domingo, 31 de diciembre de 2006

Fuegos Artificiales

(EL DIARIO REGIONAL, 31/12/2006) Las fiestas de fin de año suelen ser propicias para disfrutar del siempre asombroso espectáculo de los fuegos artificiales. Los colores, los sonidos y hasta la música, cuando la hay, invitan a dejarse cautivar por un ritual milenario.

Tan conmovedora resulta esta pirotecnia festiva, que a menudo algunos políticos —creyéndose encantadores de serpientes frente a un público poco iluminado— echan mano de ella para distraer la atención de la sociedad sobre sus problemas más acuciantes.

A poco de haber asumido, el Intendente anunció que el 2004 sería el "año de la salud", significando que todos los recursos públicos estarían focalizados en "curar a Pilar"; también dijo que la incorporación de Pilar a la Red de Municipios Saludables perseguía el mismo objetivo.

Tres años después de las reformas, la salud pública sigue enferma, y lo único que logró el gobierno—por haber aumentado la cantidad de camas— fue recibir más dinero de coparticipación provincial. Claro que aquí, como se sabe, cantidad no implica calidad: los problemas de desinversión son los mismos que en la gestión anterior. Inclusive, hay muchos que aseguran que antes estaban mejor, porque al menos cobraban el SAMO (dinero proveniente de lo que se factura a los pacientes que cuentan con obra social), y gozaban de la vigencia de la carrera médico hospitalaria (en caso de duda, el lector puede ir al hospital municipal y consultar a su médico).

A mediados de 2004 el gobierno de Zúccaro vendió calles públicas ubicadas en el interior de cuatro countries por más de cinco millones de pesos. El anuncio: el destino de los fondos será destinado 100% para la obra pública. La realidad: el artículo de la ordenanza que debía asegurar que los fondos fueran a una cuenta especial destinada a obras "desapareció" del decreto que firmó el alcalde, y una conocida fundación que trabajó —desde las sombras— en el diseño del acuerdo, declaró su verdadero objetivo: lograr "el máximo provecho para el Intendente (Zúccaro)".

En una reciente entrevista por Fm Plaza, el jefe comunal dijo: "cuando asumí no teníamos ni para pagarle a la gente. Hoy tenemos plata en el banco y estoy planificando aumentos de sueldos para el año que viene". Dijo además que cuando termine su gestión (¿en 2007?), espera haber cancelado la deuda de 25 millones de pesos con la que tomó el municipio.

La realidad es que hoy se ya se habla de aumentar nuevamente las tasas, aunque —por el principio natural de supervivencia— es de esperar que el gobierno deje enfriar un poco el tema para que no pase con el Concejo Deliberante de Pilar lo que pasó con la legislatura chaqueña. Y con respecto a la "pesada herencia", o ya está cancelada, o no se entiende bien cómo piensa cancelarla, porque en el presupuesto 2007 no hay plata para ello: sólo se aprobó una cifra menor en concepto de "deuda flotante".

Los anuncios, como los fuegos artificiales, mueren inmediatamente luego de lanzados; el público podrá ser engañado una vez, pero luego el truco será descubierto, y hará falta algo más que la pirotecnia de un discurso vacío para prolongar el encantamiento.

martes, 26 de diciembre de 2006

Diciembre Negro

(EL DIARIO REGIONAL, 26/12/2006) En estos días se cumplieron cinco años de una imagen inolvidable: la del helicóptero sobrevolando la Casa Rosada, llevando en su interior al ex Presidente Fernando De La Rua. Comenzaba así una secuencia interminable de asunciones y renuncias a la presidencia de la Nación. Todavía hay opiniones divergentes sobre lo que verdaderamente ocurrió a fines de Diciembre de 2001, pero una de las más consistentes —investigada por la Justicia— habla de un complot, que habría sido orquestado, entre otros, por varios dirigentes duhaldistas.

Mientras el "Diciembre negro" desintegraba las instituciones de la República, en Pilar algunos "avivados" llevaban agua para su molino y preparaban otro complot —con cacerolazo incluido— en contra del ex intendente Sergio Bivort, con la excusa de oponerse a la modificación de la ordenanza fiscal. En realidad, el proyecto no consistía en aumentar las tasas sino en rebalancearlas, manteniendo sin variar la "emisión" (suma total de los importes de las boletas que se emiten), pero cobrando mayores tributos a las propiedades más costosas, y menores a las más humildes. En síntesis, hacía más equitativa la presión del fisco local.

El complot —que contó con el apoyo de dirigentes pattistas y vecinalistas— resultó un plan casi perfecto: Bivort tuvo que dar marcha atrás con la pretendida reforma. Pero tres años después, lo que Humberto Zúccaro rechazaba como Concejal, lo impulsó como intendente, y no ya en la forma de un ingenuo rebalanceo, sino de un terrible impuestazo, que en muchos casos duplicó y hasta triplicó las tasas que se cobraban al iniciar su gestión.

Quienes nos opusimos al aumento recibimos una respuesta demasiado escuchada: "será destinado a obras". Nos mintieron. De entonces a hoy, el aumento en los recursos municipales fue destinado casi exclusivamente a engordar la caja de un reducido grupo de empresas de servicios públicos: correo, iluminación, basura.

Blue Mail, la empresa encargada de distribuir las tasas, se llevará el año que viene unos 3 millones de pesos más que en 2005, cuando su presupuesto era de poco más de 2 millones. Así, cada boleta de tasas municipales costará (suponiendo que efectivamente se distribuyen todas, cosa que me permito poner en duda), unos 4 pesos. Muchas reparticiones públicas y empresas privadas pagan por un servicio similar una cuarta parte.

Lesko recibirá también un jugoso aumento, del orden del millón de pesos. Pero en muchos barrios, la única luz que conocen los vecinos es la del sol.

Transur recibió unos diez millones en 2005, catorce en 2006, y se llevará unos 18 en el año porvenir. "En el caso de los residuos había un déficit importante que logramos reducir", se justificó el intendente Zúccaro a fines del año pasado. Bien, y ahora que el "importante" déficit se redujo, ¿por qué vamos a pagar ocho millones de pesos más?

Resulta paradójico que un gobierno encabezado por alguien que se dice justicialista, se justifique frente a cualquier reclamo diciendo que no hay plata, cuando por el otro lado, sí haya plata y mantenga "relaciones carnales" con las mismas empresas a las que fustigó de manera implacable cuando todavía no era intendente.

Como ejemplo, vale la pena recordar que siendo Concejal, en julio de 2000, y refiriéndose a la concesión del servicio de agua corriente y cloacas, Zúccaro dijo que "nos quedamos en el antaño, cuando privatizamos nos equivocamos, Sudamericana no solucionó nada. Vamos a acompañar todo proyecto que pida rescindir el contrato. En aquel momento engañaron a nuestros pares que votaron. Como hombres de bien, reconocemos el error de la privatización".

Entre tanto gatopardo que anda dando vueltas por ahí, hay quienes ven en los extraordinarios aumentos del presupuesto 2007 que el intendente Zúccaro envió al Concejo una forma de obtener dinero para financiar su campaña por la reelección.
Como decía mi abuela, hay que creer o reventar.

martes, 12 de diciembre de 2006

Pálpito Oficial

(EL DIARIO REGIONAL, 12/12/2006) Al cumplirse hoy tres años de la asunción como Intendente de Humberto Zúccaro, es poco lo que hay para festejar. Sobre todo en lo referido a las preocupaciones más graves de la sociedad, como la inseguridad, la salud o el transporte.

Sobre la primera de ellas, la inseguridad, el alcalde confesó hace unos días tener el “pálpito” de que iba a aumentar. Su afirmación responde a una estrategia que de tan conocida no debería asombrarnos, o al menos, no debería hacerlo al punto de merecer la tapa de los diarios: consiste en anunciar siempre lo peor; si finalmente sucede el mal anunciado, el pájaro de mal agüero se llevará la gloria de haberlo predicho; y si nada ocurre, todos estarán tan aliviados que a nadie se le ocurrirá enrostrarle al visionario lo desacertado de su pronóstico.

Así las cosas, ¿qué deberíamos hacer nosotros como eventuales víctimas de la premonición gubernamental?; primero —y esta es una regla de oro— desconfiar de su verosimilitud; ¿porqué el intendente dijo lo que dijo? ¿en qué información se basó para llegar a tan temeraria afirmación? ¿porqué unos días después de su anuncio se preocupó en aclarar que la seguridad del distrito "depende de la policía de la Provincia de Buenos Aires”?.
Segundo, debemos exigir que los funcionarios públicos sean responsables y conozcan los problemas sobre los que toman decisiones.
Parecería que como de costumbre —y principalmente en materia de seguridad— Zúccaro habla sin saber lo que dice; y es una pena, porque entre sus colaboradores hay quienes del tema saben, y podrían ayudarlo a entenderlo.

Que hay inseguridad no es novedoso; no hace falta tener ninguna bola de cristal para ver lo que cualquier pilarense “de a pie” (y los que sólo ven a Pilar desde la autopista) vive en carne propia; nos despedimos cada mañana de nuestro seres queridos con la duda de no saber si la violencia cotidiana permitirá que nos volvamos a encontrar sanos y salvos por la noche.

Los expertos que en el mundo trabajan sobre la cuestión de la criminalidad reconocen desde hace décadas la relación que existe entre las condiciones socio-económicas y el crimen. También se sabe que la tasa de criminalidad disminuye de la mano con la inequidad; dos cuestiones son fundamentales determinantes de la criminalidad: la existencia de condiciones disuasivas y las penas que se establecen para quienes violan la ley. Es decir que quien analiza cometer un delito -aunque no lo pueda "racionalizar" con claridad- piensa tanto en el riesgo de ser capturado como en la penalización que le correspondería en caso de ser aprehendido. Sobre éste último aspecto, no es mucho lo que se puede hacer desde un gobierno municipal, puesto que las leyes penales no se elaboran desde el Concejo Deliberante (por fortuna). Pero sobre la cuestión de las condiciones que disuaden el delito, el municipio tiene todo por hacer: desmalezar, iluminar, hacer que funcione con eficacia el servicio de trasporte público de colectivos, el de recolección de residuos, de salud, y así siguiendo. En síntesis, gobernar con equidad.

Lamentablemente, el intendente se muestra "preocupado" por la inseguridad, pero no “ocupado". Parecería que las más de las veces se lo encuentra trabajando para que el camino de la delincuencia esté libre de obstáculos; como con la situación que generó a partir de la creación del denominado "corredor nocturno", que hoy por hoy es un desierto de día, y un descontrol de noche. La ausencia del Estado logró que en las calles de Villa Delia, el barrio pilarense más afectado por la movida nocturna, los robos sean cosa de todos los días; a la tragedia de no poder descansar de noche por los ruidos molestos, se agrega ahora la inseguridad de no poder alejarse de sus hogares durante el día por miedo a volver y encontrarlos saqueados.

A tres años de gobierno, y a uno de finalizar su mandato, el intendente Zúccaro consolida un estilo de gestión: tantos anuncios y promesas como sean posibles, tan poca gestión como sea necesaria; sólo la suficiente para poder contrarrestar los reclamos de los vecinos.
Es una pena: mientras el tren del progreso con equidad para nuestro distrito nos está pasando por delante de los ojos, el intendente se empecina y nos propone viajar en el carro desvencijado de la vieja política. Una pena.

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Gobierno bifronte

(EL DIARIO REGIONAL, 01/11/2006) En la mitología romana Jano era un dios que tenía dos caras. Era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año, Enero. Habitualmente se lo representa bifronte, esto es, con las dos caras mirando en sentidos opuestos.

Dos Caras

Desde arriba de un escenario, o frente a un micrófono o una cámara, el Intendente Humberto Zúccaro habla de las tremendas desigualdades de Pilar, de la importancia de trabajar para brindarle oportunidades a los menos favorecidos de nuestra sociedad. Cuando se baja, habla de cosas bien distintas. Y el intendente que interesa no es ciertamente el de arriba; es definitivamente el de abajo. Abajo habla con su secretario de salud para ordenarle que salga a decir que somos un distrito pobre, y que no hay posibilidades de mejorar los ingresos de quienes trabajan en la salud pública. Habla con el jefe de la bancada oficialista del Concejo Deliberante, para que arremeta contra los médicos que piden mejores condiciones edilicias y salariales. Habla con su secretario de hacienda, para que gaste miles de pesos de un “distrito pobre” en publicar que los médicos ganan demasiado, que se quejan “de llenos”.

En julio de 2004, El Diario Regional le preguntó al intendente cuál era el problema que más le preocupaba: “La salud”, dijo un Zúccaro categórico, y prosiguió: “Haber tomando el comando en el área de salud, haber hecho el proceso de descentralización, la puesta en marcha de los hospitales, trabajar para revertir la deshumanización que a veces hay en el personal… y reforzar la atención primaria para que las salas sean centros de contención y no se formen cuellos de botella al llegar al hospital”.

Por esos mismos días se le preguntó al Presidente del HCD Marcelo Castillo cómo veía la reforma del sistema de salud desde el deliberativo: “Como presidente del concejo deliberante, apoyamos fervientemente las políticas sanitarias que se llevan a cabo desde la comuna, porque el hecho de que el intendente sea médico, yo sea médico, y los médicos que nos acompañan, probablemente tengamos mayor obligación que si no lo fuéramos, de poner énfasis en la salud…”. Claro que esto fue dicho por Castillo frente a un micrófono y hace años. La semana pasada, en el salón de sesiones del Concejo, en cambio, aprobó la estrategia de “matar al mensajero”: si en el gobierno no hay capacidad o compromiso para resolver la cuestión del Hospital, creerán que es mejor que los médicos que reclaman sientan la respiración en la nuca, así quizás algunos dejen de protestar frente a las cámaras de televisión, y Pilar vuelva a mostrarse como la capital del polo.

Algo hay
El SAMO, creado por un decreto ley del año 1977, prevé destinar un 40 por ciento de lo recaudado en los hospitales públicos que prestan servicios de salud a afiliados a obras sociales para la compra de insumos, mantenimiento y bienes de capital; un 50 por ciento para el pago de adicionales y bonificaciones al personal de esos mismos hospitales, mientras que el 10 por ciento restante va a parar a un fondo especial que maneja el Ministerio de Salud.
El gobierno de Sergio Bivort, ese al que Zúccaro acusa de haberle dejado “la pesada herencia”, fue el que comenzó a pagar ese beneficio. Tres años después, el gobierno del médico que “vino para curar a Pilar”, se los quitó.

Mientras tanto, el dinero que se recibe de las obras sociales se sigue acumulando en una cuenta especial del Banco Provincia. De poco más de 150 mil pesos de saldo a junio de 2005, la cuenta pasó en un año a más de medio millón de pesos. Ni un centavo fue a parar al bolsillo de quienes trabajan en el sistema de salud público pilarense. Y aunque el Secretario de Salud Pazzi Plá diga que él de números no entiende, y que “ese tema” lo deja en manos del secretario de hacienda Daniel Ondarza, un sencillo cálculo aritmético permite comprobar que el 50% de esa cifra hubiera alcanzado para otorgarles una suma fija remunerativa mensual de más de 100 pesos a todos los empleados (médicos, administrativos y técnicos) que trabajan en los hospitales municipales.

Jano es el dios de los cambios y las transiciones, de los momentos en los que se traspasa el umbral que separa el pasado y el futuro. El gobierno de Zúccaro se parece mucho al dios Jano por sus dos caras, una de dichos y promesas, y otra de acciones. Pero en cuanto a la característica de ser el dios de los cambios, no hay nada que comparar.

domingo, 22 de octubre de 2006

Manto de invisibilidad

(EL DIARIO REGIONAL, 22/10/2006) Esta semana se conoció la noticia de que científicos de la Universidad de Duke hicieron funcionar un «manto de invisibilidad»; se trata de un cilindro dentro del cual los objetos «desaparecen» a la vista del ojo humano, gracias a la utilización de ondas electromagnéticas y de los llamados «metamateriales».

Al incorporar propiedades materiales complejas en la construcción del dispositivo, se logra que parezca haber espacio vacío en donde en realidad hay un objeto concreto. «El ‘manto’ reduce tanto el reflejo como la sombra de un objeto, cualquiera de los cuales permitiría su detección», expresó el doctor David Smith, uno de los científicos que realizaron el experimiento.

Mientras este hallazgo científico se difundía por el mundo, el gobierno de Humberto Zúccaro, sacudido por la campaña que los médicos del Hospital Sanguinetti denominaron «La Salud de Pilar se muere», decidió hechar mano de un recurso similar: intentar tapar todo con un «manto de invisibilidad» y pretender que en donde en realidad hay un hospital en condiciones edilicias francamente inaceptables, por televisión se vea que hay una sala de terapia intensiva modelo, comparable a la de cualquier centro de salud privado. «Qué vergüenza que un Secretario de Salud muestre una terapia intensiva como un logro, con un cartel que dice donado», dijeron al marcharse los periodistas de Telefé que cubrieron el reclamo; antes, habían sido llevados por el Secretario de Salud Federico Pazzi Pla hasta la sala de cuidados intensivos, en la que un cartel da cuenta de que fue hecha con el dinero de una fundación.

En la mañana del jueves, en medio de la protesta, el Director del Hospital se justificaba ante un alcalde que del otro lado del teléfono no podía aceptar las perturbadoras imágenes que difundía la televisión nacional: «Doctor, yo ya no la puedo parar», le decía, mientras soportaría toda clase de exabruptos, de esos que a Zúccaro suelen darle buen resultado cuando se trata de enfrentar situaciones más complacientes para con sus intereses.

En una columna de opinión aparecida el mismo jueves en El Diario Regional, decía Pazzi Pla que «las resoluciones de las crisis suceden porque cuando aparecen hay que afrontarlas con planificación y prevención», y agregaba que antes de la llegada de Zúccaro al gobierno, a las madres se las dejaba en camillas en los pasillos del hospital. A las pocas horas, las imágenes en vivo mostradas por televisión explicarían por qué no paraba de crecerle la nariz al Secretario de Salud: en palabras de la doctora Mirta Ortega Sanz, presidenta de la AMPAC, «...Dios no puso las palabras sólo para comunicarnos, sino también para encubrirnos, pero las imágenes son contundentes: cuando el pueblo vio el hospital que tenemos, y vio una paciente diabética descompensada en una camilla, que no teníamos sábanas para taparla, porque en la guardia no hay sábanas... en una camilla, una paciente que no tiene una cama digna... y... hablemos de planificación, pero explíquenselo a esa paciente que tiene la descompensación diabética hoy».

El viernes, luego de estar reunido durante horas con el intendente, el Secretario de Salud le pedía a los vecinos que «...miremos la película: va a llegar el momento en que tengamos las habitaciones como corresponden, que estén los baños para los pacientes como corresponden, y después vamos a poder dedicarnos a las habitaciones, o a los lugares del personal... hay que tener paciencia, porque está todo programado...».

Sin duda, el gobierno tiene dificultad para planificar sus acciones, porque ya lleva casi tres años en un contexto económico nacional extraordinariamente favorable ¿cuánto tiempo más hay que esperar «para curar a Pilar»? (en la primera entrevista que se le hizo al alcalde por FM Plaza, pidió que le dieran tres meses para empezar a ver los cambios; luego se autoextendió el «período de gracia» a medio año; ¿y ahora?. La recientemente inaugurada peatonal, que se llevó alrededor de medio millón de pesos, el escenario de la Plaza 12 de Octubre, y los artistas que pasaron por él, ¿eran proyectos prioritarios para un municipo adherido a la denominada «Red de Municipios Saludables»? ¿es digno un salario de 1.200 pesos para un médico que lucha día a día para salvar vidas? ¿es razonable que el Concejal Carlos Olivera se dedique -con el dinero que sale de nuestros bolsillos- a «investigar» si los médicos ganan mucho o poco, mientras mes a mes recibe una dieta de casi 2.000 pesos, a pesar de la cual dijo tener que trabajar de abogado «porque si no la plata no le alcanza»?.

Intendente Humberto Zúccaro, Secretario Federico Pazzi Pla, Concejal Carlos Olivera: un poco de vergüenza, por favor.

domingo, 15 de octubre de 2006

Salud Enferma

(EL DIARIO REGIONAL, 15/10/2006) El domingo pasado me referí a la grave crisis que afecta al sistema de salud pública de Pilar. La columna provocó la reacción de muchos funcionarios municipales, que molestos por mis opiniones, sólo alcanzaron a criticarme, sin deslizar ni una coma sobre la manera en la que piensan resolver los hechos denunciados.

Para poner en términos concretos la decadencia en la que se sumerge la salud pública, debemos saber que en el hospital Meisner de Presidente Derqui —materno-infantil— no hay anestesista infantil, por lo que todas las cirugías pediátricas están suspendidas; que en las guardias, es frecuente que los médicos deban atender hasta 160 pacientes en 24 horas, cuando lo normal en cualquier lugar del mundo no supera las 100 personas; que esta gestión dejó de lado la Ordenanza que estableció la denominada "Carrera Profesional Sanitaria Municipal", y con ella, terminó con la dignidad de los trabajadores de la salud, que en su inmensa mayoría cobran hoy prácticamente lo mismo que hace una década. Y todo ello en el gobierno del "Intendente Dr. Humberto Zúccaro", que como bien hace indicar hasta en las señales de tránsito, es "doctor".

Ayer
A pocos meses de haber asumido, el intendente mandó al Hospital Sanguinetti –a través de su Secretario de Acción Política- a una patota de noquis municipales; tenían la misión de terminar con un reclamo pacífico que efectuaba una veintena de trabajadores despedidos; como precursores de la patota que provocó los incidentes de la semana pasada en el hospital Francés, éstos patovicas locales amenazaron de muerte a varios de los periodistas presentes, y agredieron a quienes sólo querían presentar su queja ante Hugo Trabadelo, por entonces director del hospital central. Trabadelo, que hoy se desempeña como subsecretario de gobierno, cambió de cargo un año después de que se encontraran tres fetos en una cámara séptica del Sanguinetti; sin embargo, conserva las mismas funciones que antes: mantener el horizonte despejado de críticas hacia su jefe político, el intendente Zúccaro (quizás por eso, fue el "privilegiado" al que mandaron esta semana a responder a mi columna sobre la crisis sanitaria).

Hoy
Aunque los trabajadores de la salud esperan que el intendente reconsidere su negativa a recibirlos y dialogar, me permito dudar de las intenciones del jefe comunal: él cree que podrá "patear" hacia delante la pelota, prometiendo una mejora salarial recién para el próximo año. Claro que para convencer a los quejosos, ahora ya no manda a la patota como en 2004: hoy confía en su capacidad de negociación, y en colaboradores como el secretario de los trabajadores municipales Oscar Campofreda, quien en vez de apoyar a los médicos en sus justos reclamos, salió a decir que "no hay posibilidad presupuestaria de dar ningún aumento", asemejándose así más a un jefe de personal que a un representante sindical.

Más allá de todo lo que diga en público, Zúccaro sabe que con los sucesivos aumentos que sufrió el presupuesto municipal en los últimos años, los médicos y enfermeras de la comuna podrían haber recibido este mismo año un aumento del orden del 30 por ciento, similar al que recibieron la mayoría de los trabajadores del sector privado. No lo hace porque el 2007 es un año político, y porque a poco de terminar su mandato, necesita volcar todos los dineros públicos a realizar obras que puedan ser fotografiadas; en última instancia, pensará, ninguna foto se le puede sacar a un médico que ganado 750 pesos, pase a ganar mil. Por ello, cree que el dinero que gasta en las fiestas patronales, lo beneficia más que el que debería gastar en el sistema sanitario.

Zúccaro cree que la salud puede esperar, y que el 2007 no está tan lejos. Quizás no lo esté para él, que como reconoció, "vive de la política", pero sin duda lo está para los médicos y enfermeras que desde hace años, y por el mismo sueldo, dejan sus vidas para hacer realidad la promesa electoral de "curar a Pilar".

domingo, 8 de octubre de 2006

Vivir de la Política

(EL DIARIO REGIONAL, 08/10/2006) Ayer, en la entrevista que se le hizo en FM Plaza, el Intendente reconoció vivir de la política, y se confesó ser "un político de raza".

Evidentemente, si Humberto Zúccaro se considera perteneciente a la "raza política", de su afirmación se desprenden dos conclusiones: en primer lugar, que para el jefe comunal, la participación política —y los derechos derivados de ella— constituyen un quehacer sólo reservado a una "raza" de seres humanos, categoría a la que —aunque duela reconocerlo— ni usted lector ni el columnista pertenecemos. La segunda conclusión es que nuestro alcalde esta convencido de pertenecer a esa "raza".

¿Cuál es el sentido de etiquetarse como miembro de una "raza"?: durante la época de la Ilustración, las clasificaciones raciales se usaron para justificar la esclavitud de los "inferiores", las "razas" no blancas, que según suponían nuestros ancestros, estaban mejor preparados para toda la vida de trabajo duro (claro que siempre bajo la supervisión blanca).

Quizás hoy, la intención de presentarse como miembro de una raza responda a las mismas motivaciones. Pero pongamos un ejemplo de cómo funcionan las cosas en Pilar: en 2004, el gobierno anunció que ese sería "el año de la salud", refiriéndose a que todos los recursos económicos y esfuerzos intelectuales irían a resolver lo que para la sociedad era una de sus máximas preocupaciones: el sistema de salud. Hoy, casi 3 años después, la salud pública local está en crisis, hay expulsión de profesionales, y el cada vez más abultado presupuesto de salud se dilapida en partidas que reasigna sistemáticamente a otras áreas el otrora explicador oficial Osvaldo Pugliese; mientras tanto Zúccaro, subido al caballo de creerse miembro de una casta superior (la "raza política") maltrata a los médicos del Hospital Sanguinetti (la "raza inferior"), y dice que nunca más va a reunirse con ellos, porque han cometido el sacrilegio de expresar públicamente su crítica y su desazón ante un gobierno que en las reuniones y posteriores conferencias de prensa cede todo, pero que luego en la práctica, se empeña en que nada cambie.

Creyendo que el intendente va a cumplir con su caprichosa y autoritaria sentencia de ni siquiera atenderlos, los médicos van acortando la vara de sus expectativas, hasta que finalmente, algunos de ellos se conformarán con pensar que en el año venidero, la municipalidad pondrá algunas monedas más en sus bolsillos como toda respuesta a sus justos e inobjetables reclamos. Mientras tanto, la municipalidad habrá pasado de un presupuesto de 57 millones en 2003 a 128 millones para este año (¿cómo pueden argumentar frente a los médicos —sin que se les caiga la cara de vergüenza— que no hay dinero para recompensarlos con dignidad?).

Un último corolario de los dichos de nuestro primer mandatario es que resulta envidiable ver a alguien como él, que habiendo reconocido "vivir de la política", pueda darse el lujo de vacacionar como lo hace, ya sea en las cálidas aguas caribeñas, o en las doradas arenas del vecino Brasil. O incluso, en las más lejanas y exclusivas playas de Miami (aunque en este caso el disfrute no sea recibido por él mismo, sino —como dicen los hombres de leyes— por interpósita persona).

En su famosa Carta desde la cárcel de Birmingham, Martin Luther King escribió:
"La historia es el relato largo y trágico del hecho que rara vez los grupos privilegiados (en nuestro caso la "raza política") renuncian a sus privilegios voluntariamente".

Por ello, esperemos que tanto autoritarismo no termine por domesticarnos. Trabajemos para lograr una sociedad equitativa, con ciudadanos plenos de derechos. Y si tuviera que haber privilegiados entre nosotros —como dijo el General Perón— que los únicos privilegiados sean los niños. Los demás, iguales, por favor.

martes, 12 de septiembre de 2006

Sin Control

(EL DIARIO REGIONAL, 12/09/2006) Decía Perón que “los muchachos son buenos, pero si se los controla, son mejores”, refiriéndose a la conveniencia de establecer mecanismos de control gubernamental, incluso para vigilar a aquellos con quienes compartía un mismo espacio partidario.

A poco más de un año de finalizar su mandato, el jefe comunal es un “muchacho” al que nadie controla, y muchos dudamos que sea bueno.

En teoría, es la sociedad —a través de la prensa, las instituciones intermedias, los partidos políticos— la que establece los mecanismos de “check and balance” para que todo funcione bien. Pero en un gobierno virtualmente sin oposición, los mecanismos de rendición de cuentas se desvanecen, y cuesta escuchar voces disidentes.

La prensa es muchas veces la voz de los que no tienen voz; pero en Pilar, el “cuarto poder” es uno más de los de la vereda oficial; salvo honrosas y cíclicas excepciones, que por fortuna las hay, los medios y periodistas pilarenses se recuestan sobre “la vereda del sol”. Como me dijo una vez a modo de justificación un empresario periodístico que autocensuró la difusión de una noticia ante la amable “sugerencia” de una funcionaria de la Dirección de Prensa comunal, “una cosa son los principios, y otra son los negocios... y esto es un negocio”.

Por su lado, las instituciones intermedias suelen estar cooptadas por punteros que venderían a su madre por un puñado de monedas, o que dejarían sus principios de lado por algún pequeño favor. Por ejemplo, quienes desde la misma cámara empresaria local se oponían a la radicación de un supermercado en el centro de la ciudad hace una década, se terminaron lamentando al tiempo por la falta de inversiones, que a su vez provocó la degradación ininterrumpida del casco histórico; y habiendo aplaudido el estacionamiento medido impuesto durante la gestión de Sergio Bivort, al asumir Humberto Zúccaro aplaudieron la expulsión de los “loritos”; ahora vuelven a acompañar las zigzaguenantes políticas municipales, que irremediablemente terminarán en el punto de partida, cobrando por estacionar.

Los vecinos de la calle Derqui, en La Lonja, todavía recuerdan las promesas hechas por funcionarios de primera línea de Zúccaro, que los visitaron para explicarles en qué consistirían las mejoras que realizarán en el barrio gracias al dinero de la venta de calles al country Mapuche. Por creer en esas promesas, dejaron de reclamar. Hoy, dos años después, la calle Derqui sólo conduce a un portón cerrado con candado, y quienes confiaron en que vivirían sobre asfalto, siguen embarrándose como antes; lo único que les cambió, es que a la ruta panamericana la ven a través de un alambrado, y para alcanzarla, tienen que recorrer muchas cuadras más que antes.

Los partidos políticos merecen un análisis aparte: la mayoría de las vertientes del oficialismo con representación en el deliberativo, parecería que se esfuerzan en pertenecer a bloques legislativos distintos no por diferencias ideológicas irreconciliables, sino más bien para poder mantener ciertos privilegios: cada bloque tiene derecho a designar a su propio personal administrativo, y eso, en el lenguaje de la política, es sinónimo de dinero, y de poder.

Entre las agrupaciones partidarias que no tienen morada en el Honorable Concejo Deliberante, hay algunos ejemplos de una plausible resistencia, de levantar la voz cuando el gobierno comienza a morder la banquina (permítaseme la licencia de incluir en esta categoría a la inclaudicable Casa de Derechos Humanos Catie y Leonie). Pero, vale aclararlo, esas voces nunca jamás fueron escuchadas por los oídos del jefe comunal.

Por eso, como decía Tato Bores en sus inolvidables monólogos, “a estar atentos”, porque lo único que verdaderamente funciona cuando se trata de exigir al gobierno que haga lo que debe, es que la sociedad ocupe su lugar, participando de manera comprometida. Después de todo, la función del gobierno debería ser la de trabajar para fortalecer los derechos de la sociedad, y no —como tantas veces sucede— para debilitarlos.

miércoles, 23 de agosto de 2006

Gobierno fractal

(EL DIARIO REGIONAL, 23/08/2006) Benoit Mandelbrot es un octogenario matemático de origen polaco que desarrolló una nueva geometría basada en “fractales”. El concepto sirve para describir mejor los contornos irregulares y aparentemente caóticos del mundo que nos rodea: sus fórmulas permiten estudiar la configuración de árboles y nubes, cordilleras y costas, células y órganos, compuestos químicos y galaxias.

Mandelbrot encontró patrones, y esos patrones tienen un carácter "fractal": a grandes rasgos, las formas están hechas de pequeñas copias de sí mismas y sus partes son similares al todo: son parecidas pero a una escala menor. "Si usted observa un árbol de lejos, ve eso, un árbol. Si se aproxima, ve una rama. Pero la rama es muy parecida a un pequeño árbol", afirma el científico polaco.

La teoría de los fractales permitiría entender lo que sucede en Pilar: tras años de reclamar para que se apruebe una ordenanza que reconozca a la información como un derecho y no como una concesión graciosa ofrecida por el gobierno de turno, el acceso a la información pública sigue siendo otra de las promesas incumplidas (y van…).

Según lo informado por El Diario Regional en su edición de ayer, el "ranking de apertura" elaborado por un instituto privado, el IERAL, da cuenta de que nuestro gobierno “de puertas abiertas” —como le gusta autocalificarlo el intendente Humberto Zúccaro— es en realidad un “caso extremo” de “puertas cerradas”, el segundo de los cien casos analizados, siendo superado sólo por la Ciudad de La Rioja.

En el Concejo Deliberante de Pilar las cosas no están mejor. Durante una entrevista que le realizaran por FM Plaza al Concejal Carlos Olivera, hace algunas semanas, afirmó tramposamente que “hay una Ordenanza General, la 267, que te marca el paso de cómo iniciás un expediente, con una nota simple solicitando (la información pública) por mesa de entrada”. Como si poder conocer cómo se seleccionaron los proveedores que cotizaron por la construcción de la peatonal sobre la calle Rivadavia, o cuánto se les paga a los médicos contratados, fuera una tarea más que simple, el jefe de la bancada zuccarista en el Concejo fue más allá: “¿Quién te dijo que no está esa legislación?”, le inquirió al periodista con una inocultable carga de soberbia, típica del gordito que en la cancha del barrio se sabe el dueño de la pelota.

El estudio del IERAL confirma que lo dicho por Olivera no pertenece al campo de la realidad, sino más bien al de la ficción, y que el gobierno zuccarista no brinda la información que se le solicita como debiera.

A nivel nacional, el gobierno de Kirchner ha declamado ser también “de puertas abiertas”, pero cuando hace un año el saludable proyecto de ley de libre acceso a la información pública pasó por el Senado, hizo lo imposible para desvirtuarlo.

Como los fractales de Mandelbrot, el gobierno local es —en cuanto a la transparencia— una pequeña rama del gobierno nacional. El patrón de falta de apertura de uno, se replica en el otro como las formas del árbol y sus ramas. A su vez, a nivel de la gestión municipal de Pilar, tanto el Departamento Ejecutivo como el Concejo Deliberante, replican también idénticas mañas.

Al observar un gobierno poco transparente de lejos, se ve un gobierno poco transparente. Pero si uno se aproxima, podrá ver al gobierno municipal, muy parecido a un gobierno poco transparente.

domingo, 6 de agosto de 2006

Rehenes

(EL DIARIO REGIONAL, 06/08/2006) El viernes pasado fue un día halagador para los pilarenses que todavía no se jubilaron por falta de aportes, a pesar de haber alcanzado la edad para hacerlo. En un acto “importante” —no tanto por lo que se les anunció a los concurrentes, sino por la cantidad de funcionarios que subieron al escenario— se puso en marcha un programa por medio del cual unas 5000 personas cobrarán una jubilación.

Como para despejar cualquier suspicacia, el titular de la ANSES —que encabezó el acto— dijo que (con el lanzamiento del programa) “sacamos al jubilado de la situación de rehén, donde la dan un bolsón o un subsidio y lo ponemos en situación de derecho”.

Pero, profundizando en las características del anuncio, nos enteramos que no todos quienes tengan la edad para jubilarse recibirán su jubilación. No, eso sería demasiado pedir para un gobierno que ha hecho del clientelismo político su marca registrada. Los nombres de los beneficiarios de este nuevo programa surgirán de un censo que realizará la Dirección de Acción Social, dependencia a cargo de Gladis Zúccaro, que por estas horas está siendo tentada para integrar la lista de candidatos de la aún no admitida campaña “Zúccaro 2007”.

¿No existen demasiadas posibilidades de hacer —como ya es habitual que suceda— un uso clientelar del beneficio jubilatorio anunciado el viernes? ¿no sería mejor que la asistencia estatal fuera universal, es decir que alcanzara a todos, y no a “algunas personas de los sectores más desprotegidos”? ¿cómo confeccionará la dependencia liderada por la hermana del alcalde un listado de pilarenses comenzando por “el más desprotegido” y siguiendo por los demás según su grado de “desprotección” hasta el número 5000?

En Pilar había a fines de 2005 unos 40 mil beneficiarios de la asistencia estatal. De ellos, más de 10 mil cobraban el Plan Jefes y Jefas, que era monitoreados por el Consejo Consultivo local, algo así como la escribanía del intendente, que daba fe de que todo todos los procedimientos se cumplían con la máxima transparencia. Sin embargo, el fiscal de la Unidad Fiscal de Investigaciones de la Seguridad Social (Ufises), Guillermo Marijuán, aseguró por entonces que “desde las intendencias o del Estado nacional hay una fuerte extorsión a los beneficiarios de planes, que a cambio de no sacarles el Plan Jefes y Jefas se les pide apoyo electoral, dinero o contraprestaciones de las más variadas”. Según el Foro del Sector Social y Caritas, más del 60% de los consejos consultivos municipales estaba cooptado por los intendentes.

Impuestos
Si los gobiernos oportunistas podían presionar a los pobres con la entrega de bolsones de comida, o la quita del beneficio social, ahora también podrían llegar a “comprar” a los no pobres: el mismo día que se inauguró la ANSES, se conoció que el gobierno provincial está proponiendo levantar el secreto fiscal, mediante la firma de convenios con las municipalidades. Así, un municipio como Pilar podría disponer de información sensible (y legitimación) para presionar a contribuyentes morosos, no ya de tasas municipales, sino de tributos de la provincia.

Un hipermercado (o una industria) que adeudare alguna cuota del impuesto inmobiliario, por ejemplo, podría ser “invitado” a “colaborar” con tal o cual campaña re-eleccionista, bajo pena de sufrir más que con las siete plagas bíblicas. Para el constitucionalista Gregorio Badeni, “darles información a otros organismos (como las municipalidades) sería una arbitrariedad”.

Claro que de arbitrariedades, de apariencias y de promesas falsas, nuestra vida política está llena. Y de personas inocentes que se las creen, también. Quizás sea hora de que unos y otros relean un poco a Perón: “El éxito se elabora y construye sobre la realidad y no sobre las falsas apariencias, por halagadoras que estas sean”.

martes, 1 de agosto de 2006

Semi-transparentes

(EL DIARIO REGIONAL, 01/08/006) La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que "cualquier política dirigida a obstaculizar el acceso a información relativa a la gestión estatal, a la que tienen derecho todas las personas, tiene el riesgo de promover la corrupción dentro de los órganos del Estado debilitando así las democracias".

Mucho se ha dicho desde la administración pública sobre el flagelo de la corrupción política, pero poco se ha hecho. Las máximas autoridades del gobierno local justifican su accionar discrecional con el argumento de que es legal. Podrá ser legal, pero no es transparente.

Analicemos el caso de la última licitación “importante” del gobierno: la semipeatonalización de la calle Rivadavia, en el centro de la Ciudad de Pilar. El llamado a licitación fue “privado”, es decir, se invitó a 4 empresas para que oferten. La licitación no fue pública porque “legalmente” se pueden hacer licitaciones privadas si el monto involucrado en la obra está por debajo de determinado monto, que -en el caso de la calle Rivadavia-, no se iba a superar.

Claro que una cosa es lo “iba” a suceder, y otra muy distinta es lo que realmente sucedió: el jueves pasado se conoció la decisión del intendente de transformar a la futura semipeatonal en peatonal. Nada que criticar por eso. Pero lo que era semitransparente por no haberse contratado a través de una licitación pública, ahora se está volviendo completamente opaco: el llamado a licitación privada y posterior adjudicación de la obra recayó en la firma Tordel SA, constituida hace apenas 4 meses. ¿No hay “empresarios pilarenses” (como le gusta decir al jefe comunal) con más trayectoria, y en consecuencia con menor riesgo de eventuales incumplimientos o inconvenientes para el municipio?. ¿No hay en Pilar ni siquiera 4 empresas constructoras que tengan buenos antecedentes y al menos un par de años de experiencia?. Las modificaciones anunciadas la semana pasada elevarán el monto de la obra en unos 200 mil pesos. Si sumamos al monto inicial esta ampliación, se superará ampliamente el monto que hubiera obligado a que el llamado a licitación fuese público. En cambio, con incrementos posteriores a la adjudicación, se gambetea una condición –la de llamar a licitación pública- que garantiza sin dudas una mayor transparencia.

Todas estas cuestiones, que no son menores, se minimizarían si hubiera libre acceso a la información municipal. Pero no lo hay, y por los antecedentes de este gobierno, creo que se va a cumplir antes con la eterna promesa de asfaltar la Ruta 26, que lo que llevará contar con una ordenanza de libre acceso a la información.

Con información, los vecinos sabrían que hace más de un año, el gobierno prometió que a cambio de permitir el aumento del boleto de colectivos, las empresas cumplirían con circulación de móviles las 24 horas, una mayor frecuencia en los recorridos, la construcción de refugios en las paradas, etc. De todos esos compromisos, lo único que tenemos hoy es el boleto más caro.

Con información, los vecinos sabrían que el aumento en las tarifas de Sudamericana de Aguas (cuya segunda etapa se sentirá en el próximo mes de septiembre), fue aprobado por el gobierno argumentando que “van a hacer varias obras que si no las cumplen no se les dará el incremento”. Entre las obras, figuraban la creación de un ente de control y el compromiso de la empresa a erradicar la planta depuradora de la calle Champagnat haciéndose cargo de ese costo. Hasta ahora, lo único real es el aumento.

Fueron demasiadas las veces que el gobierno pidió sacrificios a los vecinos, prometiendo a cambio que el futuro sería mejor. Quizás en algunos meses, podremos sentarnos en alguno de los bancos de la peatonal a esperar sentados ese futuro que permanentemente se nos promete, pero que nunca llega.

lunes, 17 de julio de 2006

Cómplices

(EL DIARIO REGIONAL, 16/07/2006) El jueves pasado fue un mal día para los ambientalistas de Entre Ríos: la Corte Internacional de Justicia de La Haya dijo que las papeleras Botnia y Ence podrán continuar con la construcción de sus plantas, frente a las costas de Gualeguaychú, afectando a los vecinos que viven allí.

También fue un mal día para todos los pilarenses: nuestros concejales aprobaron una ordenanza que pretende regular la actividad nocturna en el Partido, pero que en realidad, la desregula, agravando y mucho no sólo la vida de los vecinos, sino también poniendo en riesgo la de los jóvenes que concurren a divertirse. Fue una paradoja que mientras los vecinos afectados por la medida del gobierno se retiraban de la sesión legislativa –al aprobarse la norma- con bronca e impotencia, un empresario bolichero que también había asistido se retirara con una sonrisa. No era para menos: tanto favorecieron los concejales a los empresarios, que hay quienes sospechan que detrás de la aprobación, el Concejal Carlos Olivera, jefe de la bancada zuccarista, y algunas de sus marionetas levantamanos actuaron impulsados por algunas razones más metálicas que su incapacidad para legislar.

La ordenanza
Cualquiera que hasta ayer quisiera habilitar una confitería bailable o boliche, tenía que pagar, en concepto de “tasa de inspección”, hasta veinte mil pesos; ahora en cambio, los locales de diversión podrán habilitarse como “bar-pub”, y en tal caso solo deberán tributar una décima parte de ese monto.
En ciudades como Buenos Aires o Rosario (a la que el intendente suele mencionar como ejemplo de gestión), los boliches están regulados en serio. Tratándose del “derecho de admisión” -eufemismo que utilizan los patovicas para discriminar- las ciudades que nuestro intendente admira obligan a exhibir en la entrada un cartel con los requisitos de ingreso; de esa manera, nadie puede ser impedido de entrar “por no tener tarjeta” por caso, si no se establece de antemano tal requisito.
La ordenanza aprobada el jueves en Pilar sólo establece la ingenua condición de “no discriminar”. Como si cuando los musculosos de la puerta “rebotan” a alguien por ser discapacitado, le fueran a decir “no te dejamos entrar porque sos discapacitado”.
Y hablando de discapacitados, en las ciudades “para todos” de verdad, se exige un baño para ellos, además de un inodoro cada 50 personas. Nuestra flamante ordenanza no dice una sola palabra de baños, y menos para discapacitados; quizás sea para desalentar que alguien en silla de ruedas vaya a divertirse, no sea cosa que por una desgracia haya que usar la salida de emergencia. Porque si así fuera, el inspector Airoldi y muchos otros funcionarios municipales, se darían cuenta que una salida de emergencia con un escalón de 80 centímetros entre el piso interior y la vereda– como ocurre en uno de los locales del “corredor”- es una trampa mortal.
En Rosario, las disposiciones establecen que no debe haber viviendas residenciales en todo el perímetro de los boliches; si existieran residentes linderos, la totalidad de los mismos deben manifestar su consentimiento expreso para que el lugar sea habilitado.
Además, se niega la habilitación cuando se opongan a ella un tercio o más de los vecinos que residen en un radio de 50 metros.
En las ciudades elogiadas por nuestro alcalde se exige un sistema de iluminación de emergencia, un grupo electrógeno automático, y detector de metales en la entrada. Nuestra novel ordenanza no dice nada sobre estas cuestiones. Quizás Carlos Olivera, que vive en la localidad de Del Viso, no sepa que en la localidad de Pilar a veces la luz se corta, o que a veces alguien armado puede pretender ingresar a un boliche lleno de chicos.

Pero mientras no pase nada, todos mirarán para otro lado. Total, el día que pase, harán como también hicieron en la sesión del jueves: aprobaron pagar 700 mil pesos por un juicio por mala praxis en el hospital: “No importa quien fue. Hay que pagar” dijo Zúccaro.

Aunque en nuestro “Pilar para todos” ya estemos acostumbrados a que los concejales y funcionarios aten todo con alambre, a que la justicia investigue indefinidamente sobre negociados y negligencias, y a que los inspectores sólo clausuren puestos de artesanías en una plaza, los jóvenes seguirán mereciendo concurrir a lugares realmente seguros, y los vecinos de la Ruta 8 seguirán mereciendo recuperar su calidad de vida. Aunque eso sólo sea posible el día que el “corredor nocturno” sea trasladado a otro lugar.
Mientras tanto, recemos para que nada irreparable ocurra.

domingo, 9 de julio de 2006

El Huevo de la Serpiente

(EL DIARIO REGIONAL, 09/07/2006) “A pesar de estar en un gobierno democrático, aun quedan resabios de la dictadura”, dijo el intendente al referirse al procesamiento de dos dirigentes sociales de Pilar, que en 2005 participaron en una marcha de protesta. Lástima que Zúccaro no posea la capacidad de reconocer los “resabios de la dictadura” en su propio gobierno, y más precisamente, en su propia persona.

Son muchas las oportunidades en las que el jefe comunal habló de integración, ubicándola como uno de los ejes de su gestión; pero muchas más, son las veces que sus acciones se apartaron de sus palabras.
Así, la semana pasada reflotó la idea de arancelar la salud pública para quienes no sean de Pilar: “no voy a permitir que una madre de Pilar no pueda internarse porque la cama está ocupada por gente de otro distrito”, dijo; y ayer, durante una entrevista por FM Plaza, reiteró que estaba convencido de que la salud tenía que ser gratuita, pero “para la gente del distrito”. Bien, pero ¿qué hacen los enfermos que no viven en el distrito y vienen a hacerse atender en él? ¿se les negará el acceso al derecho a la salud?; ¿acaso el gobierno municipal es hoy obligado a destinar fondos para pagar por las atenciones gratuitas a los enfermos que sí son de aquí pero van a atenderse al Hospital Fernández, o a cualquier otro fuera de Pilar?.
Parece claro que para nuestro intendente, ser pobre es un delito. Su discurso transmite la idea de que si en Pilar no hubiera pobres (“nativos” o extranjeros”), su gobierno sería eficiente; ellos, los excluidos, son los culpables de que sólo 3 de cada 10 pilarenses tomen agua de red, o que el transporte colectivo esté colapsado, o que exista una violencia creciente en el corredor nocturno de la Ruta 8.
El verano pasado, Zúccaro responsabilizó del delito en Pilar a los habitantes de distritos vecinos pobres; en otras palabras, a los pobres. De igual modo, ahora dice que el barrio de viviendas sociales que se construye en José C. Paz, saturará la siempre escasa oferta local de servicios de salud, y en consecuencia, la demanda “foránea” debería limitarse poniéndole precio. Desde el punto de vista de la teoría económica, la propuesta del alcalde es brillante; desde todos los demás, es lamentable. Si para Zúccaro el sistema de salud de la ciudad de Rosario es un ejemplo a imitar –como dijo en la entrevista- debería saber que allí, los principios expresados y defendidos por los sucesivos gobiernos en materia de salud pública, son la solidaridad, la equidad, la accesibilidad, la calidad y la participación (en Pilar, se ha escuchado hablar mucho sobre estos principios, pero ninguno de ellos ha sido puesto en práctica).
El jefe de gobierno no debería criminalizar la pobreza, sea de su distrito o sea de otro. Tampoco debería alimentar la violencia xenófoba profundizando la exclusión. Como dijo Gilberto Gil al asumir como ministro de cultura de Brasil, “la causa principal de la violencia urbana no es la pobreza sino la desigualdad social”. Y la desigualdad, se alimenta con actitudes y palabras que aisladas pueden parecer insignificantes, pero que repetidas con persistencia, calan las conciencias y cristalizan la intolerancia. Así, como el huevo de la serpiente, que por ser traslúcido deja ver lo que está gestando, lo que sigue será que el gobierno de Zúccaro decida arrojar aceite hirviendo sobre los pobres, primero a los de municipios vecinos, para luego seguir con los propios.

martes, 30 de mayo de 2006

El Rey está desnudo

Es conocido el cuento del Rey a quien nadie podía contradecir, y al que dos sastres le propusieron hacerle un traje nunca visto en el universo, confeccionado con una tela que solo podría ser vista por personas inteligentes. El Rey, una vez “vestido”, y para demostrar que era inteligente, aceptó que el traje era maravilloso; lo mismo dijeron los súbditos “inteligentes” de su entorno; así es que el Rey salió a la calle para exhibir su traje, mientras la gente del reino mostraba su admiración por el atuendo para que nadie diga que eran ignorantes; hasta que un niño de entre la muchedumbre comenzó a gritar ¡El Rey está desnudo! y entonces, finalmente, la parodia se desmoronó.

El “éxito” obtenido por el intendente para llevar gente al acto del Presidente Kirchner es como el traje invisible del rey. Nadie duda que hubo quienes concurrieron a la Plaza de Mayo de manera voluntaria, para demostrar su apoyo al presidente. Porque a nivel nacional, es indudable que la gestión del santacruceño tiene logros impensados hace 3 años; y en el plano local, todos le reconocemos a Zúccaro su capacidad de trabajo y su actitud de compromiso frente a muchos temas que escapan -a veces- a su estricta incumbencia como intendente. Varios de sus colaboradores son personas íntegras y capaces. Todo ello sumado, pudo lograr que el jueves pasado se completen algunos colectivos. Pero en la comitiva pilarense había casi un centenar.

Tanta movilización tiene la inocultable intención de allanar el camino para la reelección de Zúccaro en 2007. Aunque si plantea la necesidad de otros 4 años de mandato por la falta de oposición (y no por mero interés personal), confunde. Primero, porque el espacio de los partidos políticos no puede plantearse en los términos excluyentes de oficialismo-oposición. Segundo, porque si no trasciende la existencia de otros espacios, de otras voces, quizás sea porque el concepto de “pluralidad” del intendente Zúccaro –como el del Presidente Kirchner- es sólo parte del discurso y no parte de sus convicciones, y porque pocos medios de comunicación locales publican opiniones críticas como la que usted está leyendo.

Es contradictorio que Zúccaro hable de la “nueva política” cuando los pedidos para acceder a información pública no encuentran nunca respuesta; cuando les da vuelta la cara a los vecinos de Villa Delia que van a reclamar que les devuelvan la tranquilidad que les quitaron al “correr” los boliches desde el centro de la ciudad a la ruta 8; cuando el presupuesto participativo es visto por el gobierno como una traba a su voluntad hegemónica.

Tampoco es propio de la “nueva política” (que Zúccaro se desespera por integrar) presionar a las empresas de transporte público para llevar gente a la plaza. Quizás a cambio de eso, la hipercuestionada línea 501 consiguió hace unos días que el gobierno le extienda la concesión por diez años más.

En el ámbito de la organizaciones sin fines de lucro, el gobierno de Zúccaro compró voluntades como ningún otro. Centenares de miles de pesos de fondos públicos vienen siendo entregados de manera discrecional a muchísimas entidades intermedias y personas. Cuánto influyó ese dinero en la voluntad de quienes concurrieron a la Plaza de Mayo el pasado jueves, es algo que quedará en las conciencias y en el “off the record” de quienes fueron.

Sin embargo, tanta voluntad comprada por el jefe comunal algún día se le volverá en contra: alguien gritará “¡El Rey está desnudo!”, y la palabra “plural”, recuperará su verdadero significado.

miércoles, 19 de abril de 2006

“Ni el mate cocido que les sirven”

(EL DIARIO REGIONAL, 19/04/2006) Esta semana cumplirá dos años la Ordenanza 55/04, que creó una zona especialmente dedicada al desarrollo de la actividad nocturna en el distrito, y que por entonces se anunció como la solución a los interminables reclamos de los vecinos afectados por la cercanía de algún comercio del rubro.

Inicialmente, se establecieron tres zonas sobre la Av. Estanislao López (ex Ruta Nac. Nº 8) que, cada una por su lado, albergarían pubs, boliches y bailantas. En la misma Ordenanza se prohibía la radicación de ese tipo de actividades en otras zonas de la ciudad. Además, el gobierno había asegurado que se colocaría un importante operativo policial tendiente a "evitar accidentes y disturbios".

Para aprobar la ordenanza, el concejal Carlos Olivera argumentó que "vamos a tener que seguir trabajando sobre esta zona para que la misma cuente con todas las garantías de seguridad para que la juventud de Pilar pueda salir a disfrutar la noche...". A su turno, el concejal Estanislao Alvarez se lamentaba al afirmar que (a causa de las actividades nocturnas) "tenemos que tener a los vecinos dentro de las comisiones de obras públicas específicamente, donde vienen y se quejan de los ruidos molestos que existen en las cercanías de estos boliches bailables...", y proseguía "creo que este sector que se está tratando de concentrar que es en la Ruta 8 puede llegar a ser beneficioso...".

Aprobada la ordenanza, la voz de los vecinos no se hizo esperar: más de doscientas firmas le exigieron —y lograron— que el intendente Zúccaro vetara la ordenanza en su artículo 3, referido a la zona de bailantas. El resto de los artículos, con algunas idas y vueltas, continuó vigente.
Pero hoy el tema vuelve a ser nota de tapa en los medios locales: "La violencia gana terreno en el corredor nocturno de la ruta 8", "El alcohol y las riñas callejeras son una constante", tituló El Diario Regional en su edición del Domingo pasado. La situación está poco menos que descontrolada: "Estamos hartos de esta situación. Estamos podridos. Quisiera saber si algún funcionario estaría dispuesto a vivir como vivimos nosotros, con miedo y encerrados", denunció una vecina de lugar, y agregó: "he tenido que levantar materia fecal de gente que usa las veredas de baño".

La protesta vecinal de hace dos años terminó torciéndole el brazo al intendente Zúccaro, quien había descartado públicamente toda posibilidad de rever la medida, diciendo que los reclamos deberían haberse formulado antes. Pero lo más relevante de toda esta cuestión, es que tanto el Concejo Deliberante como el mismísimo intendente recibieron hace dos años una propuesta que, de haber sido tenida en cuenta, hubiera evitado la insoportable situación que hoy padecen cientos de familias de la zona. Básicamente, los vecinos proponían que se legisle de manera similar a como se lo hizo en Saladillo: disponiendo restricciones sólo en determinados lugares (como cercanías de escuelas, hospitales, etc.), pero no "amontonándolas" en una zona residencial, y mucho menos sobre una ruta nacional como era hasta poco tiempo atrás la ruta 8.

Ahora la solución que se necesita es más compleja; la incapacidad de nuestro gobierno transformó una cuestión delicada en una situación descontrolada. Esperemos que los ediles que sancionaron la ordenanza 55 esta vez no tengan que organizar ningún "congreso latinoamericano de parlamentos municipales", y puedan abocarse a trabajar para resolver el problema que ellos mismos generaron. Supongo que para eso cobran su dieta, aunque al decir del concejal zuccarista Miguel Saric, algunos "no se ganan ni el mate cocido que les sirven".

martes, 28 de marzo de 2006

Un Pilar para pocos

(EL DIARIO REGIONAL, 28/03/2006) Cuanto más dinero gasta el intendente Zúccaro en posicionar su nombre junto a la frase publicitaria "Por un Pilar para todos", más se empeña la realidad en demostrar que su gestión logra precisamente lo opuesto: que nuestro distrito se sigua transformando en uno para pocos.
Prueba de ello es la situación de tres de los servicios que determinan el índice de necesidades básicas insatisfechas, indicador de la pobreza estructural de una sociedad: agua de red, transporte público y recolección de residuos.


Agua
Es enorme la incidencia que tiene la falta de servicios básicos sobre la desnutrición, sobre otras enfermedades infantiles, y finalmente sobre la mortalidad. Según el Censo Nacional 2001, el 76% de los casi sesenta mil hogares de Pilar carece de provisión de agua corriente. Los hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI) son el 20,8% del total. Dentro de sus viviendas, no tienen agua de red, ni de perforación o de pozo unos 80 mil pilarenses.

Pero en lugar de preocuparse por solucionar el problema del agua de esos miles de vecinos, el año pasado —antes de las elecciones— Zúccaro dijo que pretendía "solucionarle el problema a las 15 empresas que están radicadas en Pilar desde hace quince años"; se estaba refiriendo al famoso "precinto industrial", un eufemismo gubernamental para hacerle creer a los vecinos de una industria que la contaminación que genera una empresa no los va a afectar, porque aunque esté pegada a sus casas, está limitada por un invisible cerco que la contaminación no traspasará.

Transporte
Casi un tercio de nuestra población no cuenta con medios de transporte público
, que desde hace ya 2 años está en permanente e inútil revisión por parte del gobierno; y los dos tercios restantes, que sí cuentan —al menos en teoría— con servicios de transporte público a menos de 3 cuadras de sus hogares, deben soportar a menudo la falta de respeto de las empresas y la subestimación de los funcionarios y de algunos concejales. "Me enteré del incumplimiento de esta empresa por El Diario" afirmó por entonces el edil Roberto Fernández, refiriéndose al servicio de la firma Ruta Bus, que ostenta el increíble record de llevar a sus pasajeros desde el centro de Pilar al barrio La Lomita (poco más de 10 cuadras) en... ¡dos horas!. Fernández es quien preside —desde hace años— nada menos que la comisión de transporte del deliberativo local. Pese a todo, los vecinos del partido le agradecen que no presida la comisión de salud.

Basura
Hay en nuestro distrito más de 30 mil personas a las que el servicio de recolección de residuos no les llega, ni siquiera una vez por semana. Sin embargo, el generoso presupuesto municipal de este año destina nada menos que 14 millones de pesos a ese rubro, que representa unos 350 pesos por cada tonelada de basura que se recoge en las calles y se dispone en el CEAMSE. En el municipio de Morón, por caso, la recolección de basura domiciliaria se lleva apenas 150 pesos por tonelada, menos de la mitad del dinero de los contribuyentes pilarenses. Sospecho que si en Pilar los contratos de concesión de los servicios públicos se hicieran utilizando el saludable mecanismo de las audiencias públicas, los valores que pagaríamos serían mucho más bajos.

Transformar a Pilar en un distrito con inclusión social, desarrollado y con equidad, no es tarea fácil. Cualquier puntero político puede hacer pintar de blanco los cordones de las calles, pero para comenzar a resolver los verdaderos problemas de nuestro distrito, hace falta una capacidad que hasta ahora, a poco más de 600 días de finalizar su mandato, nuestro jefe comunal no ha demostrado.

domingo, 19 de febrero de 2006

Estado ausente

Nadie recuerda porqué las calles del barrio se llaman así, pero no podrían haberse bautizado de manera más acertada: Batalla de Ayohuma, Batalla de San Nicolás, Batalla de Famaillá. Son las calles del barrio William Morris de Del Viso, que terminan en uno de los basurales más impresionantes que he conocido.

Del otro lado de la basura, en el Barrio El Rocío, las calles se llaman diferente: San Pedro, San Agustín; pero ante la inoperancia municipal, la indignación de los vecinos de un lado y de otro, es la misma. El predio es lo más parecido a un campo de batalla, con olores nauseabundos, humo irrespirable que irrita los ojos, algunos perros muertos, y muchos roedores vivos. Sólo que éste campo no se sitúa en los tiempos en los que nuestra patria nacía, sino hoy, y a muy pocas cuadras de la soberbia opulencia de los campos de golf y de polo más exclusivos del país.

El basural tiene habitantes de adentro y de afuera: los primeros son cirujas con sus carritos, camiones municipales con restos de poda (según los vecinos, provienen no sólo de Pilar, sino también de Malvinas Argentinas y José C. Paz), y otros camiones con otros desperdicios de dudosa identificación. Los segundos —los habitantes de afuera— se llevan la peor parte, porque están condenados a convivir con la mugre en todo momento. Una vivienda lindera, que por lo demás es igual a las que se pueden encontrar en cualquier barrio cerrado, tiene un cartel de venta en su puerta: "no soportamos más; sé que con el basural al lado, mi casa vale la mitad de lo que nos costó hacerla, pero así no podemos seguir. Tengo en mi casa un hijo de tres años conviviendo con ratas de todos los tamaños", dijo con impotencia su joven propietaria, vecina del lugar por poco tiempo más.

Desde el gobierno del intendente Humberto Zúccaro aseguran conocer el problema, y haberse ocupado "muchas veces" de él. Varios funcionarios reconocen que parte de la basura es arrojada por la misma delegación municipal de Del Viso. Creo que esta inadmisible situación, en lugar de "estado ausente", se puede definir mejor como de "estado cómplice".

Es extraño, pero esta misma semana, cuando algunos integrantes de FedePil nos habíamos comprometido ante otras instituciones delvisenses a visitar el basural, una máquina de la delegación se nos adelantó, y según lo que pude ver, pretendió enterrar algo de basura con tierra. Fue como querer tapar el sol con la mano. ¿Tanto pueden intentar subestimar a los vecinos?.

Es una situación casi patológica: mientras el Hospital Austral destina recursos privados enviando su camión sanitario a atender la salud de los habitantes del barrio, y dos comedores comunitarios asisten a los niños con alimentos y cuidados, el gobierno municipal se acerca a El Rocío a tirar basura y contaminar.

Desde el gobierno provincial, por su parte, un funcionario de Felipe Solá aseguró que la Municipalidad Del Pilar tiene los recursos necesarios para resolver el tema, pero que no terminan de hacerlo porque "si se pueden sacar la soga del cuello, se la sacan".

El intendente Humberto Zúccaro dice estar construyendo "un Pilar para todos". Los vecinos de El Rocío le reclaman que a los "escombros" de esa obra en permanente construcción los haga tirar donde corresponda, y no al lado de sus casas; por el respeto que el jefe comunal dice tenerles, y que resulta tan difícil comprobar en la realidad; una realidad que, a pesar del paso de los años, sigue siendo "la única verdad".

miércoles, 1 de febrero de 2006

Un Pilar para todos

(EL DIARIO REGIONAL, 01/02/2006) A tan sólo 30 días del momento en el que los artesanos deban cargar con sus productos y marcharse de la Plaza, nadie desde el gobierno ha podido expresar con claridad al menos una razón válida para desalojarlos. Se pretendieron argumentos de los más variados: que la feria provocaba caos en el tránsito, que ensuciaba, que competía en forma desigual con los comercios de la zona, etc. Ninguna de estas razones resiste el demasiado análisis.

Artistas sí, artesanos no
A nuestro intendente le cuesta comprender algunos sistemas —por cierto complejos— que explican problemáticas sociales; basta recordar el verano pasado, cuando Zúccaro responsabilizó del delito en Pilar a los habitantes de distritos vecinos pobres; en otras palabras, a los pobres. De igual modo, ahora dice que cincuenta artesanos son los responsables de la anarquía vehicular en el centro de nuestra ciudad. Y asegura que por más firmas que recojan los productores para no ser desalojados, a él no le interesa: “me pueden juntar cinco mil (firmas), la decisión está tomada”; ¿será porque son pobres?.
Parece una actitud casi patológica: mientras que el intendente quiere echar a los artesanos de “su” plaza, el Instituto Municipal de Cultura convoca por los medios a quienes estén interesados en participar de las actividades de la peatonal, frente a la Plaza; malabaristas, payasos y artistas en general accederán a mostrar sus creaciones y a pasar la gorra; los artesanos, en cambio, serán expulsados del mismo lugar calificándolos de mentirosos y sucios.

Espacios públicos
En lugar de proponer una ordenanza que regule la actividad de las ferias artesanales en beneficio de todos, el intendente Zúccaro se confunde al afirmar que “pocos son artesanos de verdad”. Si de lo que se trata es de ocupar el espacio público con artesanos “de verdad”, y para él éstos no lo son, debería establecer normas de selección, otorgando permisos para trabajar en la Plaza a quienes resulten elegidos en función de la calidad de su arte, de su lugar de residencia, etc. ¿Es razonable que el gobierno coloque a estos trabajadores en la categoría de delincuentes y los corra con garrote en mano del sitio que ocupan desde mucho antes que este mismo gobierno clamara que “volvamos a la Plaza”?. Hace menos de 3 años, la feria había sido declarada de interés municipal.

Si tanto le molesta al jefe comunal que un espacio público de la Plaza esté ocupado por vecinos a los que él califica de sucios, otros podríamos cuestionarle a Zúccaro que otros espacios públicos estén ocupados por su omnipresente nombre. Como algunas señales de tránsito, o vehículos municipales, en los que hace pintar su nombre. Al hacerlo utiliza el dinero de los contribuyentes en beneficio propio.

Construir una sociedad para todos es el gran desafío que tenemos por delante. El respeto por las diferencias, la libertad de expresión, la integración de lo diverso y la búsqueda de consensos deberían ser los cimientos de esa ciudad que debemos edificar.

lunes, 9 de enero de 2006

Infelices fiestas

(EL DIARIO REGIONAL, 08/01/2006) Para muchos las fiestas son un tiempo de reencuentro con los afectos, de paz interior; pero para otros, esta es una hora de tremenda angustia por el porvenir: son las decenas de trabajadores municipales que recibieron su telegrama de despido; y para sentirse doblemente víctimas, escuchan las palabras del Jefe de Gabinete Osvaldo Pugliese, eterno explicador oficial de las sinrazones gubernamentales, diciendo a los cuatro vientos que el tema no es grave; "No será grave para él. Para mí, es como si me hubieran matado", podría ser la contestación de cualquiera de los "becarios" echados de la municipalidad, que recibían como toda remuneración menos de la mitad de lo que cuesta una canasta básica: cuatrocientos pesos.

Para preocuparse
Hace un año, la alcaldía festejó con fuegos artificiales un dudoso "déficit cero". Ahora los números ya no cierran tan bien, y han decidido empezar a ajustar. ¿Porqué no empezaron por "casa"?. Después de todo, el gasto de los cincuenta trabajadores despedidos representa menos del diez por ciento del gasto que presupuestó el Jefe de Gabinete para sí mismo, de manera que ahí sí habría mucho para ajustar. Por su parte, el titular del sindicato de trabajadores municipales Oscar Campofreda, dijo que los despidos "resultan preocupantes", pero anticipó que esperará hasta que el "compañero" intendente vuelva de sus vacaciones. Los trabajadores merecerían que el sindicato se ocupe ahora, y no que sólo se preocupe.

Reforma
Una de las justificaciones del jefe de gabinete a la decisión de despedir trabajadores, fue la necesidad de adecuarse al RAFAM (Reforma de la Administración Financiera en el Ámbito Municipal), objetivo que —según dijo— el gobierno tiene como meta para el 2007. Creo que Pugliese está desorientado: el modelo propuesto por el RAFAM no debe ser una finalidad en sí misma, sino que debería tratarse de un medio para alcanzar los objetivos del Plan Estratégico del distrito. El problema del gobierno no es que le sobre personal, sino que le falta el Plan Estratégico. Recién cuando lo tenga, podrá comunicarle sus objetivos a cada uno de los servidores públicos que emplea, para que les sirva de estímulo a su labor diaria; porque para saber que rumbo tomar, hay que saber primero adónde se quiere ir. Al haber incorporado a cientos y cientos de empleados y ahora despedir a varios de ellos, la gestión de Zúccaro se parece a Alicia en el País de las Maravillas, cuando la niña le pide al gato de Cheshire que le indique qué camino tiene que tomar: "Eso depende de a dónde quieras llegar", le responde el gato.

Intolerancia
Dijo Pugliese que el municipio no emplea a 2.600 personas (es cierto, son muchas más), y que quienes opinamos sobre la gestión municipal lo hacemos sin saber absolutamente nada. Su afirmación tiene una parte de verdad, y es que de lo mucho o poco que sabemos sobre asuntos públicos, prácticamente nada tiene como fuente de información al gobierno. El jefe de gabinete no debería molestarse con quienes no pensamos como él, porque esa actitud es propia de intolerantes. Debería preocuparse, sí, en brindar toda la información pública que debe.

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