calle se abriera, podría empalmarse con otra vía pública que lleve directamente a la USAL, descomprimiendo, así, la colapsada Champagnat.
En los 10 meses que pasaron desde que el tema salió a la luz, no hubo novedades. Ayer, Lagomarsino insistió con su reclamo de manera pública, a través de Twitter. “El puente Champagnat estará cerrado 1 mes. Es necesario que el Carmel Country Club nos devuelva la calle El Ñandú, vía inmejorable para llegar desde Panamericana a @usalcampuspilar, Colegio Santa María, La Lomita...”, escribió.
Garita
Desde que comenzó el reclamo, el año pasado, hubo un solo cambio: el Camel retiró la garita de seguridad de la calle pública. Igual, quedó el vallado.
Desde que comenzó el reclamo, el año pasado, hubo un solo cambio: el Camel retiró la garita de seguridad de la calle pública. Igual, quedó el vallado.