(Anuario Diario Resumen, 22/12/11) Con el 60% de votos logrado por Humberto Zúccaro, muchos de sus seguidores lo consideran casi un monarca todopoderoso ; sin embargo, a pesar de tan contundente triunfo, sería un desacierto otorgarle un brillo que —al menos como jefe comunal y hasta ahora— no tuvo.
La semana pasada, al reasumir, le reclamó la a un grupo de empresarios “amigos de la casa” que participaron de los festejos: “El Plan (estratégico) 2020 está a mitad de camino. Hicimos muchas cosas, pero necesito de ustedes para completarlo, es necesaria la articulación entre lo público y lo privado. Sin esa sinergia, no hay desarrollo”.
El “reclamo” fue en realidad una puesta en escena, montada sólo para lograr la tapa de los diarios. ¿A quiénes habló Zúccaro? Acomodados en primera fila estaban el Ing. Eduardo Ramón Gutiérrez, presidente del Grupo Farallón, el presidente de Autopistas del Sol, que desde hace años se hace el distraído cuando se le pide resolver el caos vehicular de los puentes del KM 50 y de la Calle Champagnat, y también estaban los representantes de Lesko, Transur y Blue Mail, eternos beneficiarios del dinero público: sus concesiones vitalicias, junto con Sudamericana de Aguas, encabezan tanto el gasto público como los reclamos vecinales.
El “Plan estratégico Pilar 2020” planteaba ciertos “ejes de trabajo” que aumentarían los niveles de equidad, competitividad, sustentabilidad y descentralización de nuestro municipio.
A hoy, lejos está de concretarse la prometida “equidad”: con servicios de agua corriente y cloacas que sólo alcanzan a 2 de cada 10 pilarenses, se condena irremediablemente a la mayoría de la población a beber agua contaminada o a pagar por un litro de agua mineral mil veces más que por un litro de agua de red. La competitividad, el segundo de los “ejes de trabajo”, no ha logrado impulso alguno que pueda deberse a la intervención del gobierno municipal. Con respecto a la sustentabilidad, en ocho años no se implementó ni un solo programa que incentivara la disminución del impacto negativo de las actividades humanas. Por último, el eje de la descentralización merece un párrafo aparte; y es que su concreción depende exclusivamente de la gestión municipal. De nadie más. No es cierto, como afirmó Zúccaro en su discurso, que el Plan 2020 esté “a mitad de camino”. Más bien, diría que ese camino nunca comenzó a transitarse: promesas descentralizadoras como la de “disminuir el traslado del ciudadano de cada localidad al municipio”, “transparentar la interacción entre el municipio y la comunidad”, y “transparentar los procesos administrativos”, fueron prolijamente enunciadas en el plan, pero en la realidad no tuvieron el más mínimo avance.
Sobre lo que le espera a los vecinos de Pilar en los próximos 4 años, no soy optimista: el intendente anunció que en 2012 las tasas domiciliarias sufrirán un aumento de entre el 15 y el 30%. Y ante la quita de subsidios, Zúccaro se ocupó de mostrarse como el Robin Hood de Pilar, que se enfrenta al Gobierno Nacional con el único propósito de "defender" a "sus" vecinos. Es una gran mentira más. Los subsidios se van a quitar, y en buena hora que así sea. Pero como siempre, los más perjudicados serán los que viven de un ingreso fijo, vivan en un country o en un barrio abierto: jubilados, empleados en relación de dependencia, docentes, beneficiarios de planes sociales... los más vulnerables de nuestra sociedad. Los otros, que pueden “ajustar” sus ingresos, también recibirán el aumento, pero en general podrán "trasladarlo" a sus clientes (o contribuyentes). Y obviamente, esta diferencia fundamental entre quienes tienen ingresos fijos y quienes no, no tiene correlación con el lugar en el que cada uno vive, como engañosamente se plantea.
Si de verdad Humberto Zúccaro quisiera ser reconocido como un buen alcalde, honesto y “hacedor”, debería en su tercer mandato impulsar y defender dos principios que fueron muchas veces declamados, pero nunca implementados: el de la transparencia, y el de la participación.
Ojalá tenga la humildad necesaria para avanzar en ellos.
(*) De “Tribulaciones, Lamentos y Ocaso de Un Tonto Rey Imaginario, O No…” álbum Confesiones de invierno (1973), del dúo Sui Generis (Charly García y Nito Mestre)
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