(WEBPILAR-PILAR WEEK) Recientemente el Secretario de Hacienda Daniel Ondarza brindó una conferencia ante representantes de diversas instituciones y vecinos. En mi opinión, el balance de la charla fue positivo en cuanto pretendió cumplir con la obligación de dar cuenta de los actos de gobierno, pero fue muy negativo en cuanto a algunas respuestas que se esperaban y que no se dieron, o se dieron a medias.
Cuando la Defensoría del Pueblo —atendiendo los reclamos de más de 300 vecinos preocupados por el aumento exorbitante de las tasas municipales— consultó al Secretario de Hacienda sobre las razones que llevaron a rescindir el contrato que la Municipalidad mantenía con Tecsa, encargada de la llamada "modernización administrativa", no tuvo respuesta alguna. Sin embargo, el intendente Zúccaro, que supo calificar la contratación de "desfalco", finalmente terminó la relación con la empresa a un costo de más de 2 millones de pesos (más otro millón por servicios atrasados).
Por eso en la conferencia se le preguntó al Secretario de Hacienda por las razones de la medida; lamentablemente, los argumentos de Ondarza se centraron en comparar lo que hubiera cobrado Tecsa de aquí hasta la finalización del contrato en 2007, y puesto que ese cálculo arrojaba una cifra muy superior, concluyó en que no estuvo mal pagarle algunos millones para que se vaya. Sin embargo, el funcionario nunca respondió, ni a la Defensoría ni a quienes lo escucharon en su exposición, porqué no se rescindió lisa y llanamente el contrato al amparo de la ley provincial de emergencia económica a la que Pilar se adhirió, y que hubiera permitido cumplir con la decisión de Zúccaro de que Tecsa se vaya, pero sin que nos costara un centavo.
Rehenes
También se había dicho que éramos "rehenes" de Tecsa, porque los datos estaban en poder de la empresa; sin embargo, Ondarza dijo que la base de datos siempre estuvo a disposición del municipio, pero que no teníamos la capacidad de utilizarla porque no contábamos con las relaciones entre sus datos. Técnicamente, dichas relaciones se reflejan en un "modelo de datos"; si la municipalidad no contaba con ese modelo, era cuestión de rehacerlo; costaba bastante menos que la rescisión del contrato.
Cuando se le preguntó por la gran cantidad de boletas que no llegan a destino, el Secretario se justificó diciendo que, al terminar la relación con Tecsa, "se llevaron la base telefónica con la que se cruzaban los datos de los destinatarios"; es una lástima que Ondarza no pase cerca de ningún kiosko de diarios, porque podría comprar la base de teléfonos del país por unos veinticinco pesos (iva incluido).
El tamaño del saco
Hace algunos meses, Zúccaro reunió a concejales y funcionarios y públicamente los retó, advirtiéndoles que se tendrían que ir aquellos a los que "les quede grande el saco". Por ese entonces, se anunció que en seis meses la reforma tributaria pasaría a ser "un dato más de la realidad"; nada más desacertado: hoy, la reforma tributaria sigue expulsando a contribuyentes que hasta el año pasado pagaban en término; hoy son menos que entonces las boletas que se emiten y se pagan; desde ya que con un aumento del orden del 80% promedio en las tasas, la recaudación nominal creció.
Seis meses de tantos gestos acompañados de tan pocos resultados concretos, terminó agrandando la ropa de algunos funcionarios y de muchos concejales, al punto que parece como que hoy son varios los que tienen el saco demasiado grande.
Curar a Pilar
Cuando el Dr. Rubén Bonomo de la Sociedad de Fomento Barrio La Alborada quiso conocer cuál era el presupuesto del área de salud, Ondarza dijo desconocerlo, argumentando que el presupuesto municipal era algo así como un formalismo, y que se irían asignando los recursos que hicieran falta. Decir eso y no decir nada, en términos prácticos, es lo mismo, porque si no existe un plan estratégico de gobierno, con planes estratégicos para cada área de gestión, y un presupuesto asignado, será poco probable que se puedan alcanzar resultados en serio; sólo se conseguirán pequeños logros, o alguno que otro de mayor envergadura obtenido cuando a la provincia le sobre alguna partida presupuestaria y se acuerde de nuestro distrito.
Si la cura para Pilar que el intendente prometió en su campaña electoral se basa exclusivamente en golpear las puertas de la provincia para conseguir fondos, o de las empresas y countries para conseguir "trabajo para nuestra gente", mucho me temo que tendremos que seguir esperando. Y hay quienes ya no lo pueden hacer.
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