jueves, 10 de septiembre de 2020

Los concejales le bajan la venda a la Justicia de Faltas

Hoy jueves 10 de septiembre de 2020, el Concejo Deliberante de Pilar aprobó por unanimidad el pedido de licencia del titular del Juzgado de Faltas N° 2. Quien reemplazará al Dr. Ranieli será la Dra. Virginia Short, su esposa y hasta hoy secretaria del juzgado. 

Desde luego que esa circunstancia no conlleva ninguna consideración negativa en cuanto a la integridad moral de ambos profesionales, a quienes conozco y reconozco como comprometidos con su profesión, y el caso de Ranieli, por su condición de dirigente político, comprometido también con el municipio y sus vecinos.

Pero ello no debe ser motivo para convalidar una situación absolutamente cuestionable.

¿Qué sucedería si cuando un Concejal pide licencia, lo reemplace alguien designado de esta manera? Imaginemos la situación: el concejal Juan Perez (nombre ficticio) se tomará licencia, y en la nota a través de la cual la solicita al HCD, expresa "dejo en mi banca a mi esposa", o "dejo el lugar a mi socio". Sería un verdadero escándalo institucional. Bueno, en el caso de las licencias de los jueces de Faltas de Pilar, es lo que viene sucediendo desde siempre.

El año pasado, desde mi banca del bloque del Encuentro Pilarense expresé con vehemencia (ante otro pedido de licencia del titular del Juzgado de Faltas N° 1) mi oposición, y la necesidad de modificar el procedimiento a fin de otorgarle legitimidad. Ningún otro concejal acompañó la postura del Encuentro Pilarense.


A continuación, comparto la nota difundida con anterioridad a la reunión, llamando a la reflexión a los/las concejales:

Visto que por estas horas se tratará en sesión ordinaria la licencia del Dr. Ranieli, Juez de Faltas del juzgado N° 2, nos permitimos efectuarles algunas consideraciones muy relevantes, a fin de que no cometan errores de alto costo institucional.

Como sabrán, los jueces de Justicia Municipal se encuentran revestidos de ciertas garantías que son propias de los magistrados, como ser la designación del Intendente con previo acuerdo del Concejo Deliberante, inamovilidad en el cargo, órgano ad hoc y específico para su remoción, etcétera.

De acuerdo al art. 23º de la 10.269, “La remoción de los Jueces de Faltas, sólo procederá, previo juicio que deberá sustanciarse ante un jurado de siete (7) miembros, que podrá funcionar con un número no inferior a cuatro (4), integrado por un (1) Juez de la Cámara de Apelaciones en lo Penal con jurisdicción en el partido al que el Municipio corresponda, quien será designado previo sorteo entre los integrantes de la Cámara, que lo presidirá; tres (3) Abogados inscriptos en la matrícula del Colegio Departamental al que corresponda el Municipio y residentes en él; que serán desinsaculados por el Concejo Deliberante de una lista que deberá confeccionar anualmente el Colegio de Abogados a los fines de ser remitida a cada Municipio que integre el Departamento Judicial, y tres (3) Concejales de los cuales uno (1), de existir en el Cuerpo, deberá poseer título de Abogado.”

Es decir que para remover a un juez de faltas, se requiere poner en marcha un mecanismo complejo, que otorga suficientes garantías de que no se actuará en forma oportunista.

Sin embargo, AHORA en Pilar, ustedes, el Concejo Deliberante, que sesionan con mayoría oficialista, se preparan para reemplazar al Juez de Faltas titular del Juzgado N°2, Dr. Diego Ranieli mediante un procedimiento absolutamente ilegítimo: si sucede como siempre antes, quien se hará cargo de la vacante que deja el Dr. Ranieli será su esposa, la Dra. Ana Virginia Short.

Es cierto que semejante despropósito viene sucediendo en Pilar cada vez que uno de los 2 jueces de faltas pide licencia. Eso no debe suceder más, y HOY ustedes, las y los concejales de Pilar tienen la oportunidad de hacer historia cambiando la situación para mejor, estableciendo para cubrir eventuales licencias, los mismos mecanismos que se utilizan en el momento de nombrar jueces de faltas.

Cordialmente,

Gabriel Lagomarsino

Encuentro Pilarense, Concejal MC


Durante la sesión, y a pesar de que votaron afirmativamente, merecen reconocimiento las posiciones de los/a Concejal Jesica Bortulé, Gustavo Trindade y Flavio Alvarez, quienes plantearon la necesidad de rever (a futuro) esta situación tan irregular.

Link a la entrevista realizada el 3/9/2020 y publicada por el portal de noticias InfoPilar 

http://infopilar.com.ar/entrevistas/lagomarsino-y-los-juzgados-de-faltas-en-pilar-nadie-los-controla-con-audio/ 

Link a la intervención del Concejal Gabriel Lagomarsino durante la primera sesión ordinaria de 2019 en la que se trató el pedido de licencia del Dr. Zamarripa

https://youtu.be/CfNtT-iupcM?t=3263


martes, 21 de julio de 2020

La pandemia mató al servicio al cliente


How Bad Customer Service Can Kill Your Brand | Inc.comEn estos meses de cuarentena, en los que el Estado se ha volcado a hacer aquello que es verdaderamente lo más importante, que es cuidar la vida de todos y cada uno de nosotros, surgen en la sociedad diversas reacciones: ciudadanos que continúan su vida como si nada, ciudadanos que la están pasando mal, y expresan con razón su malhumor y su bronca contra el gobierno, y otros que también la están pasando mal, pero en lugar de militar en las filas de los anticuarentena, soportan con estoicismo el encierro y el ajuste económico.
Estos párrafos, sin embargo, no pretenden describir lo que vive hoy día cualquier habitante del mundo. Pretende sí, denunciar una situación que como la pandemia, afecta cada vez a más personas, y se va extendiendo a todos los sectores de la economía: la desaparición del servicio al cliente que casi cualquier empresa solía ofrecernos.

Electrodomésticos
Una conocida cadena de electrodomésticos, Frávega, tiene su página oficial en la red social Facebook. En 9 años, logró superar apenas los 2 mil “me gusta”. Hace poco tiempo, un cliente disconforme creó el grupo “Frávega online ESTAFA”. Así, en mayúsculas. Ya roza los 13 mil miembros: 6 clientes enojados por cada cliente satisfecho. Hay gente que compró una heladera en abril, y todavía no la recibió, otros que devolvieron algún producto al día siguiente de haberlo comprado, y después de 3 meses siguen esperando que no se le debiten más cuotas en su tarjeta por la compra de un producto que no tienen, etc., etc.

Telefonía fija
Lo que a mediados de los 90 nos parecía una firma con servicios de “clase mundial”, hoy ni siquiera cumple con prestar telefonía básica. La calidad del servicio de Telefónica de Argentina S.A. no ha parado de caer. Peor aún: en tiempos de cuarentena la atención a sus clientes ha desparecido. Uno llama, y del otro lado nadie atiende. En el mejor de los casos, una grabación advierte que “debido a la situación de pandemia, bla bla…”. Si se los intenta contactar por las redes sociales, alguien que firma con un críptico “^RMB” asegura que “Lamentamos todo lo sucedido, nuestra intención es poder ayudarte por ello es que realizaremos el reclamo técnico nuevamente y para ello te pido que me brindes un número de contacto”. Un rato después, otro mensaje solicita “Por favor, apagá y prendé el celular. Si aún así persiste seguí estos tips…  para solucionarlo” ... Pero señores de Telefónica ¡si el problema es con un teléfono de línea, no con un celular!
Un rato más tarde, llega otro mensaje pidiendo “Nos ayudas a mejorar? Completa la siguiente encuesta…”. Fin del cuentito (de terror).

Enviciados
Tengo una hipótesis sobre las razones de semejante destrato: en situaciones normales, si cualquier persona se ve perjudicada por la compra de un producto o servicio, y la empresa no atiende el reclamo, va a los organismos de defensa al consumidor. Que, vale la pena aclararlo, funcionan bien (y en Pilar, muy bien). Eso, en condiciones “normales”. Que lamentablemente no son estas. Hoy, las empresas saben lo que afirmé al principio: la prioridad del gobierno es la salud. De ahí para abajo, se hace lo que humanamente se puede. Y, frente a los abusos de empresas oligopólicas como Telefónica-Movistar, se puede poco. Ellos lo saben: creen que cuando vuelvan a ser controladas, como sucedía en la “normalidad”, podrán volver a portarse bien. Se enviciaron. Lo que no saben, es lo que sentenció el gaucho Martín Fierro: “Procedan siempre con juicio, y sepan que ningún vicio acaba donde comienza”.


lunes, 20 de abril de 2020

Poder sin límites


Desde siempre se habló de los 3 poderes que conforman el Estado  -ejecutivo, legislativo y judicial- y que en teoría deben balancearse. Como ello no siempre ocurre así, se empezó a hablar hace tiempo del llamado “cuarto poder”: la prensa. Hoy, en gran medida gracias al desarrollo de internet y las redes sociales, existe un “quinto poder”: los ciudadanos.
Al decir de Manuel Castells, referente mundial en Sociología de la Comunicación y la Sociedad de la Información, “hay periodistas y ciudadanos que no aceptan la fatalidad de la crisis y que piensan que pueden hacer algo para salir de la miseria política predominante y recuperar el papel de protagonistas’ de las personas”.

Quienes advertimos el avance del gobierno sobre los saludables mecanismos de control que deben existir en las democracias modernas, vemos cómo –subrepticiamente- van surgiendo situaciones que aunque relegadas por la pandemia de coronavirus, son cada día más preocupantes. Basta que cualquiera cuestione alguna medida de gobierno, o reclame respetar el Estado de derecho, para que un ejército de militantes, trolls y medios filo-oficiales intenten despedazar al insolente. Errores graves como la decisión de Alberto Fernández de abrir los bancos para pagar jubilaciones, asignación universal y otros beneficios sociales en plena cuarentena obligatoria, haciendo que cientos de miles de abuelos hayan pasado horas exponiéndose a un contagio tan previsible como fatal, intentaron mostrar culpables a los bancos, quienes —como se sabe— no se caracterizan por su elevada responsabilidad social, pero tampoco hacen nada que no esté permitido u ordenando por el Banco Central de la República (BCRA).

En el orden local, el pedido de concejales opositores al alcalde de Pilar para que habilite algún mecanismo que les permita cumplir su obligación de legislar y controlar al propio departamento ejecutivo, recibió un autoritario “piden sesionar para ganar protagonismo” como única respuesta. Resulta grave, en un municipio donde el intendente tiene “superpoderes” que lo habilitan a decidir el destino de más de 8 mil millones de presupuesto como más le plazca, y a gobernar por decreto, puesto que la actividad del HCD está “suspendida” indefinidamente. En febrero pasado, por caso, se aprobó un impuestazo que durante todo el año castigará al comercio y la producción, dejando al margen a actividades tan cuestionables como el bingo y las casas de apuestas.

Hornalla encendida
La situación planteada, aunque incipiente, se va profundizando día a día. Sin embargo, la reacción del “quinto poder” (nosotros los ciudadanos) es aún tenue, y no alcanza a torcer el camino de ida hacia la falta de libertad de expresión, y la virtual desaparición de los canales de acceso a la información pública.
Viene bien recordar la clásica fábula de la rana: si ponemos a una rana en una olla con agua hirviendo, inmediatamente saltará intentando escapar. Pero si la ponemos en una olla con agua a temperatura ambiente, y luego encendemos la hornalla, el agua comenzará a calentarse mientras la rana permanecerá serena hasta que sea demasiado tarde.

El cuento de la rana hervida tiene que ver con nuestra incapacidad para anticiparnos a situaciones que pueden tener consecuencias irreversibles. Hasta que no percibimos que algo es un “problema”, no nos sentimos impulsados a tomar acción alguna.

Así como la rana no intenta escapar porque la temperatura del agua de la olla sube gradualmente, así los ciudadanos nos dejamos estar frente a situaciones que, por irse generando poco a poco, nos van resultando “normales”.

El mejor antídoto para los totalitarismos es contar con una ciudadanía activa. Si existen además herramientas de participación efectiva, tanto mejor. Pero si no las hay, o habiéndolas, se tratan torpemente de eliminar para evitar las voces disidentes, no callemos. La hornalla está encendida, y el fuego continua calentando el agua.

sábado, 4 de abril de 2020

Esperanza


Me siento esperanzado al pensar que la pandemia de coronavirus, nos ayudará –poco a poco- a cerrar la grieta. A acercarnos entre argentinos. A darnos otra oportunidad.

Mi comentario no tiene ninguna “prueba” científica que lo avale. Es solo la mirada de alguien que observa desde hace décadas los amores y odios que nos profesamos, como sociedad, los argentinos.

Cualquiera podría cuestionar mi percepción a la luz de lo que se “vive” en las redes sociales. Allí, compiten tendencias tan extremistas como antagónicas, como el #AlbertoLosMandasteAMorir (hashtag generado por el riesgo de contagio de los jubilados que el pasado viernes fueron a cobrar su jubilación), junto al #TodosConAlberto (el hashtag de respuesta de los simpatizantes de Alberto Fernández a quienes critican al presidente de la Nación por las colas de jubilados en los bancos).

Estas “tendencias” como se las llama en la red social Twitter, se establecen de acuerdo a la cantidad de usuarios/cuentas que en determinado momento están tuiteando con ese “hashtag”. Y aunque en nuestro país las redes “atrapan” a más de 30 millones de argentinos (76% de la población utiliza al menos una red social, según datos de enero de 2020 de la canadiense Hootsuite), un hashtag se puede transformar en tendencia con sólo unos pocos miles de tuits.

Por suerte, en el mundo virtual (como en el real) no todo es igual, y mientras redes como Facebook o WhatsApp muestran comportamientos más o menos cercanos a los que las personas podríamos expresar en el trato “cara a cara”, otras como Twitter vuelcan muchas veces los comportamientos más bajos de la condición humana.

Hecha esa diferenciación en el mundo virtual, mi esperanza se basa en notar tanto en el trato personal, como a través de redes sociales como Facebook o WhatsApp, que a medida que pasan los días los argentinos nos estamos volviendo más tolerantes, más comprensivos, más empáticos.

Desde luego que siempre habrá quienes exacerben sus odios en la calle, o a través de las redes sociales. Pero quizás ahora, los abanderados de la grieta vayan perdiendo terreno, y pasen a ganar por goleada los argentinos que queremos un país unido, en el que sepamos mantener y aprovechar nuestras miradas diversas para lograr construir un lugar en el existan oportunidades para todos de alcanzar finalmente una vida digna. Para todos.


Como “bonus track”, les comparto el siguiente poema

Esperanza, de Alexis Valdés

Cuando la tormenta pase
y se amansen los caminos,
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.
Y no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Y no tendremos desidia
Seremos más compasivos.
Valdrá más lo que es de todos,
que lo jamás conseguido.
Seremos más generosos,
y mucho más comprometidos.
Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos.
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.
Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.
Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.
Y todo será un milagro
y todo será un legado.
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.
Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.

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