sábado, 6 de noviembre de 2004

Agua bendita

(PILAR DE TODOS) Nuestros honorables concejales han concedido, una vez más, un aumento de ingresos inadmisible a un ente privado como Sudamericana. Han violado groseramente los derechos de propiedad de los contribuyentes, quienes mansamente siguen pagándoles sus sueldos y los bizcochitos de grasa, y han decidido que la única salida para resolver todos los males del servicio de agua corriente y cloacas, es apoyar el desproporcionado aumento de tarifas.

Sería bueno que entre tantos homenajes, "exitosos" Congresos de Parlamentos Municipales, reconocimientos y la mar en coche con que los ediles transcurren sus días, piensen para qué están dónde están, por qué, y por quienes.

Por si a alguno de ellos se les olvidó, me permito recordar que están para servir a la comunidad, detectando necesidades y proponiendo soluciones, la mayor de las veces en forma de Ordenanzas; y que están donde están, porque hubo ciudadanos que confiaron en ellos, los votaron, y decidieron que hoy estén trabajando como concejales en lugar de hacerlo como... (?).

En igual sentido debería pensar el Dr. Zúccaro, es decir, en gobernar con y para la comunidad, como tantas veces repite. Pero si su concepto de transparencia y participación se limita a anunciar por los medios que lamentablemente va a tener que aceptar que Sudamericana suba sus tarifas, creo que el jefe comunal tiene un concepto de "gobernar para la comunidad" un tanto particular.

Bivort lo hizo
Si usted es esa clase de lector desprevenido, que no encuentra relación entre estas renegociaciones a puertas cerradas entre el gobierno y las empresas y, entre otros problemas, el deplorable estado de las calles, empiece a buscar mejor; entérese de que cada centavo más que se transferirá de su bolsillo a la caja de la empresa concesionaria, es un centavo menos que podría destinarse a un fin más prioritario.

Las comparaciones son generalmente odiosas, pero debe saberse que ante un contrato similar, el intendente de Morón convocó a una audiencia pública en la que participaron centenares de vecinos, empresarios, dirigentes y trabajadores, y que fue presenciada además por observadores de Transparencia Internacional (una entidad que en el mundo se encarga de transparentar los mecanismos de la política para afianzar la Democracia); como resultado de ella, se confeccionó un pliego altamente consensuado, que permitió que la empresa ganadora sea un 35% más económica que la que estaba, y 17 millones de pesos más barata que la segunda mejor.

Pero para no irnos demasiado lejos en la geografía, podemos retrotraernos algunos años y recordar lo que pasó aquí mismo, en Pilar: Sergio Bivort, el antecesor de Zúccaro, también supo convocar a una audiencia pública que logró una amplia participación de la ciudadanía , y que permitió arrojar luz sobre una concesión tan importante como la de Sudamericana de Aguas.

Mejor que decir...
Austeridad, transparencia, eficiencia y participación, son atributos que más que declamarse, deben practicarse. Porque cada peso que recauda el municipio, es en teoría un peso más para destinar a mejorar las calles, los hospitales o la seguridad. Pero el dinero que los usuarios de Sudamericana tendrán que pagar de más, ¿es a cambio de qué? Quizás a cambio de que para el próximo Congreso de Parlamentos Municipales, la empresa vuelva a aportar dinero. A propósito de este aporte, sería bueno que los concejales como Carlos Olivera, que organizaron el Congreso y manejaron los fondos, en algún momento de sus vidas rindan cuentas, y digan por ejemplo cuánto aportó Sudamericana de Aguas.

HCD S.A.
El gobierno a aumentado de manera sideral su propio gasto. Que el año que viene el presupuesto aprobado por el HCD sea de 73 millones, en buen criollo quiere decir que gastarán casi el doble que el promedio del presupuesto anual de Bivort, ¿y las contraprestaciones? Bien, gracias.
Porque no nos engañemos: que hoy tengamos más de 600 (o quizás más) empleados municipales que hace un año, o que Zúccaro gaste medio millón de pesos en publicidad (5 veces más), mejora en muy poco nuestra vida, por no decir en nada.

Si Sudamericana no podía seguir operando con su actual estructura de costos, como dijo su presidente, en vez de haber ido a llorar a la municipalidad, podría pensar en otras soluciones, como aumentar sus ingresos vendiendo más productos (agua y cloacas) , o bien achicar sus costos, que es lo que hacemos usted, estimado lector, y yo, cuando con el mismo sueldo de hace uno, cuatro o diez años atrás, tenemos que seguir manteniendo nuestros hogares con dignidad, y sin la ayuda de clientes (Zúccaro-HCD), que cuando los vecinos reclamamos por algo se muestran muy duros, pero que con ciertas empresas como Sudamericana de Aguas parecen tener el sí fácil.

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